Día 21. Intercambio de regalos

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Habían inventado una nueva tradición navideña. Toda la clase A estuvo de acuerdo en hacer de Santa secreto, todo el asunto consistía en sortear al azar los nombres de toda la clase, cada alumno tendría el nombre de alguno de sus compañeros y debían darle a esa persona un regalo. Lo emocionante era que en Nochebuena los aspirantes a héroes debían bajar sigilosamente a la sala común (donde habían puesto su pino navideño), y dejar ahí el regalo. De esa forma todos tendrían un regalo al día siguiente y siempre sería un secreto quien le regaló a quien.

Hicieron de esa noche un completo caos por usar sus dones para escabullirse del resto de sus amigos mientras dejaban sus regalos, fue un desastre, pero fue divertido.

Por la mañana todos bajaron aún en pijama a buscar su regalo.

Izuku era el único omega de su clase de héroes, se escabulló entre los alfas y betas para tomar una pequeña caja decorada de papel verde brillante y un moño rojo, con una etiqueta que tenía su nombre. Se adueñó de un sofá de la sala común y abrió su regalo en medio del barullo que armaron sus amigos.

Si hubiera podido contener suficiente aire habría soltado un grito de emoción, pero no reunió fuerza para ello.

Sucedía que al presentarse un omega los padres de este tenían la obligación de darle un collar de protección, había muchas tiendas destinadas para ello, pero al vivir solo con su madre ella no tenía muchas oportunidades de conseguir uno que a él le gustará. Cuando se presentó como omega tuvo que conformarse con un collar de cuero de color negro, delgado, sencillo, incómodo, pero era mejor que nada.

Ahora en su dieciseisava navidad alguno de sus compañeros le había comprado un hermoso collar de cuero, era de color verde oscuro, tenía en el centro la silueta de un corazón hecha de oro puro. Lo había visto en una tienda, estaba diseñado para dejar salir unas pocas feromonas, era cómodo, funcional y excesivamente costoso.

—Deja de mirarlo, Deku, póntelo —gruñó Katsuki, quien había llegado a sentarse a su lado.

—No puedo… es muy caro, podría romperlo…

—Pues te compramos otro…

—¡No, ni lo digas!

—Vamos, no querrás darle una idea equivocada a quien te lo regaló, si no te lo pones pensará que no te gustó.

Katsuki dió justo con las palabras correctas para convencer a Izuku. El omega sujetó su nuevo collar con fuerza al tiempo que se ponía de pie.

—¿Me ayudas, Kacchan? —preguntó mientras levantaba su cabello.

Katsuki estuvo feliz de ayudarle. Le quitó su viejo collar con desdén, pues no soportaba ver esa fea cosa en alguien tan hermoso como Izuku.

Al ver la piel del omega expuesta no pudo resistir la tentación, besó el cuello de Izuku con suma delicadeza y dulzura, el omega soltó un chillido y su cuerpo tembló. Con eso Katsuki no pudo mantener la compostura, paseó con descaro sus manos sobre el abdomen de Izuku, subiendo lentamente hasta su pecho mientras se pegaba a él para envolverlo con sus feromonas y su calor.

Dejó otro beso suave en el lado izquierdo del cuello de Izuku, muy cerca de su glándula de feromonas.

—¡Oigan, búsquense una habitación! —regañó Denki.

—¡Cierra la boca, rata eléctrica!

—Bakugo, sabemos que quieres mucho a tu novio y eso, ¿pero podemos desayunar sin verlos besuquearse por una sola vez en el año? —se quejó Jiro.

—Son un puto fstidio ¿sabían? —gruñó el alfa.

—Cuando vivan solos hagan lo que quieran, pero por ahora compórtense —se unió Mina.

Los chicos desaparecieron en la cocina, listos para cocinar juntos el desayuno. Katsuki se rindió con un suspiro, dejó un último beso en el cuello de Izuku y finalmente le puso su nuevo collar.

Izuku se giró al instante, con sus ojitos brillando de emoción.

—¿Qué tal me queda?

—El collar se ve bien, pero no lo necesitas para ser precioso —murmuró Katsuki, al tiempo que dejaba un beso suave en la frente de su novio.

El omega se abalanzó sobre el alfa para recibir un abrazo, sentirse protegido por el calor de su novio también era un buen regalo. Aprovechó la calma en la que se encontraba Katsuki para ponerse de puntitas y besarlo tiernamente.

—Gracias, me gustó mucho mi regalo, alfa —susurró antes de darle otro beso.

Izuku corrió a la cocina dejando a su alfa completamente atontado en la sala común, no solo lo habían descubierto como Santa secreto, sino que, estar expuesto a las feromonas de Izuku directamente habían hecho de su mente un lío, sin mencionar que ahora tenía que desaparecer por unos minutos para bajar cierto problema. Más tarde volvería para cocinarle algo delicioso a su futuro esposo.

Calendario de adviento 2023 [Katsudeku]Where stories live. Discover now