⠀⠀⠀⠀⎙⎙⎙ | AWAKE TWO

33 7 2
                                    

Estúpido y sensual Dick Grayson.

Se supone que yo tenía que pedir matrimonio primero.

Estuve intentando volver a abrir los ojos por mucho tiempo, pero parecía que esa primera vez me había dejado muy agotado, y cuando escuché que Dick me decía con tristeza que eso podía ser malo decidí tomarlo con más calma.

Por mí estado no tengo buena noción de tiempo, para mí los días son apenas horas, así que no puedo decirlo con precisión, pero sabía que tardé bastante hasta vencer el sueño de nuevo, creería que días después del cumpleaños de Dick volví a la realidad una vez más.

Al abrir los ojos lo primero que vi fue a mí lindo ángel, miraba por la ventana de la habitación mientras cantaba una canción, no se la sabía del todo por lo que muchas veces su voz caía en balbuceos a ritmo de la melodía en su cabeza.

Mis ojos estaban vagamente abiertos, al sonreír se cerraron de nuevo, pero estaba despierto.

—Hermoso —murmuré.

—¿Jay? —Escuché que se levantaba de su silla de golpe y sus pasos apresurados para llegar a mí lado, sentí sus dedos acariciar mí rostro, me obligué a ahogar mí sonrisa para poder abrir mis ojos, encontrado los suyos, me perdí en sus orbes de aquel cálido azul un momento—. Estás despierto —Habló casi en susurros.

Asentí ligeramente, o eso intenté, mí cuerpo no me respondía del todo.

—Quiero verlo —murmuré, me sorprendí que mí voz sonara tan débil, no me sentía tan cansado como me demostraba.

Dick tardó un momento en entender, separó su mano izquierda de mí mejilla, para dejarla frente a mí, mí vista calló en el delicado anillo color negro en su dedo.

—¿El mío? —pregunté, no sentía nada en mis dedos, no tenía fuerza para levantar mí mano y ver tampoco.

—Aquí —dijo, su voz sonaba rasposa, su mano buscó en su cuello, hasta sacar una fina cadena de dentro de su remera, en esta colgaba el pequeño orbe negro, idéntico al de él.

Me lo mostró unos segundos antes de soltar la cadena y tomar mí mano.

—Me gusta —dije, él iba a hablar pero en vez de eso escuché un sollozo—. No llores.

Él negó, sorbió su nariz, me miró un momento y sonrió levemente.

Se acercó a mí rostro, volvió a tomar mis mejillas y juntó nuestros labios con delicadeza, presionando suavemente sus gruesos y suaves belfos contra los míos, que sentía en un estado desastroso.

Volví a dormirme, esta vez mejor que aquella primera vez, entre sus labios.

SLEEPTALK  ── JAYDICKWhere stories live. Discover now