Capítulo XLIII

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POV: Martin

La tensión en la Academia era palpable después de la nominación final. Kiki y Rus, mis mejores amigas, se encontraban en la cuerda floja. La vuelta a la Academia había sido complicada y llena de un silencio incómodo después de que sus nombres fuesen anunciados.

La noticia me cayó como un balde de agua fría, y mi corazón se hundió al darme cuenta de lo que Juanjo había estado experimentando esta semana con la nominación de Bea. Ahora era yo quien veía amenazada la despedida de uno de mis pilares de apoyo en la Academia. La tristeza se reflejó en mis ojos al pensar en perder a una de ellas.

Había llegado el momento de salvar a dos de mis compañeros y deseaba que los profesores salvasen a alguna de ellas. Los profesores deliberaron y, finalmente, anunciaron que Lucas sería el salvado. Un suspiro colectivo de alivio recorrió la sala, pero también sabíamos que la batalla aún no había terminado.

Los compañeros tuvimos la responsabilidad de salvar a otro concursante. Las lágrimas comenzaron a nacer en mi cara al ver a Denna, una amiga cercana, también en peligro. El voto se inclinó a su favor, y una mezcla de gratitud y tristeza llenó mi corazón. Denna se merecía continuar, pero la despedida de Kiki y Ruslana se volvía más inminente.

La mirada de Juanjo se encontró con la mía, compartiendo el mismo dolor y preocupación. No estábamos preparados para decir adiós a una de ellas. La mirada entre nosotros fortaleció nuestra conexión, pero también acentuó el temor de perder a una parte fundamental de nuestro apoyo emocional.

Llegó el momento de la despedida. En la pasarela, Ruslana, Kiki, Lucas, Naiara, Denna, Juanjo, y yo nos reunimos. Bea, con lágrimas en los ojos, se despidió de cada uno de nosotros.

- Te quiero mucho Martin, ojalá llegues muy lejos porque tienes una voz muy especial.

- Te quiero mucho Bea, esto es muy injusto, deberías ser tú la que me despidieras a mí y no al revés.

- No lo digas ni en broma Martin, te mereces muchísimo haber llegado hasta aquí.

- Eres increíble Bea, ojalá poder cantar contigo algún día.

- Vamos a cantar juntos Martin, eso no lo dudes.

Los dos nos despedimos con un abrazo muy fuerte deseándole suerte en la etapa que se abría delante de sus ojos, estaba deseando que sacase su single y le demostrase a la gente lo buena cantante que era, ella no imitaba a nadie, ella era Bea Fernández.

Cuando llegó el turno de Juanjo, su abrazo fue más intenso, más largo. El nudo en mi garganta se hizo más grande al ver la tristeza en sus ojos, sabía que no lo quería hacer pero estaba a punto de llorar.

- Juanjo, eres mi apoyo desde el principio, siempre has estado conmigo y no quiero que te pongas triste. Queda muy poco y sé que vas a ser el ganador, demuéstrales a todos lo que vales cariño, eres el mejor Juanjo - dijo Bea, sosteniendo el rostro de Juanjo entre sus manos.

- No sé cómo voy a seguir sin ti  Bea. Te voy a extrañar tanto, eras mi ganadora, siempre vas a serlo, tienes una voz increíble. Te quiero mucho - respondió Juanjo, con pequeñas lágrimas deslizándose por sus mejillas.

- Yo también Juanjo, te quiero muchísimo. Gana este programa por mí, eres mi ganador desde el minuto uno Juanjo, vales mucho, sólo te falta que te lo creas.

En ese momento vi como Juanjo la abrazaba fuerte y le besaba la mejilla repetidas veces mientras se limpiaban mutuamente las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.

El abrazo entre ellos fue un hasta pronto lleno de amor y gratitud. Bea, con una sonrisa melancólica, se retiró de la pasarela mientras la tristeza se apoderaba de la Academia. Juanjo y yo, unidos por el dolor de perder a una amiga querida, nos abrazamos con fuerza mientras el programa llegaba a su fin. La despedida de Bea marcó el comienzo de una nueva realidad en la Academia, una en la que la ausencia de nuestra amiga se sentiría más profundamente.

Reescribiendo las estrellasWhere stories live. Discover now