11

288 22 2
                                    

GP de CanadáCarrera

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

GP de Canadá
Carrera

Me acerco a la curva diez del Circuito Gilles Villeneuve, con el McLaren naranja de Lando Norris en mi punto de mira. Salí décima, pero gané dos posiciones en la salida y me mantengo en la lucha por los puntos. Sin embargo, detrás mía viene el Ferrari de Charles Leclerc acortando las distancias.

El monegasco salió decimosexto, pero aprovechó el caos de la primera vuelta para remontar cuatro puestos. Su objetivo es alcanzarme y superarme, ya que mi posición en podio del Gran Premio de mi país me benefició para adelantarle en la tabla de pilotos, colocándome en la sexta posición.

Sé que Charles es un hueso duro de roer y que no va a ponerme las cosas fáciles. Por eso, cuando observo por el retrovisor que el Ferrari está más cerca, me preparo para la batalla. No voy a ceder ni un centímetro de la pista al monegasco, y estoy dispuesta a defender mi posición con uñas y dientes.

La lucha se prolonga durante varias vueltas, con constantes cambios de trayectoria, frenazos y adelantamientos. Me defiendo con maestría, utilizando toda mi experiencia y habilidad al volante. Charles me ataca con furia, aprovechando la superioridad de su Ferrari en este circuito frente a mi Audi. El duelo es intenso, espectacular y al límite.

En la vuelta 64, Charles se tira al interior de la curva número 13. No me lo esperaba, y tengo que reaccionar rápido para evitar el choque. Freno más tarde que él y consigo mantenerme por delante. Sin embargo, al hacerlo, me paso de frenada y me voy larga en la curva número 14. Charles aprovecha mi error y me adelanta con facilidad por el exterior.

—Joder —maldigo. 

Pero no me rindo. Acelero de nuevo hasta que estoy a punto de alcanzarle, cuando veo una oportunidad por el interior de la curva. Acelero al máximo y me lanzo hacia el hueco, pero él no me deja pasar. Con un movimiento brusco, cierra la puerta y me obliga a frenar para evitar el choque. Siento la rabia y la frustración crecer dentro de mí, pero no me rindo. Vuelvo a pegarme a su alerón trasero y busco otra ocasión.

—Vaya idiota.

Intento sorprenderle por el exterior en la siguiente curva metiendo el morro de mi Audi por el hueco que deja el monegasco. Pero Charles no me lo pone tan fácil y se abre en la trazada, empujándome fuera de la pista. Me veo obligada a pisar la tierra y pierdo velocidad, mientras que el Ferrari sigue el camino sin inmutarse.

—¿Habéis visto lo que ha hecho Leclerc? No he visto nada igual en mi vida —imploro a través de la radio hacia Gunther.

—Lo investigaremos —delimina mi ingeniero en una respuesta automática.

Suelen decir que a la tercera, va la vencida; así que no me rindo. En las curvas 5 y 6 vuelvo a intentar el adelantamiento, pero el monegasco vuelve a cerrarme el paso, rozando ambos coches.

—Ha intentado golpearme dos veces, en la curva 3 y la 4 y luego de nuevo en la 6, tiene un tipo de pilotaje muy peligroso —reclamo por radio a mi ingeniero enfadada.

Racing Hearts | Charles LeclercWhere stories live. Discover now