OLVIDÓ

1.6K 212 12
                                    

Han se despertó de su sueño algo inquieta, ansiosa y desorientada, le dolía la cabeza y la luz era una gran molestia para ella.

No estaba lista ver a los demás, no sabía lo que había hecho el día anterior, estaba avergonzada de verdad. Cerró los ojos y vio al techo... ¿como iba a manejar aquello?

No podía quedarse en su habitación por más tiempo, era imposible, así que procede a levantarse e irse de ahí. Al cruzar la puerta va a la cocina en donde estaban reunidos todos, Usopp tenía mal aspecto.

—Buenos días, ¿como amaneciste, Han?—pregunto Usopp adormilado.

—Mal...—respondió Han desganada. Fue y se sentó. En frente de ella estaba Nami que preparaba café. Esta les da una taza a cada uno con una sonrisa burlesca.

—"está cosa es dulce, no creo que tenga alcohol"—Nami imita a Usopp mientras deja las tazas en frente de ellos.

—No, Nami—protesta Usopp avergonzado.

—Es muy temprano para eso, ¿no crees?—preguntó Han tomando la raza y dando un pequeño sorbo al contenido.

—No sé lo que hice ayer—comenta Usopp. —Creo que hablé con alguien, pero no lo recuerdo bien.

—Yo desperté en la cama, ¿quien me trajo?—pregunto Han viendo a Nami y a Usopp después.

—Zoro—responde Nami.

—Tu novio—bromea Usopp para después darle un sorbo al contenido de la taza haciendo que Han se avergonzara.

—Zoro no es mi novio—dice fastidiada. —Somos amigos...

—Fingiré que te creo y cuando confirmen que si son novios me hago el sorprendo—dice Usopp viéndola.

—Creo que Zoro no es del tipo de hombre que tenga novia, ¿sabes?—le dice Han. —Está más concentrado en ser el mejor espadachín del mundo que de buscar novia.

—Escucha. Por lo que conozco a Zoro, pienso que creció sin que este tema del amor le importe, pero ahora qué te tiene en frente, no sabe cómo darte a entender que le gustas—le dice Nami recargándose en la mesa.

—en el punto—dice Usopp apoyando a Nami.

—¿Tu también? ¿Acaso todos en este barco se volvieron locos?—pregunta Han sonriendo a Nami. —No le gustó a Zoro.

—Han, abre los ojos—le dice Nami. —Te procura mucho, no te quita los ojos de encima. Anoche el mismo te trajo al barco, no me digas que no pasó nada.

—Es que no paso nada—responde Han algo desesperada. —...¿verdad?

—Han, no lo estamos diciendo por molestar. Es bastante... evidente—le dice Usopp poniendo una mano en el hombro de Han y esta se pone de pie negando con la cabeza.

—Es una buena broma. Debemos dejar esto por la paz —dice Han asintiendo muchas veces para después irse de la cocina.

Caminaba hacia afuera mientras su mente era un revoltijo. Todos estaban de acuerdo en molestarla con eso de que Zoro estaba enamorado de ella, lo que es absurdo.

Ella... una chica pájaro, sirvienta del capitán Gruia, la tripulante más insignificante de ese barco... ¿como alguien como Zoro podría tan siquiera pensar en estar con alguien cómo Han? No... era imposible.

Zoro solo era amable, tal vez hasta sentía lástima por su estado y posición. Era una chica que se crió en un lugar hostil. No sentía que pudiera ser lo suficiente atractiva para que el pudiera tan siquiera mirarla de ese modo. Chicos como él tendrían que estar con chicas bonitas, y ella no lo era.

Ni siquiera el sol la hizo parpadear cuando salió a la popa. Los barcos seguían llegando y Luffy seguía trabajando dentro del baratie. A lo lejos ve a Zoro entrando al bar, en seguida Han pensó que era demasiado temprano como para beber, pero de inmediato volvió a tener el pensamiento que tenía después de su charla con Usopp y Nami. Ahí... en el bar también había chicas en los sillones.

Bebían con gracia, con una pierna cruzada y sus dedos en el mentón. Han no pudo evitar tratar de imitarlas. Ahí de pie cruzo su pierna delante de la otra, y mientras se recargaba pone sus dedos en su mentón.
Vio cómo tomaban su copa de vino y la agitan viéndola detenidamente para después degustarlo.

Quería ser así de elegante, al menos así se sentiría digna de tener novio y no le molestaría los comentarios de Usopp y Nami sobre su supuesto amor con Zoro.

Cuando termino de imitarlas levanto la cabeza al cielo, eran dos aves que reconocía. Eran Tsu y Boo, la vigilaban para que robara el mapa, lo sabía.

Siempre arruinaban todo.

Han | ONE PIECE. Roronoa ZoroWhere stories live. Discover now