Capitulo 4

86 18 0
                                    


Kim namjoon gritó triunfante, al frenar su caballo en el extremo de Green Park, del lado de Piccadilly.
-¡Me debes veinte libras, yoon!- exclamó por encima del hombre cuando el vizconde llegó al galope detrás de él, en su bayo. Min yoongi hizo una mueca sombría a Nam.
Empezaron a hacer girar en círculo sus caballos. Los dos amigos acababan de salir de Boodles, tras terminar una perfecta partida de cartas, cuando Nam mencionó su nuevo potro negro. Yoongi estaba lo bastante borracho como para aceptar la apuesta, y mandaron a buscar sus caballos.
-Los dos podríamos habernos roto la nuca, ¿sabes?- dijo yoongi muy razonablemente, aunque sus ojos veían casi doble. -Recuérdame que no vuelva a repetir esto-
Nma pensó que aquello era terriblemente gracioso y empezó a reír tan fuerte que casi perdió el equilibrio.
-¡Como si alguien pudiera impedir que hicieras lo que te da la gana, especialmente cuando estás borracho! Pero no importa, viejo. Probablemente mañana no recordarás esta audaz escapada y, si la recuerdas, no creerás en tu memoria. Ah, ¿dónde diablos estaba esa maldita luna, cuando más la necesitábamos?-
Yoongi miró la órbita de plata que emergía de un bloque de nubes. La cabeza le daba vueltas.
¡Maldición! La carrera debía haberle despejado un poco la cabeza.
Su mirada era vaga, pero logró enfocar a su amigo.
-¿Cuánto quieres por ese caballo, nam?
-No quiero venderlo. Ganaré más carreras con él.
-¿Cuánto?- repitió tercamente yoongi.
-Pague por él doscientas cincuenta, pero...
-Trescientas.
-No está a la venta.
-Cuatrocientas.
-Vamos, yoongi- protestó nam.
-Quinientas.
-Te lo mandaré por la mañana.- yoongi sonrió satisfecho.
-Debí pedir mil- dijo nam sonriendo. -Pero sé dónde puedo comprar al hermano de este caballo por doscientos cincuenta y no quise aprovecharme de ti.
Yoongi rió. -Estás desperdiciando tu talento, nam Deberías conseguir un puesto en el mercado.
-¿Y dar a mi pobre madre un motivo más para maldecir el día en que tuvo a este hijo? No, gracias. Seguiré como soy, aprovechándome de los que hacen buenas ofertas, como tú, para sacar un limpio y bonito beneficio. De todos modos es más divertido. Y hablando de diversión, ¿no deberías presentarte esta noche en casa de Shepford?
-Maldición- gruñó yoongi, y todo su buen humor desapareció. -¿Para qué me lo has recordado?
-Es mi buena acción del día de hoy.
-No me acercaría a ese lugar si no tuviera que cortarle las alas a mi gallinita- confesó yoongi.
-¿Te alborotó las plumas, eh?
-¿Creerás que piensa ponerme celoso?- pregunto yoongi ofendido.
-¿Tú, celoso?- nam resopló. -Me gustaría ver ese día, de verdad me gustaría.
-Estás invitado a venir y ver mi actuación. Quiero dar una buena lección a lady E. antes de terminar- dijo Yoongi sombríamente.
-Supongo que no pensarás invitar a dar un paseo al pobre tipo que le sirve de acompañante, ¿verdad?
-¡Dios, batirse por un omega! Claro que no. Pero ella lo creerá, cuando en realidad le daré la bendición para que se quede con ella. Y ella quedará para lamentar su locura, porque me verá por última vez.
-Es una nueva manera de afrontar el problema- musitó Mark. -Lo recordaré para imitarte. Oye, ¿por qué no me das a mí la bendición para que la reciba? Lady E. es una mujer muy bonita. Pero...- nam miró al otro lado de la calle. -Hablando de... ¿no es ese su carruaje?
Yoongi siguió la dirección señalada y vio el coche brillante y chillonamente pintado de rosa y verde, que tan bien conocía. -Imposible- murmuró. -Ella moriría antes de llegar tarde a ese baile, y ya hace rato que ha empezado.
-No conozco a nadie más que posea un coche de aspecto tan elegante- señaló nam. -He pensado pintar el mío con esos colores.
Yoongi le lanzó una mirada horrorizada y volvió a mirar a la calle. -¿Conocemos a alguien que viva en esta calle?- preguntó a su amigo.
-No recuerdo a nadie- empezó diciendo Nam -Un momento... Creo que sé de quien es la casa junto a la que se ha detenido. La casa pertenece a la familia Malory... ¿cómo se llama?... Ya sabes. No ese loco que se ha ido hace años, sino el otro, ese que tiene mejor puntería que nadie... ¡oh, ya lo tengo! ¡Anthony! Lord Anthony. ¡Dios me valga! Espero que no quiera ponerte celoso con él. Ni si quiera tu te atreverías a meterte con él, yoon.
Yoongi no contestó.
Lenta, muy lentamente, dejó el parque y atravesó la calle.
Si se trataba de Selena, estaba realmente donde él no podía dejar de verla, porque pasaba por allí todas las noches cuando se dirigía al club. Se había despertado su curiosidad. ¿Estaría Selena sentada en aquel coche cerrado, esperando a que él pasara, sin saber que él ya la había dejado atrás? ¿Había encontrado acompañante para aquel maldito baile y ahora quería a toda cosa arrastrarlo a él? Porque era imposible que conociera a Anthony Malory. Él y sus amigos eran un grupo totalmente diferente, todos calaveras, todos despreciados por la sociedad. La reputación de yoongi podía estar manchada, pero ni siquiera él se mezclaría con aquel grupo de desechos. Aunque tal vez hubiera conocido de algún modo a Malory, no se pasaría allí precisamente esta noche. El baile de los Shepford era demasiado importante. No había hablado de otra cosa desde hacía un mes. ¿Y si hubiera ido a flirtear con Malory?
Yoongi se detuvo ante la acera, a tres casas de distancia. Nam le alcanzó: parecía alarmado.
-No es una apuesta lo que he hecho, ¿sabes?- dijo muy gravemente. -Espero que no pienses hacer una tontería, ¿verdad?
-He estado pensando, nam- yoongi sonreía. -Si lady E., está ahí, saldrá en cualquier momento.
-¿Cómo lo sabes?
-El baile. Tal vez llegue tarde, pero no querrá perderlo, te lo aseguro. Pero tal vez lo pierda después de todo. Sí, no le vendría mal perderlo. Un omega no debe preocuparse tanto por una cosa hasta el punto de olvidar al hombre de su vida. Es una lección que debe aprender bien, ¿no te parece? Sí, tiene que aprenderla. Muy bien. Para que no vuelva a cometer el mismo error.
-Min, ¿qué demonios estás planeando?- preguntó nam alarmado.
Yoongi no contestó, porque su atención se vio distraída por una puerta que se abría calle arriba. Su sonrisa se amplió cuando Selena Eddington emergió. Llevaba sobre los ojos un antifaz negro, y se cubría la cara con las manos, pero él hubiera reconocido en cualquier parte aquel pelo. Llevaba una larga capa bordeada de piel, cerrada en la garganta. La capa estaba echada hacia atrás, revelando un maravilloso hanbok rosa. Yoongi quedó atónito. ¿Rosa? No era uno de sus colores preferidos. Con desprecio decía que era el color de la inocencia, condición que había perdido hacia tiempo sin lamentarlo. Supuso que quería impresionar a la duquesa de Shepford con su juventud.
Se volvió hacia el hombre que estaba a su lado y yoongi reconoció a Anthony Malory. Conocía muy bien aquellos hermosos rasgos morenos, lo había visto con frecuencia en los clubes, aunque no se podía decir exactamente que fueran conocidos. Selena le debía encontrar muy atractivo, yoongi tuvo que reconocerlo. Bueno, que tuviera suerte. Malory era un soltero, si se quiere, más empedernido que yoongi. Jamás Selena lograría llevarlo ante el altar. ¿Acaso ella no se daba cuenta?
Miró divertido cómo ella abrazaba a Malory y le daba un rápido beso. Era obvio que él no iba a acompañarla al baile, porque estaba vestido con una bata de estar en casa.
-¿Bueno, qué piensas de esto?- preguntó nam, muy incómodo, acercando un poco más su caballo. -Es lady E. ¿verdad?
-Sí, y el coche está colocado hacia aquí, nam, de manera que me iré por el otro lado. Hazme el favor de entretenerlo hasta que dé la vuelta, todo el tiempo que puedas.
-Caramba, ¿qué piensas hacer?
-¿Qué pienso hacer? Pues llevar a casa conmigo a Lady E. ¿Qué otra cosa voy a hacer?- dijo yoongi con una risita. -Daré la vuelta a la manzana y cortaré por Mayfair, para volver a Park Lane con ella. Espérame allí.
-¡Que te ahorquen, yoongi!- exclamó nam -¡Malory está ahí, de pie!
-Sí, pero no irá a perseguirme por la calle a pie, ¿verdad? Y no debe tener un arma a mano si acaba de acostarse con ella.
-No lo hagas, yoon.
