Londres

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El avión aterriza, y no tardo en bajar junto con Marina ya que decidí viajar con ella, porque el potencial que veo cada que la miro me da la sensación que se merece más de lo que le han dado, y yo me voy a encargar que tenga ese apoyo que le ha faltado, dándole los contactos que necesita para lograr lo que tiene en mente, ya que estoy segura que sus planes no son solo quedarse en el puesto que tiene. Nos quedamos en la pista, mientras esperamos que los soldados se encarguen de nuestras maletas, minutos después unos soldados me llevan con el Coronel de la Central y le digo a Marina que se vaya a el hotel en donde nos hospedaremos, la graduación será hasta el día de mañana, así que hoy lo tengo libre, para pasear por la ciudad y comerme una rica lasaña, que desde hace varios días se me ha estado antojando.

-Puede pasar, la están esperando –dice.

- ¿Me están? –pregunto, ya que por lo que sabía solo iba a hablar con el Coronel, para que me diera una breve explicación de lo que se hará el día de mañana.

-Entre por favor –repite el soldado, abriendo la puerta, dejándome sin opción.

Camino, entrando a la oficina y veo que el soldado se refería a el Coronel y el Ministro Murphy, ambos me observan y Benedic me indica con la mano que tome asiento enfrente de él, por respeto, el Ministro debe sentarse en la silla de enfrente, tal como lo hizo, por lo que el Coronel y yo quedamos sentados en el mismo lado.

-Buenos días Comandante, es un placer tenerla en Londres –dice él Coronel, estirando la mano, y yo se la acepto, dejando que me la bese, a como él acostumbra.

-El placer es mío, lo que no entiendo es la razón de esta junta –digo, dejando en claro que no me interesa nada más que saber lo que está ocurriendo.

-Tengo una propuesta que ofrecerte –dice Benedic, haciendo que mi atención se centre en él, Benedic, siempre se ha caracterizado por ser directo cuando dice algo, al igual que yo, así que sé que no se va a ir por los rodeos.

-Escucho –respondo, mientras me acomodo en la silla.

-Como sabes, llevo más de 19 años en el puesto, y más de 50 años de una exitosa carrera –comienza el Coronel, y sé que camino va a tomar la plática –por lo que siento que es momento de mi retiro, de cuidar a mis nietos y envejecer en paz con mi esposa, disfrutando los logros de mí esfuerzo.

- ¿De verdad?, estoy segura que se encuentra en su mejor tiempo –digo, "alagándolo", por lo que él me sonríe y guiña el ojo.

-El punto es que te voy a postular para que ocupes el lugar del Coronel, con el apoyo del Ministro, tener el lugar será pan comido –comenta Benedic, sin preguntar primero si quiero el puesto.

-Por lo que sé, no puedo postularme sin antes haber tenido al menos 3 años como Comandante General en mi Central, y ese puesto en Eugene lo porta Zeth, quien está a punto de cumplir su primer año –menciono, con claridad, ya que son las reglas.

-Todos están al tanto de tus logros en Eugene y en las misiones que has hecho fuera de ahí, como tu victoria en Somalia, Lesoto, Argentina, Irán, entre otros, por lo que lo he comentado con algunos miembros del Consejo, los cuales están de acuerdo en mi decisión –insiste Benedic.

Vuelvo a negarme, dando razones ciertas, pero todas son rechazadas por Benedic o él Coronel, por lo que, después de unos 15 minutos de debate me doy por vencida, y finjo aceptar la propuesta con "felicidad", inmediatamente pongo un pretexto y salgo de ahí, el coche que puso el Coronel a mi disposición me lleva hasta la puerta del hotel, y apenas me estoy acostando en la cama, cuando tocan la puerta, así que me tengo que volver a levantar.

-Hola –dice Marina, con una botella de vino en una mano, y una caja de pizza en la otra.

-Adelante –le respondo, abriéndole la puerta.

COMMANDING "Legend"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora