LA ESTRATEGIA

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Astor se levantó y comenzó a recoger los utensilios usados para comer. Hood fue hasta su equipaje que se hallaba junto al resto, apoyado sobre uno de los tirantes que sostenía la carpa. Zelda se quedó sentada y, con un gesto de la mano, le indicó a Link que hiciera lo mismo. El joven, que se había puesto de pie, volvió a sentarse, viendo cómo los demás se movían en sincronía, como si hubiera dicho algo que pusiera en marcha una planificación esperada por todos. Hood volvió con un par de piedras, algunos pergaminos, una brújula y una carbonilla. Astor terminó de juntar lo que quedaba y sacudió las migas con un repasador. Hood desplegó un pergamino que resultó ser un mapa, aparentemente, un planisferio de todo Hylia y colocó cuatro piedras en las puntas para que no se doblara.

Zelda bebió un sorbo de agua, tomó una bolsita con piedras de colores y apoyando una en el mapa dijo—: Habitamos en un mundo extenso, conformado por un principal gran continente y sus islas aledañas. Algunos consideran que esta isla es otro continente —dijo Zelda señalando una porción de tierra, al norte, rotulada "Yermo"—, pero la realidad es que el estudio de nuestro planeta al día de hoy es, según creo yo, incompleto.

Link asintió ante la introducción de Zelda.

—El Castillo de Hyrule se encuentra prácticamente en el centro —explicó la joven señalando la primera piedra que había puesto—. Hacia el sureste, a unos veinte días de viaje a caballo, pasando un significativo afluente del gran río Zora, se encuentra el campamento donde estamos ahora —dijo marcando aquella posición con otra piedra—. Más al sur están los prados de Ordon que, si no me equivoco, es de donde vienen. —Zelda hizo una pausa y tomó más piedras—. Básicamente, la división de los distintos países, se hace mediante los ríos que separan las tierras, dejando a la tribu gerudo al noroeste. Más allá del bosque del mismo nombre, a los sheikahs, al sudoeste; los gorons al noreste; los zoras en el extremo este del océano oriental, y más cerca de aquí, pero también al este, están los kokiris, yendo para el sudoeste del gran Árbol Deku. —Zelda había puesto todas las piedras que tenía en el mapa para enseñar la ubicación de cada clan.

Link estudió brevemente el mapa.

—Bueno —dijo Link reflexivo—, estratégicamente, supongo que ir hacia el noroeste sería lo más lejano y, sabiendo que Ganondorf es un gerudo, no veo muy viable que quien esté al mando vaya a colaborar sin que antes le demostremos que tenemos la suficiente fuerza para hacer un cambio.

Zelda abrió los ojos de par en par. —¡Excelente, Link! Veo que se te da bien la estrategia. Desde ya los gerudos, en lo que a mí concierne, deberían ser la última opción. Los Sheikah, sin embargo, no están tan lejos, pero por motivos que te explicaré más adelante, serían la opción previa a los gerudos. Por último, nos quedan los kokiri, zora y... los goron, tal vez... —dijo Zelda torciendo la boca—... Si es que quedan algunos.

—Estoy seguro de que quedan unos cuantos, Zel —dijo Hood optimista.

—Entonces, ese sería el recorrido: vamos por los kokiris primero, luego los zoras y gorons. ¿Cierto? —preguntó Link.

—Me temo que no, Link. Los zoras y los gorons fueron razas muy amigas entre sí, pero luego del episodio trágico de Darunia, tanto los gorons como los zoras bloquearon sus entradas. Pocos logran hoy en día acceder a la ciudad de los zora y quienes lo hacen, cuentan toda clase de historias acerca de su expansión en mar abierto. Historias que otros interpretan como un alejamiento de los lugares conquistados por Ganondorf. —Zelda hizo una pausa mirando el mapa—. En fin, si me lo preguntan a mí, diría que los zoras serían la tercera opción.

—Entiendo —dijo Link—, sabiendo que encontrar un camino alternativo hacia la ciudad goron sería complicado sin algo de ayuda, nos deja como única opción empezar por los kokiris, ¿no es así?

Link, Salvaje NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora