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—¿Q-qué pasó?—cuestiono alterada—¿Donde esta Nam-soon? ¿Está bien?—Caniche me toma por los hombros, me muevo desesperada.

—Tranquila Aiko—pide.

—¿C-como puedo estar tranquila? ¿Quien lastimó a Aiko?—gruño a punto de llorar sin embargo retengo las lágrimas.

—Nadie lastimó a Nam-sonó—siento como mi cuerpo se relaja al escuchar eso, mis piernas fallan y me dejo caer en suelo buscando controla mi respiración—fue la chica que se hizo pasar por ella, trato de apuñalara pero Nam-soon reaccionó muy rápido.

—¡Dios, creí que iba a morir!—exclamo—pensé que tendría que seguirla incluso en el siguiente plano astral para regañarla y decirle que tenga más cuidado—el policía lindo ríe un poco.

—¿La quieres mucho?—cuestiona y yo lo miro mal—okey, perdón eso no se pregunta.

—La amo, es mi mejor amiga—respondo.

—Es linda su relación.

—Gracias—me pongo de pie y limpio mi ropa.

—¿A donde vas?—cuestiona al ver como camino hacia la salida.

—Tengo muchas cosas que hacer, ir a regañar a Nam-soon, gritarle a la impostora y a trabajar—explicó sin dejar de caminar—Soy una chica ocupada.

(...)

¿Por que me llamaron del trabajo?—cuestiono hacia mi jefe—primero tenía que ir a gritarle a una chica.

—Ni si quiera yo lo sé—se limita a decir.

Ambos nos detenemos al frente de una enorme puerta.

—¿Quieres que entré contigo?—mi ceño se frunce.

—Si también puedes sujetar mi mano—digo sarcástica—¡Es una broma!—grito cuando él extiende su mano—No, no quiero que entres conmigo.

Esta podría ser una gran oportunidad, si el jefe quería verme podría ayudar a Nam-soon y a Caniche con la investigación.

Abro la puerta y en cuanto entro me quedo helada. Un hombre de cabello negro se encontraba sentado, su traje estaba impecable.
Siento mi estómago encogerse, ese lindo hombre era el enemigo.

Suspiro, forzó una sonrisa y me encamino a él.

—Hola, soy Blue—saludo energética.

—¿Cómo estás?—pregunta viéndome fijamente—Soy Ryu Shi-oh.

—¿Cómo estás?—cuestiono.

—Ella es muy informal al hablar—susurra el hombre a su lado.

—¡Oye!—me quejo—hago lo que puedo, el coreano no es fácil.

—Déjanos solos—pide Ryu, me pongo nerviosa.

El hombre sale de la habitación y con todas mis fuerzas trato de estar tranquila y lucir normal.

—Si me hablo por las cosas que robar, lo siento—me dejo caer en sillón, evitando su mirada—se las mande a mis padres en Mongolia, ahí el color blanco significa grandeza—el me observa con interés, no luce molesto.—Quería comparar algo de recuerdo, pero la mercancía de Bts es muy cara y aún no me dan mi primer pago—el alza una ceja—. No es reclamo pero puedes descontarlo de mi paga—mencionó segura.

—Eres muy valiente y osada—sonríe, tenía una linda sonrisa—¿Donde vivías en Mongolia?—pide saber.

—Es un pueblo muy pequeño—comienzo—de seguro no lo conoces.

Aiko, una chica no tan fuerte •Ryu shi-oh•Where stories live. Discover now