Día 8. La lista de deseos

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Llevaba un par de meses siendo voluntario en una de las escuelas de la ciudad, asistía un par de veces a la semana y ayudaba a los niños a entrenar sus quirks para que no se lastimarán. Para los pequeños era más fácil entender si era un héroe profesional quien les ayudaba y el héroe Deku resultó perfecto para esa tarea.

Aquel día su entrenamiento daría un giro, pues una de las profesoras le pidió que se uniera a una actividad junto con los niños. Tenía que escribir una lista de deseos para navidad y poner su carta en el enorme pino navideño instalado en medio de la oficina del director.

Deku era un hombre peculiar, a veces demasiado soñador para ser ya un adulto, quizás eso era lo que lo hacía tan bueno con los niños. No se tomó esa actividad a la ligera, sino que puso todo su espíritu en ello, pasó días reflexionando sobre qué deseos eran tan importantes como para ser colocados en un pino navideño.

Fue de lo más pequeño a lo más especial: escribió que le gustaría ir de acampada con sus amigos un día; deseaba convertirse en un símbolo de la paz tal como su mentor; quería aunque fuera una vez tener una gran fiesta con todas las personas especiales en su vida; añoraba que nadie en el mundo pasará hambre o frío nunca más; se esforzaría por regalarle a su madre unas vacaciones inolvidables; finalmente, escrito en letras muy pequeñas y tinta de color rojo, deseó que un día pudiera tener aunque fuera solo un pequeño beso de la persona que amaba.

Llegó casi saltando de alegría aquella mañana, los niños lo recibieron con risas y gritos como ya era su costumbre.

Antes que siquiera alcanzará a saludar a las profesoras, tres de sus estudiantes problemáticos lo emboscaron, atacaron con la potencia suficiente para distraer al héroe. Deku pudo haberlos controlado fácilmente, pero su temple se quebró cuando vió su lista de deseos en las garras de uno de esos pequeños demonios.

Así comenzó una persecución por los alrededores de la escuela. Tres niños huyendo de un héroe que tenía su más grande secreto plasmado en papel.

Deku causó un alboroto, gritaba y corría por los techos atrayendo miradas curiosas, desplegó cada quirk en su arsenal para atrapar a los niños, aunque ni siquiera eso fue suficiente; cuando conseguía capturar a uno su carta pasaba a las manos de otro, fue así, hasta que consiguió acorralarlos en una plaza que daba al mar.

—¡Lista de deseos del héroe Deku!, ¡todo el mundo ponga atención! —gritaron los tres niños al unísono.

—¡No, Himiko!

—¡Quiere ir de campamento alguna vez! —gritó la niña, quien había escalado a la cima de una farola.

Deku ahogó un grito mientras intentaba quitarle su carta usando el látigo negro.

—¡Quiere convertirse en un símbolo de la paz como All Might! —gritó otro niño, pues Deku se distrajo por ayudar a Himiko a bajar de la farola.

—¡Deku va a hacer una fiesta! —gritó el tercero, que era el último que aún quedaba libre.

El último pequeño corrió mientras leía dos deseos más de la lista. Deku temió que ese fuera el final de su vida social, los medios no lo dejarían tranquilo por semanas, meses o años.

Por suerte para él, antes que Sako pudiera terminar de leer, el héroe Shoto llegó para capturarlo y quitarle la carta.

—De una u otra forma siempre tienes que terminar en líos, ¿verdad? —preguntó Shoto con diversión, mientras le extendía su carta.

Izuku suspiró y agradeció, intentó tomar su carta, de pronto una tercera persona la arrancó de las manos de Shoto.

—Tanto alboroto por una tontería —soltó Dynamight.

Deku no pudo contener un grito al ver a su amigo de la infancia y amor platónico sostener su lista de deseos. Se abalanzó sobre él para quitársela, pero Dynamight fue más rápido, apartó la mano mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa.

—¡Kacchan!

—Si la quieres ven por ella pecas —declaró Dynamight, para luego alejarse con una poderosa explosión.

Izuku soltó un grito de frustración y enojo antes de saltar con toda la potencia de sus piernas. Al ver la furiosa persecución en los cielos los niños comprendieron que Deku había sido muy suave con ellos para no lastimarlos, con Dynamight no tuvo tantas consideraciones, atacaba sin piedad intentando derribarlo, era un espectáculo aterrador, dos héroes peleando casi a muerte por un pequeño trozo de papel.

La lucha fue a parar a uno de los edificios más altos de la ciudad, el día se había esfumado, ahora la puesta de sol reinaba en el horizonte.

—”Un beso de la persona que amo” —leyó Dynamight cuando consiguió alejarse de su rival— ¿Conocemos al afortunado, Deku?

—¡No es asunto tuyo! —gritó Deku cuando se abalanzó sobre el héroe explosivo.

—Tengo que saber contra quién estoy compitiendo, tarado —retó Dynamight, quien había alcanzado a sujetar las manos de Deku y levantarlas en el aire.

—¿Qué?

—No me vengas con eso, ¿de quién hablas en esta carta?, ¿el bastardo mitad-mitad, el idiota de las ojeras, la cara redonda?

—¿Por qué crees que…?

—Sé que lo han intentado, pero contigo las indirectas no funcionan —se lamentó el héroe rubio—. Te he enviado flores, intenté invitarte a salir, hasta me arriesgue a ir a un estúpido evento de cómics…

La impresión se reflejó en la expresión de Izuku, en cada cosa que Dynamight mencionó él encontró la forma de darle una explicación lógica y racional, que el florista se equivocó de nombre, que Kacchan había desarrollado un bizarro sentido del humor o que se encontraron por coincidencia, pero jamás pensó siquiera que su amor sería correspondido.

Despertó de su ensoñación cuando Dynamight lo sujetó por los hombros y lo sacudió con fuerza.

—¿Quién es el idiota que va a desaparecer mañana? —preguntó como una amenaza.

—Tú… —soltó Deku repentinamente—. Me gustas, Kacchan.

—Si es broma te mato —amenazó peligrosamente cerca de su rostro.

Deku tomó el rostro de Dynamight entre sus manos, lo acercó despacio, dándole oportunidad por si quería negarse al contacto, pero su héroe rubio lo tomó por la cintura y lo pegó a su cuerpo. El contacto se hizo, tan cálido y gentil como Izuku lo había soñado tantas veces, se dejaron llevar por un juego de sus corazones y la súplica de sus almas.

Dynamight intentó alejarse para mirar los ojos de jade que lo tenían hipnotizado. Al sentir que su amado se alejaba Izuku se inclinó hacia adelante para perseguirlo, no quería separarse, ahora que se había cumplido uno de sus deseos necesitaba aferrarse a él y no soltarlo nunca.


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-D.K.

Calendario de adviento 2023 [Katsudeku]Where stories live. Discover now