Pero yoongi no estaba lo bastante sobrio como para pensar. Movió su corcel por la calle en dirección al coche, adquiriendo un poco de velocidad antes de llegar junto a él. Después giró al final de la calle y subió a la acera, tomando a todos por sorpresa, al detenerse entre la casa y el coche. Se apoderó de Selena, la levantó y la puso atravesada sobre su caballo. "Muy bien hecho", se felicitó a sí mismo. No lo hubiera realizado mejor en caso de no estar borracho. Los gritos estallaron tras él, pero él no disminuyó el galope del caballo. La mujer que llevaba atravesada sobre el animal empezó a chillar, pero él le puso rápidamente en la boca su pañuelo de seda blanca, sofocando sus gritos. Después le ató las muñecas con su corbata. Ella se revolvía con tanta fuerza que él corría peligro de perderla, de manera que la hizo dar vuelta hasta que quedó sentada delante de él, y entonces le echó la caperuza de la capa sobre la cabeza, envolviéndola más. Es como un saco, pensó con satisfacción. Rió cuando doblaron en una esquina y se dirigieron hacia Park Lane.
-Parece que nadie nos sigue, querida. Tal vez tu cochero, Tovey, me haya reconocido y sabe que estás en buenas manos- Volvió a reír oyendo los sonidos sofocados que ella hacía bajo la capa. -Si, ya sé que estás enojada conmigo Selena. Pero consuélate: podrás tener un ataque de rabia cuando te deje partir... mañana-
Ella empezó a luchar de nuevo, pero unos escasos minutos después llegaron a su casa de la ciudad en Park Lane. Kim namjoon estaba de pie ante la gran zona oscura de Hyde Park, al otro lado de la calle, y sólo él vio que yoongi se echaba el bulto sobre el hombro, y se metía dentro de la casa. El lacayo procuró no parecer demasiado sorprendido.
Nam los siguió adentro y dijo: -Ni siquiera intentaron seguirte.
-Oh, eso significa que el cochero me reconoció- dijo yoongi riendo. -Probablemente ya le ha explicado a Malory que la dama y yo somos amigos.
-Todavía me parece increíble lo que has hecho, yoon. Ella nunca te lo perdonará.
-Ya lo sé. Pero ahora sé un buen amigo y sígueme arriba para encender algunas lámparas antes que yo deposite mi equipaje- Hizo una pausa para sonreír a su criado, que tenía los ojos clavados en los pies que colgaban del hombro de Su Señoría. -Dile a mi lacayo que saque mi ropa de etiqueta, Tyndale. Quiero salir de aquí en diez minutos. Y si se presenta alguien, con el motivo que sea, dile que salí hace una hora para el baile del duque de Shepford.
-Está bien, milord.
-¿Sigues con la idea de ir?- preguntó nam atónito, cuando él y el mayordomo subían detrás de yoongi.
-Naturalmente- replicó yoongi. -pienso bailar toda la noche.
Se detuvo ante un dormitorio en el fondo de la casa, en el segundo piso, no sin controlar antes que en el cuarto no hubiera nada de valor que Selena pudiera destrozar en su furia. Satisfecho, dijo a Tyndale que buscara la llave y después hizo una señal con la cabeza a nam para que encendiera la lámpara.
-Pórtate bien, querida y no alborotes demasiado- Le palmeó las nalgas de manera familiar. -Si empiezas a chillar o haces tonterías, Tyndale se verá obligado a intervenir. Y estoy seguro de que no va a gustarte pasar las pocas horas siguientes, atada a la cama- Hizo una seña a nam para que abandonara el cuarto antes de dejarla caer sobre la cama. Después aflojó la atadura de las muñecas y salió del cuarto, cerrando la puerta con un suave clic de la llave. Sabía que ella iba a quitarse la mordaza tarde o temprano, pero él no iba a estar allí para oírla.
-Vamos, nam. Tengo trajes de etiqueta que puedo prestarte si me quieres acompañar al baile.
Nam movió la cabeza, confundido, mientras seguía a yoongi hasta el primer piso, donde estaban sus habitaciones.
-Podría acompañarte, no tengo otra cosa que hacer, pero no entiendo por qué vas a ir ahora que ella no estará allí.
-Es el golpe final- rió yoongi. -No tiene sentido dejar sin baile a lady E. si sus queridas amigas no le dicen mañana que no he perdido una pieza desde que llegué hasta que me fui.
-Eso es cruel, Min.
-No más que el hecho de que me haya dejado por Malory.
-Pero si eso no te importa- señaló Min, exasperado.
-En verdad, no me importa. De todos modos, es una especie de reacción ¿no? La dama se sentía exasperada si yo no hiciera nada.
-Si ella pudiera elegir tu reacción, Montieth, estoy seguro de que no elegiría ésta.
-Oh, bueno, es mejor esto que provocar a duelo a Malory. ¿No te parece?
-¡Cielos, claro que sí!- nam estaba auténticamente asustado. -No tienes ninguna posibilidad contra él.
-¿Lo crees?- murmuró yoongi. -Bueno, es probable que sea así. Después de todo él tiene más práctica que yo. Pero nunca lo sabremos, ¿verdad?
-----

OnceWhere stories live. Discover now