02

1.5K 97 31
                                    

Nam-soo levanta su maleta y la mía como si nada, era aburrido esperar en la fila pero los policías se encontraban revisando cada maleta, bolso y mochila.

—Me casare con Eun-woo—asegura la pelinegra.

—En ese caso yo me casare con Kim Taehyung—ambas sonreímos mientras avanzamos en la fila.

—No puedo con la emoción, siento que podría explotar—susurra feliz.

—Solo explota muy lejos de mi—pido en broma.

Ella está a punto de responder sin embargo es nuestro turno de pasar a las mesas. Nam-soon deja las tres maletas con facilidad.

—Puede abrirlo, procedimento antidrogas—alzo mi cabeza cuando escucho la voz del chico.

Era lindo, su cabello es de un color negro y sus rasgos eran marcados.

—Yo no consumo dorgas—Nam-soon comienza a abrir nuestro equipaje—yo soy muy feliz todos los días.

—Si, somos muy felices—digo sarcásticamente.

Ella y el chico comienzan a hablar, me sentía rara por lo cual no hablaba no quería interrumpir su conversación ya que ambos parecían muy cómodos dialogando sobre el cabello de caballo que Nam trajo con ella.

De un momento a otro empezaron a discutir hasta que Nam-soon decidió dejarle sus cosas para que comprobarán que no se trataba de droga.

Al salir del aeropuerto los ojos de Nam-soon brillan.

—¡Ah, el olor de Gangnam!—dice feliz.

—¿Qué deberíamos de hacer ahora?—cuestiono emocionada.

—Vamos a casa—ordena—despues iremos a conocer el lugar.

Las dos comenzamos a caminar por las calles coloridas, todo lucía tan lindo y vivo, las personas vestían de una manera muy bonita y diferente a la nuestra. Nam-soon comenzó a tomar varias fotografías, yo posaba en la mayoría de ella y en otras la pelinegra lo hacía junto a mi.

—¡Lee Dong Wook, ahí voy!

(...)

—¿Viviremos aquí?—pregunto asombrada viendo el departamento.

Nam-soon sonríe con suficiencia dejando las maletas a un lado de la puerta.

—Si, ya pague la mayoría del depósito—explica feliz.

—¡Dios! Es enorme y asombroso—corro por  todo el lugar, explorandolo.

Nunca había vivido en una casa así de grande y como solo estaba Nam-soon podía actuar como una niña y no debía de ocultar mo felicidad.

—Nam, esto es tan perfecto—me dejo caer en el sofá a un lado de ella.

—¿Te gusta?—la abrazo haciendo que las dos quedemos recostadas en el lugar.

—¡Me encanta!—grito feliz.

—Lo elegí pensando en las cosas que te gustarían tener—hago un puchero—siempre quistes vivir en una casa grande y tener tu propia habitación, es mi manera de agradecerte.

—Me harás llorar—chillo.

—No llores—pide—pero es verdad, siempre me cuidaste incluso cuando soy más fuerte que tú lo hacías, fuiste mi herman...—la miro severamente—mi mejor amiga—la corrigo.

Aiko, una chica no tan fuerte •Ryu shi-oh•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora