Naruto - Una gota de veneno ✔️

1 - Prologo

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 1

Naruto Uzumaki no era una persona que castigara con dureza.

Había tenido una vida dura, es cierto, pero siempre había buscado el lado bueno de las cosas. Quejarse de los problemas nunca servía para solucionarlos, y no te acercaba a tus objetivos. Cuando era posible, ponía la otra mejilla, si no, gastaba bromas.

Así era él.

Sin embargo, su dura vida le había traído una cosa: estaba muy a la defensiva con los que llamaba amigos. Tenía muy pocos, y ante su dolor el suyo no era nada.

Así que, sabiendo eso, puede decirse que la paliza que Naruto propinó a Mizuki, su antigua maestra de Taijutsu, fue totalmente proporcional al delito.

Según la ley de Konoha, el hombre era culpable de traición, por lo que nadie se enfadaría por la muerte de Mizuki, pero Naruto detuvo su mano, o manos en este caso, y dejó al hombre con vida. Hecho papilla, es cierto, pero vivo.

"Jeje... Me he pasado un poco... ¿Iruka?"

Se había dado la vuelta para hablar con el segundo hombre al que podía llamar amigo, después del Sandaime. El chūnin estaba inmóvil, su cabeza había caído hacia atrás en algún momento mientras los numerosos Narutos golpeaban a Mizuki.

"¿Iruka?"

Naruto no había escuchado mucho sus lecciones de primeros auxilios, pero sin embargo recordaba algunas. La temperatura de su instructor favorito no era normal, y su respiración era lenta. Era visible que algo le pasaba.

Naruto tardó sólo un segundo en volver a llamar a sus clones, aunque algunos ya se habían marchado a su apartamento como les había ordenado. Recogieron rápidamente el cuerpo de Iruka, asegurándose de pisar a Mizuki unas cuantas veces por el camino, y corrieron de árbol en árbol sosteniendo su cuerpo en alto. Naruto pudo ver cómo los clones restantes no recogían a Mizuki con cuidado y le seguían, pero su mente estaba concentrada en llevar a Iruka al hospital lo antes posible.

Cuando Naruto llegó al hospital, el Hokage ya estaba allí, lo que reforzó el arraigado conocimiento de Naruto de que el Sandaime siempre lo sabía todo tal y como había sucedido y sólo le dejaba hacer sus travesuras por placer por los resultados.

En realidad, se sentía orgulloso de que su propia técnica hubiera conseguido derribar al anciano por una vez. Normalmente ya estaría presumiendo de ello, pero tenía cosas más importantes que hacer.

Dos ninjas médicos salieron de detrás del líder de la ciudad en cuanto los clones que sujetaban a Iruka tocaron el suelo, recogieron al chūnin y lo llevaron dentro en una camilla. Dos de aquellos extraños ninjas enmascarados hicieron lo mismo con el cuerpo de Mizuki, aunque éstos no se molestaron en llevar una camilla. El que estaba detrás de la máscara de cuervo incluso disimuló un bufido cuando uno de sus clones le dio una última patada justo entre las piernas, y Naruto contó cada emoción que recibía de aquella gente como una victoria. Llevaban años controlándole en su apartamento, y siempre parecían estatuas de piedra en movimiento por todos los sentimientos que mostraban.