10

147 45 2
                                    


Agotado.

A continuación,  Vegas se dejó caer sobre el colchón a su lado.

―Santa mierda ―murmuró  Vegas.

―Realmente.

Cuando  Vegas se levantó para tirar el condón, Pete se forzó a levantarse el tiempo suficiente para limpiarse a sí mismo. Luego se dejó caer en la cama de nuevo, y  Vegas fue justo detrás de él.

Después de un momento, Pete volvió la cabeza.

―Pensé que los Dom no chupaban la polla.  Vegas sonrió.
―Los Dom hacen lo que se les dé la gana.  Y  disfruto  chupando pollas. ―Pasó una mano por el muslo de Pete―. Y follarte. Definitivamente disfruto follarte.

―Bien. ―Pete se pasó una mano por la cara―. Déjame recuperar el aliento, y luego puedes follarme de nuevo.

―Me encanta como suena eso ―gruñó  Vegas―. Pero sí... dame un minuto o dos.

―Buen plan. De verdad es un buen plan. ―Pete cerró los ojos. Dios, se sentía muy bien.


Abrió los ojos. Un segundo más tarde, ¿verdad? Espera...  no. Podría haber jurado que estaban relajados y recuperando el aliento, y ahora se sentía como si el tiempo hubiera pasado. Cuánto, no tenía ni idea. ¿Se había quedado dormido?

―¿Qué hora es? ―murmuró.

A su lado, los ojos de  Vegas se abrieron.

―¿Hmm?

―Creo que me quedé dormido.

Vegas se pasó una mano por la cara.

―Sí,  yo  también.  ―Se  volvió  hacia  Pete  con  una  sonrisa  soñolienta en los labios―. Supongo que me agotaste.

Pete rió.

―Misión cumplida, ¿verdad?

―Mm-hmm    ― Vegas    le    besó    ligeramente―.    Podría  no   tener suficiente energía para follarte otra vez esta noche.

―No estoy seguro de que tenga suficiente energía para tomarlo.

―Sí, eso es justo. Fue un largo día.

―Y una buena larga follada.

―Uh-huh.

Relajándose de nuevo sobre las almohadas, Pete sonrió mientras pasaba la mano arriba y abajo por el brazo de  Vegas. Un día de sol, cerveza, y música, y todo terminó con él y  Vegas enredados sudorosos entre las sabanas. Con cada centímetro de su cuerpo hormigueando y doliendo de pura profunda satisfacción.

La vida realmente no podía ser mejor.  Vegas se puso de costado.
―Hoy fue agradable. ―Acarició el cabello de Pete―. Parece que la estabas pasando bien.

―Lo hacía. La actual compañía sólo lo hizo mejor.

―Mm-hmm. Definitivamente.

―¿Incluso si te arrastré de allí antes del show final?  Vegas rió.
―Sí, realmente tuviste que torcer mi brazo. ―Hizo una pausa―. En serio, fue genial verte pasar un buen momento. ―Acarició la mejilla de Pete―. Es un cambio de la forma en que solía verte en la mazmorra…

―Dímelo   a   mí.   ―Pete   exhaló―.   Es   tan   raro   no   sentir   como   si estuviera caminando sobre cáscaras de huevo.

Vegas frunció el ceño.

―No deberías tener que sentirse así.

―No debería haber estado con Kinn durante tanto tiempo como estuve, pero así fue.  ―Se detuvo―. Hablando de eso, ¿puedo hacerte una pregunta?

―Por supuesto.

―Cuando Kinn y yo estábamos juntos, a veces entrabas y veías nuestras escenas. ―Pete se levantó a sí mismo apoyándose en un codo―. Pero nunca estabas cuando había terminado.

Algo parpadeó en el rostro de  Vegas.

―No podía quedarme.

―¿Por qué no?

Vegas no respondió inmediatamente. Después de que unos sólidos treinta segundos habían pasado, volvió a hablar.

―Iba a ver a veces porque quería verte. Pero no me podía quedar a causa de él. Y... ―vaciló―. La cosa es que la mayoría de los sum se relajan hasta el punto de convertirse en un fideo mojado.  Pero  en  ti,  siempre había una tensión en tu cuerpo y en tu expresión. Como si  no  estuvieras  tan dentro de esto como él. ―Se detuvo―. Como si no quisieras estar allí.

―No lo quería.

―Ahora lo entiendo.

―De hecho, odiaba la idea de volver incluso después de Kinn, pero echaba de menos visitar a las personas. Por lo menos sé que si quiero ir a pasar el rato con mis amigos allí, no tengo que preocuparme por él.

Vegas resopló.

―Todos estamos contento por eso, créeme. Todo el mundo estaba emocionado cuando se le prohibió la entrada.

―Tomó bastante tiempo ―murmuró Pete.


―Sí,   lo   sé.   ― Vegas   tocó   el   brazo   de   Pete―.   Para   ser   honesto, queríamos echarlo desde el principio, y Dios sabe que teníamos un montón de razones para hacerlo. Se discutió muchas, muchas veces.

Las mejillas de Pete ardían. Odiaba la idea de antas personas hablando de su relación a puerta cerrada.

―Entonces, ¿por qué no lo echaron?  Vegas tragó.
―El mayor temor entre el grupo era que si expulsábamos a Kinn, él haría escenas contigo en su casa solo. Y sin otras personas alrededor para hacerle cumplir las normas sobre el consentimiento y el buen comportamiento, solo podíamos imaginar lo que podría pasarte.

―Estás suponiendo que no estaba ocurriendo ya.

―No. No lo estábamos. ― Vegas encontró su mirada―. Estábamos asustados de que podría empeorar.

