Hasta la muerte

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Estabas caminando detrás de Bakugo, el gato aún en tus brazos, tus piernas aún te dolían pues todavía no te recuperabas completamente de todas las vueltas, pero al menos ya no te dolían tanto, Bakugo se negó a cargarte de nuevo, diciendo que si pudiste correr al callejón entonces tus piernas funcionaban perfectamente bien, y que no faltaba mucho para llegar.

No pudiste convencerlo de que te ayudará, por lo que aún que te dolieran las piernas, debías seguirlo, no tenías muy claro a dónde te llevaba, pero de seguro estaba cerca, y el sol aún estaba alto en cielo despejado, aún era temprano en el día por lo que desgraciadamente ibas a tener que hacer ejercicio, no te ibas a poder salvar diciendo que era muy tarde.

Caminaron, y caminaron, no sabes por cuánto tiempo, solo querías llegar al lugar rápidamente, motivo por el cual al momento en que Bakugo mencionó que habían llegado, saltaste un suspiro de alivio, ya era hora.

Querías sentarte para recuperar fuerzas, pero te asustaba que Bakugo te grite de nuevo como lo había hecho antes, así que te contuviste las ganas y simplemente tomas respiraciones profundas lo mejor que pudiste, una vez te sentiste mejor decidiste ver el lugar en el que te encontrabas.

Parecía que estabas en un parque, no sabías que había un parque en esta parte de la ciudad, y estaba completamente vacío, tal vez era una parte oculta del parque, en el piso estaba un par de tapetes de yoga, una banca que probablemente era para descansar y un pequeño estante con unas cuantas pesas.

Parecía rudimentario, bastante rudimentario, ni siquiera habían máquinas como las que veías en el gimnasio, no es como si fueras, pero lo veías por las ventanas cuando ibas y volvías de la escuela, caminaste hacia la banca para dejar que el gato descanse ahí.

"¿No faltan cosas?" Preguntaste con curiosidad, Bakugo no parecía el tipo de persona que olvidaría algo así, pero al ver su expresión confusa decidiste explicar más a detalle, "Ya sabes, máquinas, como caminadoras y así" Explicaste, tratando de sacar alguna respuesta de Bakugo, pero este te dio su típica de mirada de que acabas de decir una tremenda estupidez, algo a lo que ya te habías acostumbrado.

"Muy bien, Einstein, si eres tan inteligente, ¿Dónde conecto las máquinas?" Bakugo preguntó, su tono firme y casi molesto, como si tu pregunta le molestara a un nivel personal, pero tú no ibas a caer tan rápidamente, tenías una solución para su problema.

"Puedes traer una batería eléctrica, con eso bastaría" Le respondiste, con bastante seguridad en tu respuesta, hasta lo miraste con superioridad de la misma forma que el frecuentemente te miraba el, le habías ganado, lo sabias por su silencio, al fin le diste una muestra de lo que el te dio cuando te sacó de tu casa.

Bakugo se quedó en silencio, ceño fruncido, su intensa mirada clavada en ti, hasta que relajó su expresión, "Bien, tienes un punto" Respondió, su tono sorprendentemente calmado, no pudiste evitar tus sentimientos de satisfacción y arrogancia, en tus ojos lo habías humillado completamente, y lo mejor era que el mismo lo admitió, "Así que la siguiente vez que vengas aseguraré de traer todo lo necesario, y que sean dos de cada equipamiento" Luego dijo, básicamente dejándote todo el trabajo sin siquiera pensar dos veces.

Te sorprendió que te dejará todo ese trabajo, cargar tantas máquinas al lugar con baterías, tu espalda iba a romperse, "¿Qué? ¿Por qué?" Le preguntaste, tu sorpresa clara en tu tono, más le valía tener una buena razón para ponerte ese trabajo, de otro modo te ibas a enfadar.

"Pues tú lo sugeriste, asumí que también ibas a querer hacerlo" Bakugo respondió, aún con su tono sospechosamente calmado, su argumento parecía válido, pero tú solo sugeriste la idea, eso no significa que tú tenías que cumplir con eso, o eso era lo que pensabas.

"¿Por qué no lo haces tú? Eres obviamente más fuerte que yo" Le respondiste, tratando de ganar lo que acabas de considerar una batalla, tú argumento también era válido, Bakugo era bastante más fuerte que tú, y aceptaría el trabajo a menos que quisiera que su centro de ejercicio tome días en finalizar.

"Bien, yo cargó el equipamiento, tú lo compras, ¿verdad?" Bakugo respondió, dándote otra respuesta que te sorprendió de nuevo, de hecho, casi te avergonzaba no haber pensado en el dinero antes, "¿O acaso sugieres que yo también compre todo el equipamiento?" Él luego preguntó, su tono casi incluso molesto, estaba tratando de hacerte sentir culpa para que dejes de insistir, y estaba funcionando, sabías que era injusto que Bakugo hiciera todo el trabajo de la misma forma en la que era injusto que tú hicieras todo el trabajo.

"Podemos dividirnos la parte financiera" Le respondiste, aún no ibas a caer en esta pelea, y tenías determinación para ganar, tu victoria tal vez incluso llegué a mejorar el pequeño lugar de entrenamiento que Bakugo tenía, con más equipamiento, él iba a poder entrenar y ejercitarse mejor, o eso pensabas.

Bakugo te miró, y luego sonrió de forma burlona, de alguna forma sentiste que acabas de caer en algún tipo de trampa, "Bien, entonces, también piensas dividir el costo de instalación, mantenimiento, y limpieza en las máquinas, ¿Verdad?" Contestó, no sabías bien que contestar, no esperabas que hubiera tanto trabajo para instalar equipamiento, "A menos que, ¿Piensas que yo podré hacer todo?" Luego preguntó, una expresión molesta de nuevo, tenía un punto, él era fuerte y parecía talentoso, pero no podía ser bueno en todo, no iba a saber cómo instalar una caminadora, si quiera que cuidados debería tener, no era experto en el tema.

Tendrían que contratar una persona mínimo para encargarse de ello, y pagarle, eso iba a tomar tiempo, dinero, y papeleo, además de que eran jóvenes por lo que iba a ser extra difícil, odiabas admitirlo, pero parecía que ganó, te acorraló, no encontrabas una solución, él ganó de nuevo, hasta hablaba como si ya lo hubiera intentado y se encontró con los mismos problemas que te contaba, entonces había una razón por la que su lugar parecía tan pobre de equipamiento, solo tenía lo que podía, "Está bien, tienes razón" Admitiste, tu tono tranquilo aunque claro te molestaba un poco.

"Bien, ahora, ¡Ponte en un tapete y haz 20 lagartijas!" Bakugo te ordenó de la nada, hasta pegaste un saltito por su grito, te pusiste en uno de los tapetes, pero quería que hicieras tantas lagartijas, no lo creías, estaba de broma, ¿verdad? "¿¡Que haces!? ¿¡Quieres que te tire al piso para hacerlas!? ¡Hazlas de una vez!" Gritó de nuevo, no iba a darte piedad y parecía que de verdad quería que hicieras tantas lagartijas.

Le tenías miedo, por lo que rápidamente te tiraste al piso para ponerte en posición, hiciste una, y al escuchar que Bakugo no contó, supiste que tú ibas a tener que contar, no te molestaba, "¡Oye! ¿¡Por qué tardas tanto!? ¡No hay descansos hasta que termines!" Bakugo gritó de nuevo, rápidamente hiciste otra lagartija, no podías esperar ni un segundo entre ellas al parecer.

Ya podías darte una idea de cuánto ibas a sufrir con el entrenamiento.

Relativamente CandenteWhere stories live. Discover now