¿Qué pasaría si ves por la ventana a tu vecino a punto de poner su vida en peligro?
Dae un chico alegre y tierno de 16 años, corre a ayudarlo sin dudar, no le importó que fuera media noche, ni que técnicamente estaba irrumpiendo en una casa por la v...
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— Creo que lo hicieron por no molestar — dijo Pam despreocupado, mientras veíamos como Teo picaba las verduras para el guiso.
— No molestan y ellos deberían entender eso, pero hoy no insistiremos — dijo Ron tocando el hombro de Teo para calmarlo.
— La próxima vez si dicen que no... Iré yo mismo a buscarlos — dijo finalmente Teo entre risas, se sabía que no aguantaría volver a recibir un no por respuesta.
Subí a mi cuarto cansado, el día estaba fresco y prefería tirarme sobre mi cama a descansar, pero sin darme cuenta me dormí.
Me desperté cuando Pam me habló para cenar, la cena estuvo bien, seguido de un juego de cartas y risas, ya a las 21:00 nos fuimos todos a acostar.
No tenía deberes que hacer para la escuela, así que ya con el pijama puesto y acostado, revisé mis redes sociales y videos en internet. La verdad era que me aburrí muy rápido y dejé mi celular sobre mi pecho seguido de un gran suspiro, me había propuesto no ir esa noche donde Koky.
Mientras estaba boca arriba lo único que pensé fue en buscar formas de quedarme dormido lo antes posible para no seguir pensando en él, en como estará o en lo rápido que me quedaba dormido junto a él. Sin resultados alentadores, volví a tomar mi celular y busqué una serie de espías que Dosy nos recomendaba mucho.
Me entretuvo la serie, pero el sueño aún no se apoderaba de mí y fue así como del capítulo 1 pasé al 2, al 3, 4, 5 ... Capítulo 8. A decir verdad la serie no me atrapó, pero dije que la vería hasta que me diera sueño y eso no pasó nunca. Fui consciente de la hora cuando escuché el ruido de la puerta del baño, seguramente era Pam para bañarse, la hora marcaba '07:05', — por lo menos no molesté a Koky — me dije para tranquilizarme.
Cuando salió del baño, decidí entrar corriendo para calmar mi cabeza. Me bañé y cuando estuve listo fui a la cocina más temprano de lo habitual.
— Me sorprende lo temprano que despertaste hoy — me dijo Teo, mientras me daba mi tazón de cereal.
— Sí, tuve una noche de maravillas — mentí, pero no quería que ellos se enteraran.
— Deberías intentar cambiar tu cara si nos vas a mentir tan descaradamente — dijo Ron entrando a la cocina.
— Déjalo, nos lo dirá cuando quiera — confesó Teo, desordenándome el cabello con su mano.
Me tranquilizaba que no insistieran y a la vez que me conocieran tan bien. Listos para irnos y salir de casa, Dosy llegó tocando la bocina.
— Justo a tiempo, yo pasaré al trabajo de mamá primero antes de irme a la escuela, nos vemos a la tarde — dijo Ron despidiéndose y subiendo a su coche.
— Vamos, Dosy nos está esperando — dijo Pam, cerrando la puerta de la casa.
Nos montamos en el coche de Dosy, escuchando música, cantando como siempre, él nos contó lo que hizo el día anterior y nosotros le contamos como fue que Pam perdió todas las partidas de naipes.
