𝖁𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

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Jungkook;

Ambos bajamos del auto y entramos a aquel restaurante lujoso. Era elegante y tenía artos bombillitas alumbrando el lugar, dándole un aspecto romántico y tranquilo. El mesero nos guió a nuestra mesa reservada y luego yo corrí una silla para que Yoona se sentará. Ella me sonrió y se sentó. Me senté frente a ella y el mesero nos dio a cada uno el menú.

— Yo quiero Bulgogi.

— ¿Y usted señorita?.

— Para mí un Kimchi — Sonrió, Yoona.

— ¿Y de tomar?.

— Un vino Merlot — El mesero asintió y recogió los menús para luego hacer una reverencia antes de retirarse — ¿Si puedes tomar vino?.

— Si puedo — Sonrió — Pero si lo hago debo esperar unas horas para poder alimentar a Eun-Ji.

Asentí lentamente entendiendo. La mesa estaba muy bien decorada, tenía dos floreros en casa esquina de la mesa, habían copas de agua, velitas pequeñas y los cubiertos encima de una servilleta.

— ¿Te parece bonito el lugar?.

— Si, es muy hermoso — Sonrió

— En la azotea hay música y una pequeña pista. Allí suben las parejas a bailar, o piden el lugar para algunas propuestas de matrimonio — Comenté y Yoona me miró atenta — ¿Te gustaría ir al terminar de cenar?.

— Si, me gustaría — Sonreí al escucharla.

Luego de los minutos el mesero llegó con nuestros pedidos. El ingrediente fundamental del Bulgogi es ternera cortada en tiras y marinada con salsa de soja, azúcar, aceite de sésamo y ajo. En cambio el kimchi es una receta de repollo chino fermentado con chile y otros ingredientes como el ajo, jengibre, sal y salsa de pescado. Entre esos dos platos me gustaba más el Bulgogi.

Yoona y yo empezamos a cenar entre pláticas, risas y algunos temas triviales. Realmente me agradaba demasiado pasar tiempo con ella, escuchar las cosas que me decía, las teorías de cualquier tema. Me gustaba verla sonreír, reír y aquel brillo en sus hermosos ojos azules.

— Abre la boca — Me dijo ofreciéndome Kimchi.

Terminé abriendo la boca y lo comí saboreando su sabor.

— Sigo prefiriendo el Bulgogi — Ella ríe al escucharme — Prueba — Le dije ofreciéndole una de las tiras de ternera.

Yoona abrió la boca y yo sonreí al ver que comía tímida. Ella masticó con lentitud y luego lo tragó. La vi limpiarse los labios con la servilleta y luego sonrió.

— Está delicioso — Terminó diciendo.

Serví el vino en las dos copas y luego le di una a Yoona. Ella lo agarró entre sus manos y luego dio un sorbo para al final poner una pequeña mueca haciendo que ría. Bebí un sorbo de mi vino y luego seguí comiendo mientras que escuchaba a Yoona hablar sobre cómo fue su embarazo. Me decía que en muchas ocasiones los sentimientos le ganaban y aquello la volvía sensible por cualquier cosa, también me dijo que muchas noches había llorado por lo sensible que había sido su embarazo. Y también que le habían dado muchos antojos, que Soo-hyun corría para traerle lo que ella quería.

Al escucharla me puse a pensar de lo mucho que me perdí de su embarazo. Me hubiera gustado ver como su vientre crecía cada día o cada mes. Me hubiera gustado que ella me hubiera pedido sus antojos a mi y no a Soo-hyun. Aunque ahora que lo pienso, a ese hombre le debo agradecer aunque no lo quiera. El todos estos meses estuvo para cuidar de Yoona, para darle un techo y comida, no sólo a ella, sino que también a mi hija. Él le cumplía cada antojo a Yoona y estuvo al pendiente del embarazo. Estuvo apoyándola todo este tiempo y nunca la dejó sola, ahora tampoco lo ha hecho a pesar de que ella no correspondió sus sentimientos.

𝐔𝐧𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu