— Obsérvalo tú mismo —Invitó Taehyung con una mordaz sonrisa— . Jungkook, ven acá.

El castaño de lentes se dio la vuelta y caminó en dirección a sus mayores. Taehyung lo jaló con brusquedad del brazo y elevó su manga casi a la altura de sus hombros. Allí Taehyung señaló la parte inferior del brazo del menor, estirando un poco la piel para que Yoongi distinguiese mejor su hazaña.

El azabache se acercó, analizando la dermis y buscando algo. Finalmente sus ojos se abrieron con consideración una vez que se percató de lo que el castaño había realizado.

— ¡¿Estás demente?! ¡Pueden darse cuenta!

— No lo harán — Taehyung sonrió jocoso—. Además, fue de tu agrado, ¿no, Jungkook?

Jungkook asintió con la mirada baja. Yoongi dirigió su vista en dirección al pálido brazo del menor: en este se podía leer en letras chicas "K.T".

— ¿Cómo le hiciste eso? — curioseó Yoongi retrocediendo.

— Una navaja — El castaño con gorra torció su sonrisa— . En una ocasión te vi haciéndolo, así que decidí probar.

Yoongi se limitó a responder. Taehyung bajó la manga de Jungkook y posteriormente lo agarró de la cintura para pegarlo a él. El menor se estremeció en su lugar ante el acto.

— ¿Y tú? ¿Cómo vas con Jimin? — Preguntó el de gorra mientras enterraba sus dedos en los costados del chico de lentes, arrancándole un sutil jadeo adolorido.

— Es un idiota — Yoongi negó con la cabeza— . No reacciona a nada.

— Ya pasaron 3 meses, ¿todavía no se defiende?

— Siento que me provoca. Me gustaría llevarlo más lejos, pero no se puede aún.

Taehyung esbozó una sonrisa, Yoongi elevó con simpleza sus hombros.

— Bueno —Taehyung asintió con lentitud— . Pues al menos asegúrate de dejarlo un poco... ya sabes. Recuerda Francia.

— No es necesario que me lo re recuerdes. Sé lo que debo hacer, pero todo a su debido tiempo.

Taehyung asintió y pegó sus labios al oído de Jungkook, provocando que este pasara saliva con pesadez. Su cuerpo se había crispado en su totalidad.

— Ya puedes retirarte, cuatro ojos — Ronroneó en su oído— . Te veo la próxima semana.

— A-adiós Taehyung — tartamudeó Jungkook.

Se zafó de su agarre con suavidad y se dirigió a la salida temblando, cerrando la puerta detrás suyo en completo silencio. Los dos chicos quedaron solos.

— Eres asqueroso —reprochó Yoongi viendo al castaño.

— Disfruto ponerlo nervioso.

— ¿Acaso te gustan los hombres?

— ¿Vas a seguir diciéndome cómo actuar?

— Jódete. Haz lo que quieras.

Taehyung liberó una pequeña risa y se levantó de la silla. Se acercó a la puerta y observó a Yoongi a través de su hombro antes de murmurar:

— Te veo en la casa.








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Jungkook por su lado avanzó por los pasillos con la mirada baja rogando que nadie apareciera. Cogió su mochila y se la colocó en un hombro para dirigirse a la salida, sin embargo se detuvo al ver a Jimin en una esquina sollozando.

— Jimin, estás- — susurró Jungkook acercándose a él, estupefacto— ... llorando.

Jimin elevó la mirada y le mostró la palma de sus manos que se hallaban lastimadas. Algunas marcas más rojizas que otras, unas inclusive blancas o violáceas.

— Yoongi me azotó con su regla —sollozó con ojos perdidos.

Jungkook tapó su boca y se colocó frente a Jimin de rodillas. Besó con cuidado sus manos, pero el rubio liberó un jadeo de dolor.

—Lo siento —Se disculpó Jungkook—. ¿Te hice daño?

—Arde... —susurró el mayor.

Jungkook apretó sus labios y bajó la mirada.

— Todo esto es mi culpa —Se lamentó el más pequeño— . De no ser por mí, nada de esto habría pasado. Nunca debiste juntarte conmigo.

— No, no digas eso — Jimin lo confortó abrazándolo— . Somos amigos, mejores amigos y no te dejaré solo nunca.

— ¿Me lo prometes?

— Lo juro, Jungkook.

Ambos amigos se mantuvieron abrazados durante un lapso de tiempo extenso. Sabían que ninguno de ellos se liberaría de sus respectivos abusadores, pero tampoco podían hacer mucho al respecto. Jimin anhelaba contarle a su madre, pero le asustaba lo que le pudieran hacer a Jungkook.

Los tenían a ambos bajo la amenaza de que si uno los acusaba, sería el otro quien pagaría. Así colocaron un enorme peso en ambos, una promesa que por más que quisieran no podían romper. Uno buscaría la salvación, y el otro pagaría.

Una cruel y fría manipulación realizada por niños de tan solo doce años.

— Tengo que irme a casa, Jimin. ¿Nos vemos mañana?

Jimin asintió y le sonrió a Jungkook con pesar. Ambos una vez más se abrazaron con fuerza, tratando de hallar un poco de consuelo en aquella terrible pesadilla que estaban viviendo al unísono. Sin embargo, era mejor sufrir con alguien, a sufrir solos.

Jungkook se separó de Jimin y realizó una seña de despedida con la mano. Jimin mantuvo su posición esperando a su madre. Se secó sus lágrimas y tras unos extensos minutos, ella apareció.

— ¡Mami!

El rubio corrió hacia la nombrada y la abrazó con fuerza, evitando que viera sus manos que ya no estaban tan rojizas como antes. Necesitaba sentirla, sentir su amor.

— Mi amor — La fémina besó con fuerza sus cachetes— . ¿Cómo te fue hoy?

— Muy bien, mami —Jimin le sonrió con ternura, olvidándose de su ardor.

— Me alegro — Su madre sobó sus hebras con delicadeza— . Compré pizza para cenar hoy.

— ¡Pizza!

La señora Park abrazó a su hijo conforme ambos se dirigían al auto.

Jimin y Jungkook estaban inscritos en las actividades escolares, ambos apuntados en artes. Salían hasta la tarde, donde los dos esperaban por el lapso de media hora en lo que llegaban sus padres. Media hora que se transformaba en el mismísimo infierno. En esa media hora era cuando Taehyung y Yoongi iban a realizarles una visita personalizada dos veces a la semana.

El rubio dejó de pensar en ambos monstruos y ocultó sus manos debajo de sus piernas, escuchando a su madre parlotear de unas cosas que apenas comprendía.

Supuso que estaría hablando por teléfono o contando alguna aburrida anécdota del trabajo.





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Para los nuevos lectores, no se estresen, los primeros diez capítulos giran entorno al pasado y el crecimiento de los protagonistas. Esta etapa es importante y no es con el afán de inducir al morbo, sino brindarle al lector una experiencia omnipresente de la creación de patrones, traumas y actitudes de nuestros protagonistas.

Como dicen por ahí, enfermo no siempre se nace. También se crea.

BLOODYPARKDROG.

INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon