FINAL

200 46 10
                                    



Vegas salió de la habitación para deshacerse del condón, y Pete casi se quedó dormido. No estaba cansado, en sí, simplemente emocionado, feliz y relajado. Su cuerpo se sentía espectacular. Su cerebro se sentía como si hubiera tomado unas copas. No muchas, no lo suficiente para dejarlo con resaca, pero si para darle ese cálido zumbido, suave que lo mantendría sonriendo como un tonto por horas.

Cuando regresó  Vegas, se acurrucaron juntos, y quedaron allí por un rato, sin hablar o moverse.

Poco a poco, una realidad demasiado familiar se deslizó de nuevo en la habitación. Pete estaba despierto ahora, una pizca de tensión abriéndose camino a través de la relajación post-sexo. Él quiso absorber el resplandor y disfrutar de esto, pero tenía que admitir que yacer junto a  Vegas era una mezcla. Por un lado, Pete se sentía fabuloso. Él acababa de tener el sexo  más deliciosamente sensual con el  hombre con el que había estado fantaseando desde siempre.

Por el otro... ¿ahora qué?  Vegas se volvió hacia él.
―Estás pensando en ello demasiado, ¿verdad?

―¿Soy tan transparente?

―No. ― Vegas le acarició el pelo―. Solo parecía la conclusión obvia. Suspirando, Pete se incorporó.

―Tal vez somos estúpidos por hacernos esto. Cada vez que nos encontramos, es mucho más difícil no hacerlo la próxima vez.

Vegas asintió.

―Lo sé. La cosa es que tal vez nuestras perversiones no se alineen, pero juro que eres exactamente el tipo de hombre que he querido para una relación.

Pete parpadeó.

―¿Cómo? Ni siquiera me conoces bien del todo.

―Todavía no. Pero quiero.

El pecho de Pete se tensó. Él quería conocer a  Vegas también. Y esa atracción magnética que parecía tener el uno por el otro, tenía que significar algo, ¿verdad? Había un punto medio en alguna parte donde podr…

Se tensó. Tal vez lo había.  Vegas ladeó la cabeza.
―¿Pete? ¿Estás bien?

―Si. Estaba pensando.

Vegas no dijo nada, pero no apartó la mirada tampoco. Oh, demonios. ¿Qué tenía que perder?
Pete se incorporó.

―Está bien, esto va a sonar loco, pero escúchame.

―Bien. ― Vegas se incorporó también.

―Somos sexualmente compatibles. Es solo en lo kinky que no concordamos. ―Pete se mordió el labio―. Tal vez...

Vegas tocó su muslo.

―¿Hmm?

Pete dudó, pero finalmente tomó una respiración profunda y se encontró con los ojos de  Vegas.

―¿Hay algo que diga que tengamos que ser sólo monógamos?

Vegas inclinó  la  cabeza,  las  cejas  elevándose  en  un  silencioso
Adelante.

Pete se humedeció los labios.

―Quiero decir, podemos estar juntos. Podemos tener sexo. Y si quieres ir a la mazmorra y hacer una escena con otra gente, entonces...
―Se encogió de hombros―. Estoy bien con eso.

Los ojos de  Vegas se abrieron.

―¿En serio?

―Sí. Es decir, una relación abierta nunca ha sido mi relación ideal, pero no estoy vehementemente opuesto a la misma, especialmente en la forma cómo son las cosas entre nosotros.

―Excepto... ― Vegas se movió un poco―. No quiero que  hagas algo que no deseas. No quiero que comprometas todo para mi beneficio.

―No soy el único comprometiéndose. Estar juntos significa aceptar que puedes ser kinky con otras personas, y que aceptas que realmente yo no quiero serlo. No mucho.

―¿No el tipo de perversiones que me gusta? Pete asintió.
―Si quieres un total intercambio de poder, entonces…

―No, no lo quiero ―dijo  Vegas―. Estoy perfectamente feliz con un sumiso en el dormitorio. Es decir, no contigo si no es lo que quieres, pero sin duda no algo 24/7.

―Se lo que quieres decir.

Vegas reflexionó por un momento.

―Bueno, me gustas mucho. Y seguimos encontrando el camino de vuelta al otro. Así que tal vez... tal vez si le damos a esto una oportunidad, se puede convertir en más, ¿sabes?

Pete asintió.

―Sí. Eso es en lo que estoy pensando también. Podemos poner algunas reglas básicas, y modificarlas sobre la marcha si es necesario. Pero creo que si los dos podemos ceder un poco, podremos hacer que funcione.

―¿Esto no es ceder demasiado? ¿Para ti?

―No.  No,  no  creo  que  lo  sea.  ―Se  detuvo―.  Para  ser  perfectamente claro, esto no quiere decir que voy a entrar en razón y decidir que soy kinky de nuevo. Eso fue... sólo era para complacer a Kinn.

―Lo sé. ― Vegas lo besó suavemente―. No quiero que cambies. A decir la verdad, eres la primera persona que viene y no me pide que cambie. Es por eso que no he tenido muchas relaciones. A menos que la persona fuera un masoquista absolutamente sumiso, tarde o temprano, nos daríamos cabezazos, y eso haría que siempre, siempre, terminara conmigo teniendo que comprometerme y retirándome. Y sólo porque alguien sea un masoquista sumiso no significa que estamos hechos para una relación, ¿sabes?

Pete le sostuvo la mirada.

―Eso es lo que te estoy pidiendo que hagas, ¿no es así?

―No. ― Vegas sacudió la cabeza―. Porque tú no me has pedido que cambie o renuncie a ello. Eres el que creó la solución. Lo cual... Quiero decir, incluso después de la mierda que Kinn te hizo pasar, ¿esto es algo que está dispuesto a hacer?

―Kinn no me engaño.

―No, pero hubo problemas de confianza. Desde luego, entendería si fueras reacio a confiar en alguien después de él.

―Lo  hago.  ―Pete  respiró  hondo―.  ¿Pero  sabes  qué?  Él  gobernó  mi vida el tiempo suficiente. No confiaba en él más de lo que confío en cualquiera, pero yo... ―Tragó saliva y miró a  Vegas a los ojos―. Confío en ti.

Vegas sonrió.

―Y yo confío en ti. Especialmente para decirme si algo no está funcionando para ti.

―Puedo hacer eso. Creo que no habrá ningún problema. Es decir, de esta manera, nadie tiene que cambiar, y todo el mundo gana. ―Pete sonrió―. Y yo nunca dije que estaba en contra de mirar tus escenas.

Un visible escalofrío recorrió la espalda de  Vegas.

―¿Quieres ver?

―Tal vez no todos los fines de semana, pero  puedo  verme haciéndolo un hábito. ―Él  arrastró  sus dedos  hasta  la  mitad  del  pecho de  Vegas.

―Hmm. Eso es razonable. Yo... ― Vegas se mordió el labio.

―¿Qué sucede?

―Yo... Bueno, no es que alguna vez haya tenido alguna inclinación por ser promiscuo. ― Vegas se detuvo―. Yo solo... No quiero que sientas como que no eres suficiente para mí.

―Pero no lo soy. Ambos lo sabemos.  Vegas se estremeció.
―Está bien, sin embargo. ―Pete entrelazó los dedos con los de  Vegas―. No, esto no es algo que  alguna  vez  hubiera  pensado  hacer  en una relación, pero parece que nuestras diferencias kinkys son el mayor obstáculo que tenemos ahora. Esto resolvería ese problema, y ninguno tendría que preocuparse por resentirse con el otro.

Vegas frunció los labios. Pete continuó:
―Quiero decir, tengo un amigo que es asexual, y a su esposa le encanta el sexo. Por lo tanto, a veces tienen relaciones sexuales, pero a ella se le permite intimar con otras personas.

―¿Y eso no le molesta? ― Vegas preguntó.

―Creo que lo hizo al principio, pero se dio cuenta de que ella era miserable con sólo tener sexo una vez al mes, y que él sería miserable si las tenían todas las noches. Se aman el uno al otro de a partes, y están contentos con todo lo demás en su vida, además, de que no querían separarse.

―¿Así ha funcionado para ellos?

―Durante unos diez años, sí.
―Huh. ―Los ojos de  Vegas perdieron la concentración durante unos segundos―. Bueno, quiero decir, parece como un compromiso razonable. Yo estaría dispuesto a darle una oportunidad.

El corazón de Pete se aceleró.

―Tu... Quiero decir, ¿realmente quieres intentarlo? ¿Conmigo?  Vegas asintió.
―Si te sientes cómodo, infiernos, sí. He estado devanándome los sesos desde la primera vez, tratando de averiguar  cómo  podríamos hacerlo.

Pete parpadeó.

―¿En serio?

―Sí. ― Vegas lo estudió, luego sonrió―. No sé con qué clase de mierda él llenó tu cabeza, pero eres muy atractivo.

Pete cerró los ojos y soltó el aliento despacio.
―Gracias. ―Tragó, y luego encontró la mirada de  Vegas―. Yo era como un felpudo para él

Vegas besó su frente.

―No eres el tapete de nadie. Seguro que no quiero que seas el mío. Y, quiero decir, wow eres la primera persona que me propuso un compromiso en el que realmente se me permite ser yo. Obviamente cada relación significa una cierta cantidad de compromiso, pero creo que me había convencido de que siempre significaría renunciar a un lado de mí mismo que me llevó años explorar y  aceptar.  Después  de  todo,  ¿cuáles son las probabilidades de encontrar a alguien que sea un masoquista sumiso con una veta exhibicionista que también sea compatible conmigo fuera del dormitorio o la mazmorra?

―Tienes  razón.  ―Pete  le  apretó  la  mano―.  Pero  yo  no  quiero  que renuncies a ello. En realidad lo que te pido es que seas Dom en la mazmorra pero yo reciba después los beneficios .

―Lo sé. Estoy un poco sorprendido  de  que  hayamos  conseguido una manera de hacer que esto funcione.

―Eso espero.

―Lo averiguaremos a medida que avancemos. ― Vegas pasó  los dedos por el cabello de Pete―. Sólo, ya sabes, habla conmigo. Si estoy pasando demasiado tiempo en la mazmorra y no el suficiente contigo, dímelo.

Pete asintió.

―Lo mismo. Si desea pasar un tiempo allí... dímelo.

―De acuerdo. ― Vegas sonrió―. ¿Sabes? Hemos descubierto una manera de hacer que esto funcione.


―Si. Lo hicimos. ―Pete tocó la cara de  Vegas―. No tengo ni idea de dónde vamos, pero definitivamente quiero saber.

―Yo  también.  ― Vegas  le  dio  un  suave  beso  en  los  labios  a  Pete―.
Comenzando ahora.

―Comenzando ahora. ―Pete envolvió sus brazos alrededor de él―.
Lo bueno es que tengo un montón de condones, ¿verdad?

―Ooh sí. ― Vegas dejo un beso bajo la mandíbula de Pete y avanzó lentamente por su cuello―. Podríamos tener que empezar a conseguir los empaques a granel.

―No me opongo a eso.

―Yo tampoco. ― Vegas le mordió la clavícula, enviando un escalofrío a través de Pete, y Pete hizo una nota mental de conseguir definitivamente uno de esos empaques a granel mañana. Tenía la  sensación  de  que estarían utilizando los que tenían esta noche.

Nada de silencios torpes. Nada de escapes incómodos. Nada que hacer excepto perderse completamente en los brazos del  hombre  que había comenzado tan fuera de la liga de Pete y terminó en su cama.

Una relación abierta era un territorio nuevo para él, pero también lo era estar con alguien que realmente se preocupaba por lo que quería y lo que necesitaba. Estaría lleno de baches. Sería un desafío.

Y cuando  Vegas lo besó y lo volvió a excitar de nuevo, Pete decidió que estaba definitivamente listo para el reto.




NOTAS DE LA AUTORA

Bueno chiquis hemos llegado a su fin

Muchas, muchas, muchas gracias por seguir aquí conmigo.

y con VP y bbb pase lo que pase jamás lo soltare y escribiré sobre ellos todo lo que pueda .



Subiré la sinopsis del proximo fic

Kink (Adaptada) (Por Becha) (VEGASPETE)(FINALIZADO)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt