Día 9. La película navideña

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Aquella fría mañana de sábado apenas salir de la cama corrió por la habitación hasta su cámara de video, su tía Mina se la había regalado en su cumpleaños número catorce y desde ese momento había decidido para qué la usaría, entonces con la batería cargada y la memoria vacía apuntó hacia la cama en el lado opuesto de la habitación.

—Reportando en vivo desde Musutafu habla Hideki Bakugo y hoy estamos entrevistando a la familia más importante de Japón, cuéntenos señorita Natsuki, ¿qué se siente ser la hermana mayor de esta familia? —preguntó a su hermana, quien estaba envuelta en sus mantas revisando su teléfono.

—Bueno, es difícil cuidar de los más pequeños y seguirle el ritmo a mis padres, pero no me quejo, es divertido —respondió ella—. ¿Y dígame, al señor reportero le gustaría desayunar panqueques?

—¡Sí quiero! —gritó emocionado.

—¿Podrías ir a la habitación de los monstruitos a entrevistarlos?, de paso diles que me ayuden en la cocina.

—¡Entendido señorita!

Salió de su habitación y filmó el amplio pasillo, hasta que llegó a la habitación junto a la suya, donde dormían sus hermanos más pequeños.

—¡Nat dice que si quieren panqueques para desayunar tienen que ayudarla en la cocina! —gritó llamando la atención del resto de sus hermanos, quienes estaban en el suelo alfombrado jugando con sus peluches.

Todos se levantaron rápidamente y corrieron fuera de la habitación para ir con su hermana. Los gemelos Yuudai e Iku se quedaron con su hermano mayor viendo con curiosidad la cámara que llevaba consigo.

—¿Qué haces? —preguntó Iku, con sus ojitos carmín brillando de emoción.

—Una película. Dígame señorito Iku, ¿qué opina de su familia? —preguntó enfocando a su hermano.

Los gemelos se miraron sin comprender del todo, pero finalmente respondieron al unísono:

—Es muy divertida. ¡Papá es genial y mamá es el mejor del mundo!

—Estoy de acuerdo con ustedes, gracias por la entrevista.

Sus hermanos salieron corriendo con dirección a la cocina, Hideki volvió sobre sus pasos para ir a la habitación del fondo, donde dormían sus padres.

Tocó un par de veces antes de empujar la puerta, que estaba abierta.

—Buenos díaaaas —saludó.

La cámara apuntaba a la enorme cama en el centro de la habitación, donde solo había un bulto escondido entre las mantas, por fortuna Hideki aún era muy pequeño como para poner atención a la ropa esparcida por el suelo.

—Ma-má, pa-pá… Buenos días…

Vió las sábanas moverse del lado izquierdo de la cama, entonces fue ahí para grabar. La cámara registró como su madre se quitaba las mantas de encima, tenía el cabello pegado al rostro y marcas de saliva seca en la mejilla.

—Buenos días, cariño —saludó su madre con la voz ronca, mientras se tallaba los ojos—, ¿sucedió algo?

—Estoy haciendo una entrevista, ¿dónde está papá?

Su madre le regaló una sonrisa y apartó un poco más las mantas, entonces Hideki pudo ver el brazo de su padre envuelto en la cintura de su mamá, estaban tan cerca que parecía que solo uno de ellos estaba en la cama.

—¿Ya despertaron tus hermanos?

—Ya. Nat hizo que le ayudarán a preparar panqueques. ¿También podemos hacer chocolate?

—Tú papá es experto en eso, yo lo despierto, tú ve a ayudar a tus hermanos.

—Bien, pero luego seguiremos con la entrevista.

Hideki salió de la habitación aún grabando, fue hasta la cocina y dejó la cámara apuntando a la mesa, después de todo estaba intentando mostrar a la mejor familia del mundo.

Quedó grabada su guerra de harina, donde entre Hideki y Shiro consiguieron derribar a Nat para que los más pequeños pudieran vengarse de ella por haberles embarrado mermelada de fresa en las mejillas.

El micrófono estaba lo suficientemente cerca para que el audio de su padre explicándoles su secreto del chocolate caliente quedará en la película, también se grabó ese sueño extraño que tuvo Iku, donde su padre era una especie de monstruo verde que odiaba la navidad y que intentaba a toda costa enamorar a su madre.

Aquella película casera de una mañana invernal quedaría para siempre guardada en los corazones de toda la familia Bakugo, y sería su refugio cuando alguna vez se sintieran solos, pues siempre podían rememorar esos bellos momentos.

Calendario de adviento 2023 [Katsudeku]Where stories live. Discover now