13

339 21 10
                                    

GP de Gran Bretaña
24 horas antes

Reviso mi figura en el espejo. El vestido de color azul eléctrico brillaba sobre mi figura reloj de arena, delineando perfectamente mis caderas curvas. Me paso la mano por el pelo que cae suelto sobre mis hombros con algunas ondas que logré hacerme con la plancha y, mis pestañas largas están resaltadas con las capas de rímel, al igual que mis labios carnosos delineados con un tono nude.

𝗧𝗵𝗼𝗺𝗮𝘀
𝖸𝖺 𝖾𝗌𝗍á𝗌?
𝖳𝖾 𝖾𝗌𝗉𝖾𝗋𝗈 𝖺𝖻𝖺𝗃𝗈

𝗬𝗼
𝖺𝗁𝗈𝗋𝖺 𝗆𝗂𝗌𝗆𝗈 𝗏𝗈𝗒!!!

Recojo el bolso sobre la cama y me aseguro de tener la tarjeta de la habitación conmigo antes de cerrar la puerta suavemente. Espero pacientemente al ascensor, y cuando las puertas se abren, me adentro decididamente haciendo presión sobre el botón que me llevará a la recepción.

Siendo honesta, no tengo ningunas ganas de esta cena, pero la conversación había surgido semanas atrás con Thomas, y ahora quedaría feo echarme atrás. Me parece una reunión demasiado familiar en la que yo no pinto nada, pero el piloto británico insistió que su familia estaba loca por conocerme, y ya que estábamos en su país natal, no hay mejor oportunidad para conocer a la mayor parte de ellos. Es como si me lanzara al vacío sin paracaídas, esperando que alguien me atrape.

El sonido de las puertas abriéndose me toma por sorpresa sacándome de mis pensamientos, y avanzo hasta quedar en mitad de la recepción sin ver el cuerpo de Thomas por ningún lado.

𝗬𝗼
𝖽ó𝗇𝖽𝖾 𝖾𝗌𝗍á𝗌?
𝗒𝖺 𝖾𝗌𝗍𝗈𝗒 𝖺𝖻𝖺𝗃𝗈

𝗧𝗵𝗼𝗺𝗮𝘀
𝖠𝗁𝗈𝗋𝖺 𝗆𝗂𝗌𝗆𝗈 𝗏𝗈𝗒

—¿A dónde vas tan arreglada? —Escucho a mis espaldas. Me giro para descubrir de quién se trata y ambos hombres de Ferrari ingresan al hotel con unas bolsas de mano, dándome la pista de que acaban de llegar. Mi mirada se fija primero en Carlos, autor de la frase. Y luego, mis ojos se centran en su compañero de equipo que camina unos pasos más atrás que el español. Está igual que siempre vestido: unos vaqueros y la camiseta de la escudería, pero le sienta realmente bien. Y cuando su mirada me pilla observándole, mis mejillas se tornan rojas a la vez que un escalofrío recorre mi cuerpo.

—Tengo una cena con la familia de Thomas —explico, cuando ambos hombres se detienen enfrente mía.

—¡Woah! ¿Con la familia? —pregunta, de nuevo, Carlos, sin ocultar el tono de sorpresa y la mueca en su rostro.

—Sí —reconozco. —Hablamos hace algunas semanas de que su familia quería conocerme y organizó una cena hoy —termino de explicar alternando mi mirada ante ambos pilotos. —¿Vosotros acabáis de llegar? —pregunto con la intención de cambiar de tema.

—Sí —responde Charles, interviniendo por primera vez en la conversación. —¿Qué tal estás del accidente? Al final no pudimos ir a verte —revela, aunque yo ya tenía constancia de esa información por parte de Carlos.

—Bien —digo, a la vez que asiento con la cabeza. —Estoy bien, ya te lo dije —me dirijo directamente a él. Una persona de recepción nombra a Carlos, y este no duda en ir hacia allí. —Solo fueron comprobaciones.

—Me alegra que estés bien —expone, con una sonrisa ladeada.

Le devuelvo la sonrisa, manteniéndome en silencio sin saber qué más expresar. Su presencia tiene mis fibras nerviosas alteradas, y mi cerebro no trabaja bien en estas condiciones. Él tampoco pronuncia palabra, aunque realmente no hace falta, ya que sus ojos se encuentran evaluando como el trozo de tela se adhiere a mi cuerpo.

Racing Hearts | Charles Leclercजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें