LA HERIDA

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Luffy llevo con él al chef del Baratie y el mesero Sanji para que ayudaran a Zoro... suturo su herida... se llevaron al espadachín a la habitación de Nami ya que Zoro no tenía una cama decente para descansar apropiadamente.

Han iba a ir tras los otros cuado el chef Zef.

—Ven aquí niña, te ayudaré con tus heridas en la espalda—le dice Zef.

—Pero Zoro...

—El espadachín no se va a mover de ahí—le dice Zef con Sanji a un lado.

—Deja que te revise—le pide Sanji tomando una de las sillas para que Han se sentará y que Zef le viera la espalda.

—No tengo nada—responde Han negando con la cabeza.

—Tu sangre gotea en el suelo, niña. Deja de auto castigarte por cosas fuera de tu control y siéntate—le dice Zef señalando la silla.

No tubo más remedio que obedecer. Estaba cansada, las garras de Qian no dieron muy profundo, pero si la dañaron. Han se amarró el cabello para descubrir su espalda y Zef pudiera hacerle un par de puntos.

—Estás heridas no son normales—comentó Zef cosiéndola.

—Nada es normal en estos tiempos—contesta Han sin expresión escuchando cómo Zef corta el hilo terminado la última sutura. — Gracias.

—No tienes que decirlo. Ahora hay que vendar—contesta Zef.

—Ya lo hago—habla Sanji acercándose a Han con la venda cuando aparece Nami.

—Yo lo hago—les dice Nami acercándose a Sanji, este se la da con gusto. —Vamos a tu habitación...

—Pero Zoro—dice mientras Nami la ayuda a caminar a su habitación.

—Usopp y Luffy están con él ahora. Necesito ponerte esto, lo verás en cuanto termine, lo prometo—le dice Nami tranquilizándola.

Nami ayuda a Han a vendarse en silencio. Ninguna dijo nada en un buen rato hasta que Nami hizo el nudo de la venda.

—¿Esto te paso por el mapa?—le preguntó Nami mientras Han seguía dándole la espalda.

Han negó en el instante que escucho la pregunta y enseguida se voltea para ver a la navegante.

—Quiero ver a Zoro...—dice para salir de su habitación dejando a Nami ahí.

No había culpables por su estado, nadie habría previsto el resultado, pero ella estaba segura de que estaría bien si Zoro estaba bien, eso era lo único que le importaba.

Al entrar Usopp y Luffy seguían ahí con él. Lo habían cubierto con una manta, de veía cómodo. Sonrió al verlo y como si los otros dos pudieran leer su mente, se fueron dejándola sola con él.

Han se negó a moverse de su lado. Se recargaba en la cama con la mirada puesta en Zoro. No podía decir ni una palabra, no estaba segura si escucharía. Solo quería estar ahí para cuando abriera los ojos.

—¿No vas a hablarle?—le pregunta Nami en la puerta y Han levanta la mirada.

—No sé que decir...—respondió Han para volver a ver a Zoro dormido.

—Deberías de descansar, tu también estás herida...

—Yo no estoy en la cama, Nami.  Es él...—sigue Han para después dar un suspiro suave. —No te fuiste, ¿qué te hizo cambiar de parecer?

—Quizas lo mismo que te hizo cambiar a ti—responde Nami sentandose del otro lado para ver a Han hipnotizada por Zoro. —, pero tal vez mis razones son distintas que las tuyas.

—Creo que le gusto—comenta Han. Estaba sonriendo, pero era una sonrisa amarga. 

—Me alegra que te des cuenta por fin—le dice Nami mientras Han contenia el llanto. 

—Me di cuenta muy tarde, ahora lo único que puedo hacer es verlo despertar o... morir. Lo que pase pimero—dice Han.

—¿Estaras bien?—pregunto Nami.

—Lo peor ya paso, supongo—le responde Han viéndola. 

En eso, alguien toca la puerta con la sorpresa de que era Sanji con dos platos de comida. 

—Supongo que tienen hambre—les dice Sanji. 

—La verdad no...

—Si, si tiene mucha hambre—Nami la interrumpe para ir por los platos de comida, eran onigiris,  ligero. —Gracias... 

—Estare aquí un rato por si... quieren más—les dice Sanji sonriendo amable para después irse. 

Nami pone uno de los platos en un mueble cercano y rodea la cama donde estaba Zoro para darle el otro a Han. 

—Come.

—Nami, no tengo hambre—le dice Han negandose, pero Nami logra meterle el onigiri a la boca sin que esta pudiera negarse de nuevo. 

—¿Crees que este hombre nos dejara vivir después de que te dejamos morir de hambre?—pregunta Nami mientras Han se aturdia. 

Han como pudo se paso la comida que era muy buena, aunque no disfruto del todo por los nervios de tener a Nami en frente de ella. 

—¿En serio crees eso?—le pregunta Han preocupada. 

—Estoy segura de eso, anda... Come—le dice Nami dejandola sola en la habitación. 

Han con suavidad va y toma la comida. Estaba lista para seguir comiendo cuando ve a la ventana una pequeña sombra... No podía salir del barco, de hacerlo... La iban a atacar.

Sería una pequeña tortura, lo sabía. No estaría a salvo hasta que enfrentara al capitán. Lo que estaba lejos de sus planes. Lo único que ahora le importaba era estar ahí para cuando Zoro despertara. 

—Zoro, despierta. Necesito saber que estaras bien si yo... —estaba insegura de hablar sobre eso. ¿Lo tomaría bien? —, ¡Crees que puedas entenderme cuando tenga que... ajustar cuentas con el capitán Gruia? Tengo miedo que me odies por una mala perspectiva... O tal vez me esto haciendo historias en la cabeza. 

Han ve la comida algo mareada. Todo se estaba complicando mucho hasta que llegó la noche. Nami y Usopp fueron cuando cayó el atardecer, Luffy trato de hacer algo, pero era algo torpe con las vendas, y la ayudaron un poco con el cambio de vendaje de Zoro y el de ella. Durmio sentada cuidando al espadachin. No estaba lista para volver a alejarse.

Han | ONE PIECE. Roronoa ZoroWhere stories live. Discover now