Capítulo 1

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A los siete años abandoné la gran ciudad para vivir en un pueblo alejado de todo con mi madre. Claro que la decisión no fue porque simplemente queríamos alejarnos de la contaminación sonora como les decíamos a cada nueva persona que conocíamos y nos preguntaba por nuestra decisión, ser humanos y vivir en la gran ciudad significaba que alguien de tu familia era un empleado funcional a alguna de las grandes industrias de nuestros reyes; y una vez que la abandonabas, era casi imposible que te aceptaran de vuelta.

Claro que nosotras sabíamos que en un futuro íbamos a tener que volver, por lo menos un tiempo, cuando mi abuelo muriera deberíamos volver a reclamar nuestros bienes y decidir si regresar a vivir allí o si sólo venderíamos las cosas para regresar al pueblo... y la verdad es que la opción de vender era nuestra única opción.

- Lizzi... baja a comer - el llamado de mamá me sacó de mis pensamientos.

- Voy en unos minutos ma - la verdad que la cama hoy estaba más cómoda que nunca. Estaba recostada pensando mi futuro... específicamente decidiendo si me inscribiría en la Universidad de medicina o de abogacía, ya se que no son ni parecidas pero... así soy yo.

- no, es unos minutos no.. ahora Elizabeth - la seriedad de mi madre me hizo preocupar, Lilith nunca usaba mi nombre completo en vano

Al bajar las escaleras me encontré con una escena bastante peculiar. Mi madre, vestida con su vestido blanco de girasoles tendida en el piso, sobre la alfombra blanca del comedor, con los brazos y piernas abiertas y un papel sobre su rostro...

tu madre enloqueció, ahora solo te queda escucharme a mí

eso jamás, cállate

- mamá.. ¿qué pasó? - inquirí suavemente mientras me recostaba a su lado. Pero sin decir ni una palabra, me pasó el papel para que yo leyera.

"Estimada familia Fraser, les informamos la lastimosa noticia de la muerte de su único familiar en la gran ciudad de Roma: Abiel Fraser"... Ahora entendía la reacción de mamá. Mi abuelo había muerto, eso significaba que debíamos volver.

Al volver a mirar a mamá no había cambiado su postura, mirando al techo, sin parpadear las lágrimas comenzaron a caer pos sus mejillas... ninguna quería volver allí, sobretodo ella... después de lo que había sufrido volver era un total martirio.

- mamá... sé que no quieres volver, pero sabes que no nos queda otra opción - ahora yo parecía el adulto, lo sé, estaba acostumbrada a eso- pero podemos hacer todo rápido y volver. Yo en menos de 2 semanas debo empezar la uni asique -

- asique nada, a la casa de tu abuelo hay que ponerla en condiciones para poder venderla a quien sea... no vamos a tardar dos semanas - espertó bastante frustrada

- está bien ma... eso me ayuda - la miré y ella levantó una ceja - ahora sé que debo elegir medicina y no abogacía - ambas estallamos en una carcajada para luego abrazarnos tiradas en el piso... Debía mandar hoy la solicitud y yo no me había decidido, siempre jugando con los límites.

El abrazo con mamá se volvió eterno, me gustaba recostar mi cabeza en su pecho y sentir sus caricias en mi pelo, sentí que de a poco dejó de llorar... era inevitable, desde recibir la carta teníamos tres días para ir a reclamar los bienes... caso contrario los reyes lo tomaban como una donación y dividían las ganancias, y aunque quisiera hacer eso, necesitábamos la plata.

Los ojos del reyWhere stories live. Discover now