𝖀𝖓𝖔

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Yoona;

Hace algunos minutos me había despertado, sólo que no quería levantarme de la cama, pero debía hacerlo ya que mi bebé tenía hambre. Sentí una de sus pataditas haciendo que sonría.

— Ya me voy a levantar — Murmuré haciéndolo.

Salí de la habitación y baje con mucho cuidado las escaleras. Debía tener cuidado con mi abultada panza.

— Señorita, Yoona. — Me hizo una reverencia

— No hagas eso, no es necesario — La señora sólo sonrió — Tenemos hambre.

— Claro, pasé al comedor. Le llevaré el desayuno.

— Muchas gracias, señora Yu.

— No es nada, ve a sentarte — Asentí caminando por el pasillo.

Me adentré al comedor y me senté en una de las sillas que había. Para ser sincera, nunca me imaginé vivir en una zona que era para riquillos, nunca me imaginé vivir con uno y mucho menos que fuera Soo-hyun. Aunque él no lo era, bueno, ahora es un riquillo, pero sabía que él era diferente a los demás riquillos que te pisoteaban y que se creían mucho solo por tener dinero.

Esta casa era perfecta, dos pisos, dos jardines, una piscina, habitaciones, biblioteca, una sala grande y entre otras cosas esensiales. Había recurrido a Soo-hyun cuando pasó todo con Jungkook, desde aquella vez que salí de su casa no volví a saber nada más de él y mucho menos lo volví a ver. Aquella noche le pedí ayuda a Soo, él amablemente me ayudó sin pedir nada a cambio, en ese entonces aún vivíamos en aquel barrio y Jungkook me llamaba todos los días.

Se que él aún me está buscando, pues Soo dice que él ha preguntado por mí y que me está buscando como loco. Eso sucedió una vez que Jungkook fue al local de los padres adoptivos de Soo-hyun.

He tratado de no hablar de él, de no pensar en él y en lo que me hizo, pero me es imposible no pensar en Jungkook, me es imposible no olvidarlo y me es imposible no amarlo. Desgraciadamente aún lo sigo amando y eso duele, me duele en lo más profundo de mi alma, me duele seguir amándolo y seguir pensándolo.

Y más aún que voy a tener un bebé de él.

Me duele que mi bebé vaya a crecer sin un padre, pero no puedo dejar que Jungkook se enteré, yo no lo quiero cerca de nosotros. Se que estoy siendo egoísta con mi bebé, porque no le estoy permitiendo estar con su padre, pero ojalá que cuando esté grande me entienda del porque no dejó que Jungkook se acerque a nosotros. Simplemente estoy muy herida por todo lo que él me hizo, por todos sus malos tratos y malas palabras en aquel falso matrimonio.

Eso era lo que más me dolía, él simplemente me hizo creer que todo era real, que nuestro matrimonio había sido real, que los abrazos, los besos, las caricias y sus falsos te amo eran real. Él me hizo creer en que todo aquello era real cuando la realidad era que todo había sido falso. Aún me duele cuando pienso en aquel matrimonio, en donde el supuesto cura nos hizo firmar aquel papel falso, ese papel de supuesto matrimonio había sido falso y el cura también lo era. Todo fue falso, ese cura no era un cura, sólo era un mensajero de la empresa de Jungkook.

Mierda, también creí en que él era alguien de mi misma clase social, pero no, ese Idiota tenía mucho dinero y es alguien muy importante en la alta sociedad. Siento que lo odio, pero también lo amo y eso es una jodida mierda.

— ¿Se encuentra bien? — Salí de mis pensamientos al escuchar a la señora Yu.

Sonreí sin ganas y asentí apartando las lágrimas traicioneras que se habían escapado al pensar en él y en todo lo que me hizo.

𝐔𝐧𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Where stories live. Discover now