Desafortunado atentado

8 2 0
                                    

34 semanas de embarazo...

La mañana comienza con un levantarme con un poco de taquicardia, me toma un par de minutos recomponerme, según Mark es normal en esta etapa del embarazo, pero no sé si también es normal el pésimo presentimiento que siento en el pecho, no dejo de tener la sensación de que algo malo va a suceder.

 Trato de creer que el mal presentimiento se debe a que James llega en unas horas para la próxima cita de control prenatal y se quedará algunos días, Logan se ha seguido quedando conmigo y de hecho hemos planeado el que se mude, para que yo no esté sola cuidando a la bebé, y pues como tengo varios cuartos en la casa no le veo problema a ello.

-Estaba pensando en decirle a Marina que se venga a vivir conmigo -le comento a Logan, quien está tomando café mientras que revisa unas cosas en su computadora.

-Me parece bien -responde sin darle tanta importancia -creo que sería bueno que Zeth se venga a quedar aquí al menos 2 meses después de que des a luz.

-No lo sé, mañana en la cita lo consulto con él.

Ambos nos quedamos en silencio, el continua con lo que está haciendo en la computadora y yo leo las revistas de maternidad, marcando las cosas que voy a comprar y mandándole algunas fotos a mi hermano de cosas que me gustan para los gemelos.

La tarde se me pasa rápido, y por la noche el sueño me vence rápido así que me duermo temprano, lo ultimo que alcanzo a leer en el celular es el mensaje de James avisándome que ya llegó a su casa.

Mi hermano suelta el juguete y vuelve a mirar a mamá, papá lo vuelve a llamar, pero él lo ignora, por lo que me agacho y tomo el arma, observo a papá y le sonrío.

-Prometo no defraudarlo mi Coronel, prometo proteger a mi hermano –papá me sonríe con tristeza –siempre al Norte –termino de decir.

-Váyanse, su tío Benedic los encontrara, no se vayan a separar, y no confíen en nadie –dice para los dos –dispara a todo lo que se mueva –dice esta vez solo para mí, unos pasos se escuchan cerca –váyanse rápido.

El escenario cambia totalmente, ahora estoy en una cueva, la cueva en donde nos escondimos cuando asesinaron a nuestros padres, puedo vernos a los dos, es como si estuviera en una tercera dimensión, así que presto atención al recuerdo.

-Nickolas tenemos que irnos –abre sus ojos y me observa con tristeza.

-Mamá ya no está, perdió su brillo, ya no nos volverá a leer o a cantar –sus ojos se van llenando de lágrimas.

-Nickolas le hice una promesa a papá y la pienso cumplir, así que levántate y límpiate las lágrimas que nos vamos –le digo firme como papá me enseño.

-Kaira no lo cumpliste, rompiste la promesa de papá -dice Nickolas con un hilo de voz, mientras que se agarra el pecho, es ahí cuando me doy cuenta de que sale sangre por montones de una herida que tiene ahí.

-No, no, no, Nickolas escúchame, vas a estar bien, no te preocupes, vas a estar bien -repito mientras caigo con él al piso el cual se comienza a llenar de sangre.

-No pasa nada, Kaira...

-No, no debe de ser así, somos los buenos, no tenemos que sufrir tanto -digo mientras que el sabor salado se adueña de mi garganta y el dolor de mi corazón.

-Kaira, está bien, te amo, está bien...

Me levanto de golpe sobresaltada por la pesadilla que acabo de tener, así antes de pensar tomo mi celular y le marco a mi hermano, escucho los pitidos pero no contesta, lo intento una, dos, tres veces y no contesta, la paranoilla me toma por segundos, hasta que me llega un mensaje de él.

COMMANDING "Legend"Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora