ー GRAVE ERROR

50 5 4
                                    

Se despertó nuevamente, con nuevos dolores en el cuerpo y un nuevo paisaje. No llegaba a reconocer sus alrededores, era una nueva habitación y como mucho adivinaba que aún estaba en la batcueva. Se notaba con el estilo y la poca decoración pero ¿qué parte de la batcueva es esta?

Miró bien en donde estaba sentado; una cama matrimonial, luego, el suelo alfombrado y una mesita de noche al lado de la cama.

- ¿Batman? - Llamó casi afónico. Se sujetó de la garganta y mientras lo hacía se dio cuenta de que no llevaba nada de ropa. Agarró rápidamente la manta que solo tapaba sus partes para luego envolversela en el cuerpo. - Joder... - Tragó saliva y miró fijamente hacia la puerta, ahora ya no quería la visita de nadie hasta encontrar con qué taparse, por ende, se estiró para alcanzar al cajón de arriba (que es el único que alcanzaba) de la mesita y lo abrió encontrando solo maquillaje. Arrugó el ceño antes de agarrlo todo y dejarlo sobre su regazo. Con el maquillaje venía un pequeño espejo para mirarse y fue lo primero que agarró en cuanto tenía todo cerca.

Se miró fijamente en el reflejo, por primera vez en mucho tiempo se veía a sí mismo a pesar de no haber tomado medicamentos sintiéndose igual o hasta peor que antes de desmayarse.

Se acarició la mejilla y cerró los ojos mostrando una leve sonrisa. Por una vez, había paz en su interior, se imaginó una tranquilidad junto a Bruce, el pelinegro amable y gracioso con el que ha estado pocas veces y a la vez todos los días de la semana, siendo solo este Bruce su escapatoria de la psicosis, la paranoia y torturas tanto mentales como físicas. Pero entonces llegó otra escena, más reciente, donde sus labios tocaban otros, intentaba alzar más la vista para saber de quienes eran y cuando al fin consiguió pegar sus ojos a los desconocidos quedó estupefacto; besaba a Batman con lentitud al principio, no obstante, al parpadear desapareció.

- ¿Otra vez con otro en la cabeza? - Habló la voz del Bruce restante.

Arthur reaccionó de inmediato abriendo los ojos y lanzando el espejo a donde creía que estaba pero vio a otra persona parada junto a la puerta.

- ¿B-Batsy?

- ... A ver,  - Miró el espejo que agarró al vuelo, no había nada raro en el cristal y menos en el marco. - Joker... Desde que he vuelto te he notado exageradamente extraño, más de lo normal y, bueno, ya hablaremos sobre el bes- Se obligó a callarse en cuanto levantó la mirada y vio el huesudo cuerpo desnudo intentar levantarse. Con las mejillas coloradas se acercó rápidamente a él, dejó el espejo a un lado y le sujetó de los hombros para sentarlo, desviando la mirada a otro lado avergonzado.

- ¿D-dónde está... Mi ropa? - Le sujetó del brazo echándole una mirada indefensa que confundió al menor.

- Y-yo... A-ah.. - Apartó el brazo lentamente mientras miraba a los alrededores intentando no mirar al peliverde. Se dirigió al lado derecho de la cama y ahí, en el cajón de abajo, saco un camisón negro abrochable que se había dejado una gata que conocía bien. Le era vergonzoso darselo al Joker y más verselo puesto, se veía como una furcia, débil y desnutrida que pide ayuda por los altos para que la salven de sus lamentos. - Solo tengo esto, tu ropa está empapada de sangre, has perdido mucha. - Informó mientras le pasaba el camisón, sin embargo este no parecía querer agarrarlo (o mejor dicho, poder) y como tampoco parecía negar su uso, Batman se lo puso por él. Con delicadeza, le abrochó cada uno de los botones hasta llegar a la zona de la cadera donde le insistió al payaso para que siguiera él.

Era extraño, antiguamente, en sus tiempos mozos con Selina pasaba lo mismo y no podía acabar de abrochar, pero ahora, con la relación amistosa que tenía con la gata, sentía que podía seguir la fila de botones sin vacilar.

¿Cuál era la diferencia entre Selina y Joker? ¿Por qué no puede mirarle a la cara? ¿Por qué él no puede despegarse? Agitó la cabeza a los lados pues no era momento de hacerse ese tipo de preguntas.

【• ~ LOVE BLINDNESS ~ •】Where stories live. Discover now