Capítulo XIX

1.5K 51 0
                                    

POV: Martin

- ¿Así que quieres pasar toda tu vida a mi lado?

- Me has asustado - dije con una mano en el corazón.

No me esperaba que hubiese alguien detrás de la puerta y menos que fuese Juanjo el que estaba allí. No me sorprendió su pregunta porque él podía salir con cualquier ocurrencia, me sorprendió el hecho de que pudiese haber escuchado toda la conversación con Kiki.

- No sabía que era tan feo.

- Al contrario, eres tan guapo que me asusta tu belleza. Por cierto, ¿has escuchado toda la conversación?

- Acabo de llegar, sólo he escuchado eso y creo que es la parte más importante de la conversación por lo que veo. No me cambies de tema que estabas diciéndome lo guapo que estaba.

- Tienes un ego muy grande, deberías bajar de vez en cuando a la tierra.

- Tú me haces bajar a la tierra, Martin. Cada vez que estoy contigo el tiempo se para, es como si volviese a vivir la etapa de la infancia, como si fuese un niño otra vez, me haces reír con cosas que nunca pensé que me reiría. Estoy sintiendo cosas que nunca había sentido, todavía no soy capaz de mirarte a los ojos mucho rato pero sé que voy a conseguirlo porque me estás cambiando.

- Estás muy sentimental, creo que cuando has bajado a hablar con la psico te han cambiado y ha vuelto otro Juanjo diferente. Nunca te había visto así.

- Es por ti Martin, todo esto lo estás consiguiendo tú.

- Eres mi creación, te quiero mucho Juanjo.

- Lo eres, yo también Martin.

- ¿Tú también qué?

- Yo también - me dijo Juanjo con las mejillas sonrojadas.

- No te voy a forzar a que lo digas porque sé que no estás preparado, tú dilo cuando lo sientas y no porque te sientas obligado a decirlo.

- Gracias por entenderme Martin, te prometo que te vas a cansar de escucharme decirte te quiero.

- No tienes que darme las gracias, no lo hago por eso, lo hago porque sé que en cuanto lo sientas lo vas a expresar. ¿Volvemos a desayunar?

- Se han ido todos ya, pero no me disgustaría desayunar contigo a solas. ¿Quieres? - me preguntó Juanjo con un puchero.

- Me encantaría desayunar contigo todos los días de mi vida Juanjo.

Nos fuimos los dos juntos a desayunar porque después teníamos un rato libre y teníamos que aprovechar para recoger un poco el vestuario. Por la tarde teníamos reparto de temas y nadie sabía por dónde podían salir Noemi y Manu, no sabíamos si íbamos a tener todo dúos o si habría algún trío.

Durante el desayuno nos dimos varios abrazos y besos y tuvimos bastantes piques a la hora de coger el desayuno. Sabíamos lo que queríamos cada uno pero siempre nos picábamos porque nos gustaba y porque nos reíamos mucho. Lo que no me gustaba de eso era que Juanjo siempre se acababa picando de verdad y al final acabábamos discutiendo sobre cualquier cosa.

- Juanjo siempre te acabas picando y acabamos discutiendo por cualquier cosa, sabes perfectamente que odio eso.

- ...

- Háblame por lo menos, no entiendes las bromas.

- ...

- Sabes que era una broma, siempre te acabas picando por esas cosas y yo no puedo hacer nada, no es mi culpa que te sientas así. Dime que es lo que te molesta para no volver a caer en eso.

- Ya está, me ha molestado pero ya está.

- No, no está. Sé que no está porque me estás mirando con cara de asco y eso sólo lo haces cuando algo te molesta o estás pensativo sobre algo. ¿Qué es lo que te da rabia? Dímelo Juanjo, si no me lo cuentas no puedo hacer nada.

- Es que a lo mejor no quiero que hagas nada. Además no te estoy mirando con cara de asco, no estoy pensativo, simplemente estoy picado porque me ha molestado eso pero ya está.

- Vale, pues nos vemos después, si no quieres hablar no hables, guárdalo para ti y no se lo cuentes a nadie. Guarda las cosas para ti que así seguro que te va muy bien.

- Martin

- No, Martin no. Estoy aquí para que me hables, para que te desahogues y le cuentes a alguien lo que te está rondando y tú lo único que haces es aislarte. Si tú te vuelves a poner la coraza que tanto te ha costado arrancar yo no puedo hacer nada por ti. No voy a obligarte a que me cuentes lo que te está pasando porque sé que ahora mismo no quieres contármelo, pero tampoco voy a quedarme aquí esperando una respuesta que no llega mientras que me estás tratando como al principio y estás volviendo a callarte.

Martin se fue de la cocina y dejó a Juanjo sólo con sus pensamientos sin darle opción de respuesta, en el fondo sabía que Juanjo no le contaría lo que le pasaba y eso le rompía. Después de todo lo que habían avanzado le dolía que Juanjo volviese a ponerse la coraza y a actuar como si nada le importase.

Juanjo se quedó solo en la cocina con muchos pensamientos rondando su cabeza. Quería contarle a Martin lo que le molestaba pero tenía miedo de que le hiciese daño, tenía miedo de que al enterarse de qué le pasaba le dejase y volviesen al principio. Le asustaba perder a Martin, lo estaba empezando a querer y eso le asustaba, le asustaba darle tanta confianza a alguien. Cuando vio a Martin salir de la cocina se dio cuenta de que la había cagado y supo que había reaccionado tarde; si no lo paraba ahora le perdería para siempre y el simple hecho de pensar en eso le revolvía por dentro.



Reescribiendo las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora