- Llegamos – dijo Koky, moviendo mi hombro para despertar.
- Dae, despierta – dijo Ron, estacionando. – Luego de bajar las cosas puedes seguir durmiendo.
- Bueno – contesté, frotando mis ojos.
Tía Lily salió de su casa para recibirnos, nos ayudó a bajar las cosas.
- Unas mantas vienen en el coche de Dosy – dijo Koky.
- Esperemos que lleguen entonces – dijo ella sonriendo. – La cena la tengo casi lista, iré por las cosas y las llevaré a su casa para cenar.
- Gracias – dijo Ron – la ayudaré.
- No te preocupes Ron – dijo ella. – Vienes cansado de conducir todo el viaje... Aprovecharé de conversar un tema con Koky y Tim, volvemos en seguida.
- Ok – dijimos los cuatro al mismo tiempo.
Con Ron cerramos la puerta de la casa al entrar y comenzamos a guardar algunas cosas.
- Llegamos – dijo Teo, abriendo la puerta de la casa.
- Estamos aquí – grité, desde la segunda planta.
Estábamos guardando las mantas y los sacos de dormir. Los chicos terminaron de entrar las cosas y se pusieron a ordenar.
- Creo que mañana después de la escuela lavaré las mantas – dijo Dosy.
- Yo creo que antes de irnos dejaré lavando las toallas mañana – dijo Teo. – Para que no agarren mal olor por la humedad. Pam, ¿Puedes colgarlas afuera, por favor?
- Voy – respondió él.
- Las cosas de Tim y Koky las dejaré cerca de la puerta – dijo Ron.
- La ropa sucia que venía en bolsas la dejé en el cesto de ropa sucia, faltan solo los pijamas – dije, sacando mi pijama de mi bolso.
- El mío está en mi bolso – me gritó Pam. – Sácalo, por favor.
- El mío igual Dae, está en mi bolso – dijo Dosy.
- El de Ron y el mío están en el bolso de él – dijo Tae. – Sácalos igual, por favor.
Tomé todos los pijamas de los bolsos y los dejé en la ropa sucia, luego comencé a subir los bolsos para dejar uno a uno sobre la cama del dueño.
- ¿Qué haremos para cenar? – gritó Teo, cuando llegó a la cocina.
- Tía Lily dijo que traería la cena – dijo Ron, llegando a la cocina. – Dijo que conversaría con los chicos y volvería.
- Se ha demorado mucho – dije, llegando hasta ellos.
- Primera vez que está tanto tiempo sin ellos, así que se tomará su tiempo – dijo Pam, entrando a la cocina.
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La luz tras la Ventana
Teen Fiction¿Qué pasaría si ves por la ventana a tu vecino a punto de poner su vida en peligro? Dae un chico alegre y tierno de 16 años, corre a ayudarlo sin dudar, no le importó que fuera media noche, ni que técnicamente estaba irrumpiendo en una casa por la v...