Calendario de adviento 2023 [Katsudeku]

Día 18. Carta a Papá Noel

Estaba inclinada sobre su escritorio con la pluma elevada sobre una hoja blanca. Su madre le había encargado una tarea especial, tenía que escribir una carta para Santa, era parte de mantener la ilusión para los más pequeños de la familia, pues ellos aún creían fervientemente que un hombre con un elegante traje rojo bajaría por la chimenea y dejaría regalos.

Antes de la medianoche tenía que bajar y poner su carta en el pino navideño, su padre llevaría las cartas al buzón por la mañana. Aki, Yuudai e Iku habían pedido hasta cansarse que los dejará acompañarlo, y el alfa terminó cediendo, así que para la mañana todas las cartas de la familia tenían que estar listas.

Pensó en qué debería escribir por un largo rato, no tenía ningún deseo especial, ya tenía todo lo que cualquiera quisiera poseer, una familia amorosa y cálida, un lugar al que llamar hogar y la seguridad de que siempre sería protegida y amada. Por ello no pensó en pedir algo en su carta, sino agradecer por todo eso que ya tenía.

Cuando quedó satisfecha con su carta bajó en silencio hasta la sala donde se hallaba el árbol. Vió por el pasillo que la luz de la cocina estaba encendida, luego escuchó voces y risas, aunque no se arriesgó a averiguar qué sucedía, pues más de una vez se había llevado imágenes incómodas de sus padres, y era mejor ahorrarse otro trauma.

Cruzó la sala, acomodó su carta entre las esferas del árbol y huyó de vuelta a su habitación.

Durante ese tiempo, en la cocina Izuku estaba terminando su aperitivo nocturno, mientras su alfa lavaba lo que usó para cocinarle algo rápido a su omega y a la pequeña tragona que vivía en su barriga.

Cuando volvieron a la sala se detuvieron un momento para contar las cartas puestas en el árbol de navidad, eran ocho en total, ahora sí estaban todas, y aunque ambos morían de curiosidad por saber lo que escribieron los niños tendrían que esperar.

Secretamente habían rentado una cabaña en las afueras de la ciudad, lugar donde Mitsuki, Masaru e Inko podían pasar unas vacaciones tranquilas y de paso recibir las cartas de sus nietos.

Cuando la nochebuena llegará Masaru haría el papel de Santa y llevaría regalos para los niños, pero esa es una historia para otro día.