CAPÍTULO TREINTA Y TRES. "Error, un gran gran error"

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CAPÍTULO TREINTA Y TRES. Error, un gran gran error. 

Los labios de Blake empujaron los míos bruscamente, deslizando su legua en el interior de mi boca haciendo que mi estómago se contrajese en calor. Mis manos se hundieron en su corto cabello al tiempo que las de Blake me sujetaron por el borde de los vaqueros que llevaba, acercándonos de tal forma que la piel de mi vientre descubierta por mi ligeramente levantada camiseta rozó la hebilla de su cinturón.

Mi mente había sucumbido totalmente a la droga que que era el chico para mi sistema nervioso haciendo que la razón se evaporase dejando un total vacío en mi cabeza.

Blake apresó la carne de mi labio entre sus dientes mientras daba un suave tirón de mis vaqueros haciendo que impactase contra él y que cayésemos en su enorme cama.

Eso sin duda debería haber saltado las alarmas de mi cabeza pero el persistente calor que se acumulaba en cada uno de mis músculos hacía que todo pensamiento lógico quedase ahogado en los labios del chico.

El infierno era jodidamente caliente y tentador. Y, mi cuerpo luchaba por dejar arrastrarse por él. 

En un movimiento del que apenas fui consciente mi cuerpo pasó de estar situado sobre el del chico al quedar apresado bajo él. Gemí débilmente cuando su peso me robó la respiración que retenían mis pulmones.

Los hábiles dedos de Blake mientras tanto habían escalado por mi columna rozando la piel de mi espalda hasta llegar al borde del sujetador que llevaba, jugueteando con el cierre.

Mis manos tiraron de su corto cabello en un acto instintivo cuando escuché el suave clic que anunció el posterior deslizamiento de tela por mi espalda. Fue en ese momento cuando la boca del chico abandonó mis labios.

Intenté respirar con normalidad mientras su boca chocaba contra mi mandíbula repartiendo húmedos besos por la zona. Una de las manos del chico que aún seguían persistentes en la curva de mi espalda me empujó hacia arriba ofreciendo una oportunidad que Blake no desperdició librándose de la barrera de tela que era mi camiseta provocando que el sujetador ya desabrochado cayese junto a ella en un rincón de la cama. De mis labios escapó un extraño gemido. 

La situación se me escapaba de las manos con impresionante rapidez pero mi torpe mente drogada era incapaz de sujetarse a un razonamiento. Sólo podía pensar en el calor que me devora y la necesidad de tenerle más cerca. 

Así que siguiendo los impulsos de mi cuerpo y de mi estúpido corazón que bombardeaba hormonas por mis vasos sanguíneos hundí mis manos bajo la tela de la camiseta marrón del chico para deshacerme de ella.

—Uua angelio – Murmuró Blake en con una ronquera inusual que hizo que mi cuerpo temblase.

Un momento de lucidez pasó fugaz por mis pensamientos embotonados.

—Cre-creo que d-deberíamos parar – suspiré.

—¿De veras? ¿Eso es lo qué crees? – Gruñó Blake en la curva de mi cuello al tiempo que sus manos se deslizaron por mi caliente piel desnuda, acariciando mi ombligo. Dio un brusco tirón de forma que mi pecho impactase contra el suyo. Ahogué un gemido — ¿Quieres que pare?

Debería haber dicho sí. Seguramente me arrepentiría de todo aquello, debía pararlo antes de que ocurriese, pero mi cerebro no mandó ni una sola orden a mis labios. Directamente no dije nada, lo que fue interpretado por Blake como una señal de seguir.

Sus dientes se clavaron en mi cuello sin hacerme daño pero haciendo que jadease. Todo mi cuerpo temblaba de calor pegado al del chico. En uno de los brumosos instantes que estaba viviendo pasé de nuevo a estar sentada ahorcajas sobre él.

Mis brazos quedaron sobre su estructurado pecho haciendo que mis dedos hormigueasen mientras que Blake tiraba de los pantalones que llevaba hacia abajo hasta que quedaron apresados en mis rodillas.

La boca de Blake seguía jugando conmigo pasando de dejar regueros de besos por mi nuca y hombros a tirar de forma frenética de mis labios.

Volvía gemir cuando me acomodó sobre su entrepierna percibiendo lo más que dispuesto que estaba con esto. Mentiría si dijese que no tenía miedo. Estaba aterrada, pero la parte masoquista de mi cuerpo más la enorme tentación que resultaba hacían que no saltase corriendo para esconderme debajo de mi cama.

De nuevo quedé tumbada sobre las revueltas sábanas dejando que las grandes manos del chico se deshiciese por completo de mis vaqueros que arrugados cayeron en un extremo del cuarto.

—Blake– Susurré en voz queda.

Mordisqueó mis labios como respuesta.

—Sólo dejate arrastrar por el infierno angelito.

Apoyé la cabeza en el suave colchón.

Quería detenerme, joder que si quería. Pero me era imposible. 

Mi cuerpo no parecía atender a nada que le dijese y esta vez no había padre que entrase en la habitación, tan siquiera había nadie en su casa. Estábamos solos, completamente solos y nada podía detener esto. Ni yo misma podía.

No sé como sucedió pero cuando el cuerpo de Blake aprisionó el mío hundiéndole en el colchón únicamente llevaba unos boxers azules.Tragué saliva cuando uno de sus dedos empezaron a jugar con la última capa de ropa que me quedaba.

Su lengua volvió a introducirse en mi boca justo cuando de un final tirón me arrebató lo que me separaba de estar totalmente desnuda.

Ya está, al fin comprendí que no había marcha atrás.

Tendría que estar preocupada, pero solo me encontraba nerviosa con la sangre bullendo bajo mi piel haciendo que una fina capa de sudor comenzase a interponerse en ella.

El sonido de plástico rasgándose hizo que el vello se me pusiese de punta.

Los puños de Blake se cerraron en mi cabello obligándome a echar la cabeza hacia atrás. Arqueé mi cuerpo apretando mis caderas contra él. Fue entonces, con un único empujón, cuando el infierno finalmente me arrastró en una espiral de dolor. Gemí. Y, habiendo sucumbido ante el diablo cometí uno de los posibles mayores errores de mi vida. 



Hola, hola. Cuatro capítulos, ¿eh? Primero no me matéis. O . No . Que conste que es mi cumpleaños por lo que...dejadme vivir.

Bien, bien.

La idea de este giro me ha inspirado mi amiga @SoyImperfecta así que llantos, ruegos y reclamaciones a ella.

OS quiero. No lo olvidéis.

Prim

Mis dos padres, dos madres y mi estúpido vecino de al lado.#Wattys2015Où les histoires vivent. Découvrez maintenant