HeeRan tiene una mala racha en su galería de arte desde hace meses, luego de recibir una visita inesperada de dos hombres misteriosos que le proponen ayudarla con todos sus problemas con la condición que también resuelva los suyos.
- Contenido explí...
A la distracción de JungKook, HeeRan comía los pastelitos que le había llevado la hermana de este. Su ansiedad había sido reemplazada por una grata satisfacción cada que daba un mordisco, se había perdido en los sabores variados de los cupcakes. Al estar distraída, no se percato de la presencia de dos jóvenes artistas que trabajaban para ella.
Los hermanos Han eran una especie de artistas callejeros que su expareja la hizo conocer, su cercanía se limitaba a los negocios y pasar un tiempo drogándose hasta quedar inconscientes.
— HeeRan, ¿estas disponible? — estos se acercaron con unos sobres de cocaína.
Ella entro en un conflicto interno, no quería aceptar pero su extraña necesidad al ver las pequeñas bolsas con contenido blanco habían hecho que quisiera sentirse bien, nuevamente.
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Cuando las pequeñas bolsas se habían quedado sin contenido, los tres se quedaron un tiempo procesando la situación hasta que HeeRan se ofreció a conseguir un poco más. Fue hasta la primera planta donde se encontraba JungKook siendo hostigado nuevamente pero esta vez por un hombre de su misma edad, la situación la estaba matando necesitaba más y eso la hacia sentirse ansiosa. Se tambaleaba un poco pero lograba disimularlo, su maquillaje siguiera intacto su sistema ya no. Al estar cerca le tocó el hombro al castaño, llamando su atención.
— ¿Me puedes dar algo de tu producto? — no quería que alguien más escuchara por lo que se acerco un poco a él — lo necesito para unos amigos, ellos se acabaron la que tenían y yo me ofrecí a conseguirles más.
JungKook rodo los ojos, odiaba a esas personas. Tomó el rostro de la peli azul que mostraba una mirada perdida, demostrándole que ella también había consumido, no la quería odiar.
—No tengo nada de eso...
— ¿Cómo que no tienes?, debes de cargar un poco por si aparece un cliente, ¿no? — esta intento buscar en la chaqueta pero JungKook se alejo un poco.
Chasqueo sus dedos llamando la atención de HeeRan — Préstame atención a lo que te dire. — esta no lo hacia, así que nuevamente volvió a tomar sus mejillas haciendo que lo viera — Mierda, que me mires. No soy una mula.
— ¿Cómo?, ¿qué? — se presento confundida a la confesión — ¿No es de eso en que trabajan NamJoon contigo?, ¿ahora me dirás que todo ha sido un mentira...?, ¿nunca has trabajado de repartidor?
— Nunca lo he hecho, — la tomo de los hombros y se la llevó a una parte más lejana, donde no estaban pasando las personas — no te he mentido, no soy un distribuidor drogar como no soy un verdadero artista...
— ¿Cómo que no eres artista? — grito llamando la tención, por su parte JungKook se tomó el puente de la nariz un poco frustrado — ¿Y esto que mierdas es esto? — se acerco a una pieza — Si no eres un vendedor de drogas, ¿qué haces generando tanto dinero? — este quiso sostenerla de su brazo para llevarla al segundo nivel y mejor discutirlo en otro lado, pero no lo logro cuando HeeRan se soltó — Dime, ¿matas personas para ganarte la vida...?
El silencio de JungKook fue su confirmación, este no sabía que hacer o decir ya que estaba un poco decepcionado de si mismo, las personas no escucharon realmente ya que no le prestaron atención al verla fuera de sus cinco sentidos. La mente de HeeRan había disparado al propósito inicial del castaño y de NamJoon con el lavado de dinero. Se había vuelto cómplice del criminal que tenía frente a ella, todo por su avaricia había encubierto la muerte de varias personas alrededor de esos meses.
Se reprochaba por haberse acostado con un asesino, somo si jugarán a la parejita. Las nauseas se habían presentado con intensidad y la información la termino de marear, haciendo que todo el vomito que estaba por salir, lo sacará sobre una de las piezas que estaba en los mostradores. Todos al darse cuenta de la situación no pudieron evitar comenzar a grabar la escena que había montado HeeRan. JungKook solo cerro los ojos sin saber que hacer en ese momento, la peli azul no estaba al cien por ciento sobria.
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Luego de la bochornosa situación, las personas se marcharon. HeeRan estaba en mal estado, se sentía como si estuviera en abstinencia y solo habían pasado unas horas luego de la situación. Todo su alrededor daba vueltas, estaba asustada, no quería ver a JungKook ni mucho menos tenerlo cerca. Tenía miedo de al saber la verdad, podía ser desecada.
Ahora entendía todo, su instinto había dicho que no lo hiciera pero su necesidad de poder salir a flote luego de meses de no conseguir nada la habían llevado a tomar medidas desesperadas. No estaba consiente de cuanto tiempo realmente había pasado pero al ver el sol del amanecer le dieron a entender que no ha sido poco.
Se sentía agotada, pero no podía pegar un ojo por si pasaba algo. La confianza que se había generado en la relación de conocidos con beneficio se había roto, la tenía hecha un desastre. No soportaba seguir derramando lagrimas por lo idiota que se tuvo que ver ahí la noche anterior, como desde el primer día que NamJoon le ofreció ser parte de ese negocio.
El sonido de la puerta al ser abierta la asustó, ya que esta estaba con llave, la había colocado cuando salió la ultima persona del lugar. JungKook se encontraba con una ropa totalmente diferente y con una bolsa en sus manos, colocando sus nervios más alterados.
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