By chance | Gavi

16. Betis

Capítulo 16. Betis
Gavi

—Ni de puta coña.—le digo a Pedri. Creo que acaba de perder la cabeza.

—Gavi, estás siendo un poco exagerado.—me dice mi amigo.

El vestuario está lleno de chicos de la selección, así que no voy a montar una escena. Pero está claro que Pedri no está pensando bien.

—Solo porque eres mi amigo y te debo más de una.—cedo al final.

—¿Otra vez peleando por la rubia?—dice Morata, el futbolista se ha infiltrado como si nada en nuestra conversación.

—¿Como lo has sabido?—Pedri está igual de sorprendido que yo.

—La vi antes en el campo, estaba haciendo fotos y videos para las redes sociales creo. El caso es que me resultaba familiar, y cuando os he oído pelearos pues ha tenido sentido.—se explica.

—Bueno pues tienes razón.—comento exasperado. Lo único que necesito es que se malinterprete esta situación.

—Yo no digo nada, pero más vale que la rubia no os distraiga del objetivo, que es marcar goles y ganar partidos.—nos dice. Morata funciona bastante como hermano mayor, así que le dejo regañarnos.

Termino de cambiarme de ropa y ponerme unos vaqueros. Recojo lo que tenemos en el vestuario. La semana que viene tenemos un viaje a Madrid para preparar los papeles y algún evento de comunicación. Desde Barcelona van a poner un autobús, pero Pedri y yo hemos decidido conducir, así no nos perdemos el partido de la semana.

Salgo por fin del vestuario con un último gracias de mi amigo.

—Ven.—le digo a Ara, que estaba esperando en el pasillo. Aunque no estaba esperando por mi.

—¿Qué?¿Por qué iba a ir yo contigo?—me dice moviendo su cabeza. Su pelo rubio me deja ver el nombre que lleva en su camiseta de España, Morata. He de confesar que hubiera preferido verla con él mio, solo para poder molestarla.

—Porque Pedri me lo ha pedido.—suspiro.—Simplemente agradece que le deba una y vamos al coche.

Resopla, pero sabe que no tiene otra opción, así que me sigue. Bajamos al parking y nos metemos en el coche. Enchufo mi móvil y pongo mi playlist post-entrenamiento.

—¿Vas a ir al evento de Madrid?—me pregunta llamando mi atención.

—Obviamente.—la miro por el rabillo del ojo y veo que está cómodamente sentada en el asiento. He de decir que Pedri tiene razón, Ara es bastante guapa. El rubio y el rojo de la camiseta de España le combinan genial.

—¿Y cómo vas a ir?

—En coche, con Pedri.—respondo, no me esta gustando por donde va esta conversación.

—¿Crees que podría ir con vosotros? Se que no somos los mejores amigos del mundo, pero tengo que ir yo también y tengo que cubrir el partido que jugáis. No me da tiempo a teletransportarme.—lo dice incómoda, y consigue darme un poco de ternura.

—Imagino que a Pedri le parecerá bien.—respondo pensando en mis palabras.

—¿Y a ti?—la miro de lado, despegando mis ojos de la carretera un segundo.

—Esta bien, pero mas te vale comportarte.—mi tono sale más seco de lo que me hubiera gustado, pero sigo molesta con ella. Ni siquiera sé por qué pero me molesta su existencia. Y su tono irónico. Y que sea tan rubia. Y que le caiga tan bien a Pedri. Y a Ansu. No se, simplemente no me encaja.

—Lo mismo te digo Gavira. Yo no se que te ven todas esas chicas, porque desde luego tienes un humor inaguantable. ¿Tú sonríes alguna vez o solo sabes poner cara de enfadado?—me ataca. Y aquí estamos otra vez, peleando.

—Solo con la gente que me cae mal.

—No te puedo caer mal, para empezar, ni me conoces, y para continuar soy demasiado agradable como para que te caiga mal.—responde sarcástica.

—Conozco lo suficiente sobre ti como para saber que cuanto más lejos de mi mejor.

—¿Estás seguro de eso? Porque te has pasado mi portal. —bromea—Parece que lo que quieres es pasar más tiempo conmigo.

Estoy a punto de abrir la puerta y decirle que se baje cuando me llega una llamada de Ansu. No tengo intención de cogerla, pero la rubia pulsa el botón verde y la voz de mi amigo llena el coche.

—Gavi, ¿donde narices estas?—es entonces cuando me acuerdo que habíamos quedado en mi casa para ver el partido de esta noche.

—Mierda, se me había pasado. ¿Estás ya en mi casa?—Me estoy agobiando. Es imposible que me dé tiempo a dejar a Ara y llegar a tiempo para el partido. Y mi prioridad es el fútbol. Se juega un Sevilla vs Betis, y yo no pienso perderme el derbi.

—Si, y el derbi está a punto de empezar.

—¿Vais a ver el derbi?—pregunta Ara. Lo que me faltaba, que Ansu sepa que estoy con ella.

—¿Esa quien es? ¿Ara? ¿Algo que contar Gavira?—me bromea mi amigo.—Tráetela, no seas vergonzoso.

Ella se encoge de hombros en el asiento de al lado. Supongo que no me queda otra que llevarla conmigo.

—Esta bien, vamos.—cuelgo la llamada y arranco en dirección a mi casa.

—Menos mal, yo tampoco quería perderme el derbi. —dice con una sonrisa. Llevaba sin verla sonreír desde el día que nos conocimos.

—Entonces este es tu día de suerte, salvo que seas del Sevilla, en cuyo caso vas a tener que bajarte de este coche ahora mismo.—esta vez es una broma de verdad, y no lo digo con el tono irritado que siempre uso con ella.

—Del Betis soy.—responde siguiéndome la broma.

Consigue arrancarme una carcajada. Bueno, parece que a fin de cuentas puede que Pedri tenga razón y no sea tan mala como pienso. De todas formas, por muy del Betis que sea, no termina de encajarme del todo. Es siempre mejor prevenir que curar en estos casos, y yo ya estoy curado de espanto.

Finalmente llegamos a mi casa, donde el coche de Ansu me esta esperando. Tenemos aun tres minutos antes de que empiece el partido. Justo a tiempo.

—
Te dedico el capitulo bichito.
Espero que os este gustando la historia, porque se vienen cositas.