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Eleonor Sleone.
Estaba entrando en mi apartamento, mi tía Erika estaba quemando algo en la cocina, y no me refiero a la comida, sino a algo como fotos o papeles.
Me acerqué a la cocina lentamente, vi mejor, lo que quemaba mi tía eran fotografías viejas junto con algo que parecía ser ¿un pergamino?
—Hola —salude, mi tía se volteó, parecía nerviosa como si lo que estaba quemando fuese un secreto de la nasa o algo así.
—Hola, ¿a dónde fuiste? —pregunto ella, le iba a decir que fui a la estación de autobuses, pero tenía más ganas de saber que era lo que quemaba.
—¿Que quemas?—contraataque, ella miró hacia el fuego como si se debatiera algo muy importante.
—Oh, solo unas cosas viejas, nada relevante —respondió, mire lo que tenía aún lado, una caja llena de papeles y fotografías viejas.
—Vale —dije, ella me miró como diciéndome con la mirada <<es tu turno>>, mire la caja llena de fotografías, y luego volví mi mirada hacia ella— Fui a recoger a Percy a la estación de autobuses.
—Oh, no sabía que ya había vuelto, mañana iré a llevarles a ella y a la señora Jackson unos postres —dijo, volvió a darse la vuelta y tomó otra fotografía y la ponía en el fuego.
—¡Mamá, el baño se volvió a tapar! —grito mi primo Liam, mi tía suspiro y apago el fuego.
—Vuelvo en un minuto querida —dijo y se fue, mire la caja llena de fotografías viejas, mi curiosidad me llamaba y me decía que las revisara.
Tome una de las fotografías, se veía a una mujer joven con el pelo castaño como el mío, era hermosa.
Tome otra en esta se veía a la misma mujer, pero esta vez estaba más gorda, su panza se veía más voluptuosa.
Agarre una más y en esta era la misma mujer que antes, tenía el cabello recogido y con un hombre a su lado, mire detenidamente la foto, el hombre tenía ojos café, el cabello negro, era alto y tenía una sonrisa en su rostro, se veía muy feliz.
Pero ese hombre no era cualquiera, era mi papá, aunque no el padre que yo conocí, este se veía feliz, muy feliz, no se veía amargado, ni triste o furioso.
Mi curiosidad aumentó aún más agarre otra fotografía, en esta se veía a mi padre y esa mujer y en sus brazos tenía a un bebe.
Sostuve la fotografía en mis manos, los dos se veían muy felices, en especial mi papá los dos sonrían, mi padre nos veía a las dos con una sonrisa en su rostro.
—¿Qué estás haciendo?—la voz de mi tía me hizo guardar la fotografía que tenía detrás de mí.
—Nada —respondi, tenía los brazos detrás de mí, oculte la fotografía en mi manga— ¿Todo bien?
