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Dos dioses en un solo día ¿qué asombroso podía ser eso?
Rhea no comprendía que había pasado para que el mismísimo Hefesto la sacara de allí pero estaba agradecida con sus amigos y es por eso que lo primero que hizo cuando salió de su trampa fue abrazarlos como si hubiese pasado un siglo sin hacerlo, incluso si para ello solo fueron cinco segundos.
—Por favor nunca vuelvas a hacer algo como eso, princesita—Pidió la de trenzas enojada al salir del túnel del amor, admitía que el viaje había sido bastante silencioso porque Percy no había querido hablar mucho desde que se culpó a si mismo frente al dios hasta el punto de ofrecerse a si mismo en lugar de Rhea.
¿Acaso no era el amor el sentimiento más fuerte que existía?
—PJ—susurró la castaña con evidente melancolía, no quería decepcionarlo pero tampoco le parecía justo que se arriesgara por ella de nuevo—PJ, por favor, háblame—pidió como una niña pequeña, no había recibido señales alguna de su mejor amigo desde que la abrazó como si su vida dependiera de eso al momento que regresó a su forma humana.
Annabeth suspiró antes de hacerles una señal con la cabeza para comenzar a alejarse, sobraba allí, lo que sea que hablaran en ese lugar, sabía que estaba de más.
Incluso si estaba interesada por confirmar lo que le aterró.
Solo se fue para dejarlos solos.
—¿PJ?—Susurró Rhea esperanzada de que su amigo le hablara, sabía que estaba decepcionado por su decisión en el trono pero no dejaría que se sacrificara por ella.
Si en eso pasaría siempre entonces no quería que fuese así, no merecía que alguien más saliese lastimado o algo peor por su culpa.
Mucho menos Percy.
—No estoy enojado—Fue lo primero que dijo pasando su mano por su cabello para suspirar—Estaba aterrado de perder... no bromee cuando dije que no podía seguir sin ti, tú y mi mamá lo son todo para mi.
Rhea apretó sus labios para no gritar allí mismo, solo podía recordar a Ares.
—¿Tu... tu ibas a sacrificarte mi?
Percy sonrio.
—Rhea no es un sacrificio para mi... y si así fuese, lo haría todas las veces que fuesen necesarias para saber que tu estarás bien—La castaña sintió su corazón latir más fuerte, ¿Acaso no le importaba él? ¿Estaba dispuesto a todo por ella—Daría mi vida por ti
Silencio.
—Pero no quiero que des tu vida por mi, PJ—Susurró la niña levantando su cara al cielo donde las estrellas hacían brillar la noche, sentía que viendo arriba tenía más fuerzas para enfrentar la realidad—No quiero que nadie de la vida por mi... mucho menos tú,no lo soportaría...
