𝕿𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

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El pelinegro entró corriendo a aquel hospital y lo primero que hizo fue preguntar por Yoona. Ninguna enfermera le daba noticias de ella, hasta que él doctor salió de urgencias y se acercó.

— Señor Jeon — Hizo una reverencia. Los Jeon eran muy reconocidos en aquel hospital ya que siempre daban donaciones

— ¿En donde está? ¿Yoona está bien?. Dígame que está bien — Su respiración era muy agitada, su ansiedad se le notaba a lo lejos.

Jungkook estaba desesperado por saber cómo estaba Yoona, deseaba escuchar que el amor de su vida estaba bien, que estaba viva. Deseaba escuchar de aquel señor de bata blanca que Yoona no había muerto.

— Necesito que se calme prime...

— ¡¿Como quiere que me clame si no se nada de la madre de mi hija?! — Gritó sin poder evitarlo

— Hijo — La señora Jeon llegó a tratar de tranquilizarlo — Cálmate.

— No hasta que me digan donde y como está Yoona.

— ¿Como está Yoona?. — YoonGi llegó al hospital en compañía de los demás.

El padre de Yoona estaba allí, al igual que Yuna y el hermano. También estaban Soo-hyun, Jimin y los amigos de Jungkook. Incluso Yiren estaba allí ya que había llevado a la pequeña Eun-Ji al hospital para algunas revisiones después de lo sucedido.

— Una de ellas murió — Fue lo que dijo el doctor dejando aquel lugar con tensión

— S-solo dígame que mi hija está bien — Murmuró aquel hombre — Que está viva.

— Señor Jeon, no sé cuál de las dos chicas es Yoona, ¿Usted está dispuesto a confirmar si la joven que murió es ella?.

— Y-yo... — Suspiró con fuerza y con un nudo en la garganta — Si — Dijo por fin.

— De una vez le digo, la chica que está en la morgue.... tiene una herida en su abdomen y heridas en el rostro debido al carro que las choco.

Jungkook trago con fuerza y asintió. El padre de Yoona se limpió las lágrimas y empezó a rogar en voz baja que aquella chica que estaba muerta no fuese su hija. Duro años buscándola, así que no soportaría perderla después de todo lo que ha pasado buscándola.

El pelinegro siguió al doctor hasta un cuarto grande y blanco, allí hacia mucho frío y daba escalofríos. Al menos así se sintió apenas piso aquel lugar, habían algunos cuerpos tapados con telas blancas, lo único que se veía eran los pies de aquellas personas ya muertas. Jungkook suspiró con fuerza y apretó sus manos con fuerza mientras caminaba hacía unos de aquellos cadáveres. El doctor bajo con lentitud aquella tela blanca y al pelinegro se le detuvo el mundo por unos segundos al verla allí.

— ¿Es ella? — Preguntó aquel doctor mientras lo observaba. Visualizó a aquel joven con los ojos llenos de lágrimas y sabía a qué se debían.

 Visualizó a aquel joven con los ojos llenos de lágrimas y sabía a qué se debían

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𝐔𝐧𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Where stories live. Discover now