09

654 57 15
                                    

—¡Ouch!—exclamo al sentir como mi cabeza choca contra una superficie dura.

Nunca dudaba de Namsoon pero ahora no creía que su plan no era el mejor, no me molestaba el hecho de usar peluca y un vestido blanco simulando ser dos fantasmas pero definitivamente la peluca opacaba mucho mi visión.

—¿Estas bien?—susurra Nam con preocupación.

—Si—me limito a decir.

Al entrar a la habitación retiro el cabello sobre mi cara al igual que Namsoon, ella ríe al verme. Tuvimos que improvisar y pintar nuestros rostros para dar miedo pero realmente lucíamos como pandas. Corremos hacia el computador, ella busca de donde desconectarlo mas yo quito todos los cables bruscamente.

—¿Quien esta ahí?

Brinco en mi lugar cuando la puerta se abre dejando ver a unos de los guardias de Ryu shioh, el al vernos grita cayendo hacia atrás.

—¡Bu!—el vuelve a gritar, estaba a punto de volver a gritar mas Namsoon me sujeta haciendo que mis pies dejen de tocar el piso. Ahora la que grita soy yo ya que ella corre hacia la ventana, cierro mis ojos al sentir el aire chocar contra mi.

—Lo hicimos—dice feliz.

—Bájame antes de que vomite—amenazo.

Cuando caemos al piso siento como mi alma vuelve a mi cuerpo.

—¡Renuncio!

(...)

—¿A donde vas?—pregunta Namsoon con curiosidad cuando ve que me termino de arreglar.

—Iré a visitar a alguien al hospital—miento.

—¿Quieres que te acompañe?—niego rápidamente.

—Iré yo sola.

Ella no dice nada mas, salgo de la habitación y comienzo a caminar hacia el hospital, no era completamente mentira si iría mas no a visitar a alguien si no gritarle a esa chica que se había hecho pasar por Nam, aun seguía enfadada.

Al llegar entro a su habitación, con ayuda de la madre de Nam todo era mas fácil, nadie me cuestionaba nada y nadie me limitaba.

—¿Que haces aquí?—pregunta la chica con mala cara.

—Estoy aquí para gritarte—respondo acercándome a ella—. No tuve tiempo estos días Myunghee pero ahora te hare pagar por lo que intentaste hacer.

—Hazlo, ya estoy cansada—dice quitando su mirada de la mía, sus ojos se vuelven rojizos.

Estoy a punto de hacerlo mas sus lagrimas me detienen, odiaba tener empatía.

—¡Ah!—grito frustrada, ella se alarma—¡Si lloras no es divertido, me haces sentir mal!

—No merezco tu empatía—susurra molesta, limpiando sus lagrimas.

La observo fijamente y ella a mi, por unos segundos me veo en ella, si bien las situaciones eran diferentes aun me recordaba a mi.

—Eres una farsa Myunghee—su ceño se frunce—. No eres una mala persona.

—Lo soy—asegura.

—No, lo puedo ver en tus ojos—me siento en la camilla—no eres mala porque quieras serlo, la vida te hizo tomar esas decisiones—algo en su mirada cambia—te odio por lo que intentaste hacer pero si en tu mirada hay arrepentimiento aun puedo darte una oportunidad.

—¡Ya dije que no quiero tu empatía!—grita llorando.

—Eres como yo cuando era pequeña—suspiro poniéndome cómoda—tuve una infancia difícil hasta que la vida se apiado de mi y me llevo con Namsoon y mis padres en Mongolia.

Aiko, una chica no tan fuerte •Ryu shi-oh•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora