CAPÍTULO 22.LO QUE NUNCA TE DIJE.

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No podrás recuperar el tiempo perdido
si sigues manteniendo la misma postura.

Anónimo.

Se dice que la peor de las mentiras, es el secreto que nunca se revela, los secretos pueden llegar a consumir el alma humana en un abismo de mentiras, tantas como sea posible para enterrar la horrible verdad a la que se teme, y conforme pasa el tiempo aquellas mentiras generan más carga que el mismo secreto que en un principió se escondió. Aunque también para mentir se necesita ser un maestro, la mentira es un talento que solo los más inteligentes manejan a la perfección, un buen mentiroso jamás es descubierto, si realmente eres inteligente sabes que hacer para que tus mentiras sean creíbles, manejas tu lenguaje corporal y eres tan bueno que nadie logra sospechar de ti, si, un buen mentiroso es un verdadero peligro, y podríamos decir que lo hace una mala persona, nadie puede defenderlos, justificarlos tampoco, pero juzgarlos no va a reducir la mentira. Para las familias aristócratas esta era una habilidad necesaria para sobrevivir, más si se quiere ganar el respeto de la gente a su alrededor, y existen secretos o mentiras que se llevan a la tumba, a este punto, es poco probable que se pueda distinguir lo real de lo inventado, ¿felicidad? mentira, ¿amabilidad?, otra mentira, incluso la misma existencia de algunos herederos a los títulos y fortunas es una mera mentira, si el mundo está hecho de secretos y mentiras,¿ por qué obligarse a uno mismo a predicar la verdad?

Para todo Argleton, la noticia de que el matrimonio Chiva-aree había regresado después de un largo mes de visita a la familia del conde consorte resultó bastante gratificante, pero lo que a muchos llamó la atención fue el curioso aumento de peso del conde consorte, había mujeres que juraron ver la curva de su estómago muy pronunciada y otras cuantas hasta alegaron que ya usaba ropa de maternidad, comentarios que causaron risas a Win, obviamente, en cuanto regresaron de su viaje el médico familiar revisó que todo estuviera en orden, y felicitó a la feliz pareja por su futuro hijo, que fue escuchado por la servidumbre del lugar, y de esta manera la noticia paso a cada empleado de la casa y de ahí a los empleados de otras casas hasta que medio Argleton lo supo, y las felicitaciones no tardaron en hacerse llegar.

Win lejos de emocionarse comenzó a sentirse abrumado, las responsabilidades de la casa habían aumentado a causa de una pronta visita de personas importantes para su esposo, combinado con su ahora vientre de cuatro meses y el ojo público sobre él, hacían que su ánimo decayera gradualmente, lo que Brigth notaba con facilidad, así que cada noche antes de dormir le repetía lo orgulloso que está de él y le recordaba entre palabras bonitas y cumplidos cuanto lo amaba, eso calmaba un poco las locas hormonas del más joven, y aunque era Brigth el que experimentaba los síntomas más fuertes, el admiraba a su esposo por soportar tanto, ya que la fatiga y los bochornos a causa del inmenso sol eran poco soportables por su estado, y aceptar los cambios en su cuerpo era bastante complicado, porque, aunque Win dijera que amaba ver su vientre crecer y notar que su bebé se estaba formando adecuadamente, sentía cierta inquietud por pensar en su aumento de talla, en las manchas en su piel, y lo opaca que lucía, ya no se veía así mismo como un diamante, puede que Brigth le dijera siempre que su belleza no se estaba acabando, pero a los ojos de Win, el embarazo no era nada de lo que alguna vez espero.

Aún así trataba de no pensar mucho en su aspecto, y tenía la seguridad de que su esposo lo amaba tanto que a sus ojos se sentía nuevamente como el bello diamante de Londres, y buscaba todos los días el lado positivo de las cosas.

- La vajilla de porcelana debe de estar limpia y preparada para esta misma tarde, y por favor, que no se les olvide hornear galletas sin nueces, me dijeron que el duque de Devonshire es alérgico - Win caminaba a paso apresurado por los pasillos de las habitaciones - Encargate de colocar el doble de almohadas en la habitación de la duquesa, me dijeron que le agrada estar rodeada de todas ellas, y no se les ocurra colocar las sábanas de siempre, busquen las más suaves y encarguense de que combinen con las cortinas -

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