006

2.4K 265 175
                                    

Una figura femenina, después de cuidadosamente guardar sus preciosas prendas en una de sus grandes maletas, suspiraba con evidente cansancio. Aunque exhausta, la satisfacción llenaba sus ojos al contemplar cada prenda cuidadosamente acomodada. Entre todas sus pertenencias, dedicó un espacio especial para sus amados tacones y botas, demostrando su aprecio por el refinado arte del calzado.

Ahora, con ocho maletas en total, incluyendo su maletín de maquillaje, se preguntaba con cierta inquietud cómo lograría llevar consigo todas sus posesiones. Cada maleta cargaba consigo no solo objetos, sino también recuerdos y parte de su identidad. Era un desafío logístico, pero también un testimonio de su estilo de vida y preferencias.

Con la mirada fija en el reloj, la figura femenina se percató de que el chófer estaría por llegar. La anticipación y emoción se mezclaban con el agotamiento físico, formando un cóctel de emociones en ese momento crucial antes de partir.

Con paso lento y deliberado, Kae se aproximó a su novio, quien estaba inmerso en sus juegos en línea. Con calma, lo llamó —Ya casi es la hora de irme. Si necesitas algo, no dudes en llamarme, y vendré rápido, ¿de acuerdo?

Lo único que obtuvo como respuesta fue un lacónico —Lo que digas— pronunciado sin despegar la mirada de la pantalla, dedicando su atención al mundo virtual que lo absorbía.

Kae, sintiéndose rechazada, se volvió con molestia y comenzó a sacar lentamente sus maletas, disponiéndose a cargarlas en el elevador.

—Kae— la llamó él antes de que lograra extraer la última maleta —Te amo— afirmó, mirándola directamente a los ojos con una sonrisa.

La pelimorada solo rodó los ojos, sin ceder ante el gesto afectuoso. Salió del departamento con determinación. —Yo no tengo la culpa de tus cambios de humor, piensa bien en tus acciones en estos días que te quedarás solo— declaró con firmeza antes de cerrar la puerta con enojo y dirigirse hacia el elevador.

Gracias a la colaboración de dos vecinos, Choso, el joven trabajador del acuario, y Higurama, el serio abogado, Kae logró llevar sus maletas hasta la puerta de entrada.

Agradeció con un sincero —Gracias, Choso— y Gracias, Higurama— mientras los dos le dedicaban una sonrisa amable antes de partir.

No pasaron más de cinco minutos cuando una elegante van negra se detuvo frente a ella, y el chófer se ocupó de cargar sus pertenencias mientras Kae se adentraba en el vehículo. Parecía que iba a emprender este viaje sola.

El trayecto no se sintió pesado, y la sorpresa la aguardaba al llegar. Suguru la esperaba afuera, tomándole la mano para guiarla hacia el edificio. Alrededor, algunos camarógrafos esperaban ansiosos, ya que el edificio de Suguru era conocido por albergar a diversas celebridades.

—No tardaste mucho— comentó Suguru mientras subían por el elevador —pero espero que te sientas cómoda viviendo conmigo—

Kae, nerviosa pero sonriente, no dijo nada en respuesta, dejando que sus emociones se manifestaran en el brillo de sus ojos.

...


—Ponte cómoda o no sé si quieras que te ayude a desempacar— Suguru sugirió al ver la cantidad de maletas que Kae llevaba consigo —Vaya sorpresa, Kae

—No te preocupes, yo lo haré sola— le respondió ella con una sonrisa. Luego, añadió con humor, —Me da miedo que no sepas tocar ciertas cosas con...—y sus ojos se deslizaron a los brazos expuestos de Suguru, vestido con una playera deportiva sin mangas —on tus musculotes

Suguru rió suavemente —Ah, sí. Se me olvidó que detrás de ser mi novia falsa, eres estilista— Soltó un suspiro —Bueno, saldré un momento a la práctica con mi equipo, estás en tu casa

Boyfriend- Suguru GetoWhere stories live. Discover now