―Lo hizo. Créeme.

―Te creo. ― Vegas suspiró―. De todos modos, una vez que todos se dieron cuenta que lo habías dejado, y que estaban seguros de eso, se le prohibió el acceso.

―¿Seguros de que lo deje?

―Sí. ―Él apretó el brazo de Pete, el contacto mostrándole a Pete que era tan protector como afectuoso―. No serías la primera persona en volver con una pareja abusiva. Sólo queríamos asegurarnos de que estabas realmente fuera antes de que lo hiciéramos enojar así.

―Lo aprecio mucho. ―Pete agitó la mano―. Pero se acabó. Está terminado. Y... Ahora aquí estamos.

―Si. Aquí estamos. ― Vegas tragó―. Otra vez.

―Otra vez.

―¿Y ahora qué hacemos?

―No lo sé. ―El pulso de Pete latía en sus oídos―. Tal vez esto es suficiente.

Vegas se volvió hacia él, y el corazón de Pete se hundió. Una mirada a los ojos de  Vegas, y ya podía escuchar el tácito: No, esto no es suficiente.

Vegas suspiró, pasándose una mano por el pelo.

―No me malinterpretes, yo disfruto del sexo vainilla. A veces. Puedo estar totalmente satisfecho con él a veces.

El corazón de Pete se hundió más.

―Me gusta ―dijo  Vegas―. No me quejo en lo más mínimo sobre el sexo que acabamos de tener. O lo que hemos hecho antes. Pero los dos sabemos que hay cosas que quiero que tu no. Todavía soy un sádico, Pete. Todavía soy un Dom. Eso no va a cambiar, al igual que no va a cambiar eso de que solo eres vainilla. En su mayor parte, de todos modos.

―Así que supongo que no hay nada de qué hablar. No podemos hacer que esto funcione.

En el fondo, esperaba que  Vegas tuviera un argumento contra esa declaración que la arrojara fuera del agua. Alguna solución que haría que esto fuera factible.


Pero por la forma en que los hombros de  Vegas se hundieron, sabía que no iba a haber.

―Realmente no hay manera de evitarlo ―dijo  Vegas―. Cualquiera de los dos va a terminar haciendo cosas que prefiere no hacer, o el otro va a estar extrañando cosas que quiere hacer.

Pete suspiró.

―Si.   Así   que   supongo…   ―vaciló―.   Creo   que   no   tiene   sentido tentarnos a nosotros mismos de esta manera.

Vegas asintió. Con una leve risa, dijo:

―Es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad?

―Demasiado.

Descendió un silencio incómodo. No había nada más que decir en este punto que no empeorara las cosas, por lo que Pete se levantó y empezó a recoger su ropa.  Vegas hizo lo mismo. Sin hablar, ambos se vistieron. Entonces salieron de la habitación, y por segunda vez, Pete salió de la casa de  Vegas con su cuerpo aun doliendo por algo de sexo espectacular, mientras que su estómago estaba lleno de plomo por el torpe adiós. De hecho, se sintió aún peor esta vez. ¿Qué esperaba? ¿Qué era lo que ambos habían esperado?

Pues bien, estaba hecho. Entró en su coche y salió como el diablo de allí, y sorpresa, sorpresa, esa bola de plomo no se hizo más pequeña o más ligera. Era curioso cómo salir furiosamente después de una discusión agria era más fácil que alejarse después de una discusión tranquila y civilizada acerca de por qué no podían hacer que funcionara. Cuando dos personas se enojaban querían poner un poco de espacio


entre ellos y enfriarse. O simplemente alejarse porque la otra persona era un idiota.

Mírate, Kinn.

Pero cuando todo era pacífico y tranquilo, y todos tenían que admitir que no había otra solución, ese era la peor sensación al alejarse. Esto no era lo que quería hacer. Era lo contrario a lo que quería hacer.

No sabía lo que sentía por  Vegas. Mejor dicho, ya que apenas se conocían, lo que podría sentir por él si le daban tiempo a que esto creciera.

Estaba a medio camino antes de que tuviera que detenerse. No lloró. No se enfureció. En todo caso, estaba entumecido. Entumecido y jodidamente frustrado.
Por lo que él sabía, ellos  encajaban  en  todas  las  formas imaginables, excepto una. Se había comprometido en ese departamento antes, y le había tomado  mucho  tiempo salir  de  ese  agujero de  conejo. Por supuesto, Kinn había llevado las  cosas  al  extremo.  No  importaba  si era un sádico o un Dom, sólo era un idiota.

Con el tiempo, sin embargo, cuando Pete se había dado cuenta de que Kinn tenía que irse, él también se dio cuenta de que, en general, lo kinky no era para él. Que su disgusto por ello no tenía nada que ver con si estaba o no con un Dom competente. De alguna manera, eso era una cosa imposible de conseguir a través de la gente. Él se retiró de la forma de vida kinky, se mudó y la decisión detrás de ello fue completamente independiente de su necesidad de superar lo de Kinn. Pero por  alguna razón, era como hablarle a la pared al tratar de convencer a la gente de que podría tener el más sorprendente Dom en el planeta y él todavía no estaría en la sumisión, el dolor y todo lo demás.

Y eso no iba a cambiar. Ni siquiera por  Vegas.

NOTAS DE LA AUTORA

Dios que tención entre ellos no?
Que creen?
Encontraran un punto medio?
alguno sedera o esto no tienen futuro?

Nos vemos el lunes!!

Kink (Adaptada) (Por Becha) (VEGASPETE)(FINALIZADO)Where stories live. Discover now