Las rosas y los cerezos

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Todo este tiempo que anhelaba refugiarse en Alvirt lo tenía con una pequeña flama de esperanza, sentirse bien, encontrar un sitio adecuado sin sentirse inseguro, no obstante, ahora mismo aclamaba con una incertidumbre ansiosa.

Izuku era arrastrado de los talones por los caminos de la aldea hasta aquella casa retirada en la zona con la neblina más densa, no veía a Horn desde el día anterior, estaba perdido y ahora también sentenció a Fang.

Miró con culpa el puño de Sako que llevaba la cuenta oscura con un grabado rúnico donde estaba el lobo sellado. Tenía que ingeniárselas para liberarlo, ya estaba en problemas con la imagen de una entidad errante siguiéndolo pero no podía erradicarla así.

Conforme iban acercando a la casa, Izuku se dio cuenta que el público iba quedando atrás, su imagen siendo llevado por Jinn y Sako desde los hombro fue un panorama novedoso para terceros.

Al llegar al cerco de la entrada a ese jardín con niebla fue oportunista, estar lánguido parte de viaje les hizo bajar la guardia a su escolta, así que se levantó golpeando a Jinn en la cara y dirigió con un signo de arrebato su mano para agarrar la cuenta, sin embargo Sako alejó con un salto al reflejo por el puñetazo que escuchó contra su compañero.

—¡Devuélvemelo! —Gruñó Izuku bastante molesto. —¡Devuélveme a Fang!

—¿Devolverte? Lo dices como si esa alma te perteneciera, es un espíritu errante que debería trascender para iniciar una nueva vida —reprochó Sako apretando el puño con el sello.

—¡No lo entienden! Fang no puede irse todavía, su compañero lo necesita.

—¿Y dónde está ese dichoso compañero?

Izuku apretó los labios en un puchero al no saber que responder, realmente no sabía que pasó con Katsuki luego que ayer en la tarde que discutieron.

—De cualquier forma, preocúpate por tus cosas, ¿Qué no vas a casarte pronto? ¿Y tú guía que no llegó contigo? —Exclamó con suavidad Sako, a pesar de que había un tanto de regaño en su tono.

—Agh... Eso dolió, ¡¿Qué pasa contigo?! —Reclamó Jinn sobando su nariz irritada por el impacto con un rastro de sangre.

Izuku enfrió la mirada y retrocedió tanteando la cerca a su espalda en busca de algo con que defenderse, lucía nervioso y desorientado.

—¿Por qué nos miras así? No vamos a dañarte.

—No, algo no está bien... —Masculló Izuku, se sentía sofocado y con una anomalía extraña a su alrededor.

Tal vez sea por la ausencia de Horn, la extraña culpa que le merodeaba o que Fang hubiese sido sentenciado otra vez por su causa, pero lo que más le dolía era haberle gritado que no lo volviera a seguir.

—¡Regrésame a Fang! —Imploró nuevamente apretando los puños molesto.

—Contrólate chico, ¿Qué no se supone que un espiritista es relajado y no denota agresividad u odio?

Las palabras fueron una estocada de remordimiento en Izuku, el entrecejo se arrugó con un gimoteo entristecido. Por más que intentaba conservar los lineamientos que le enseñaron no podía mantenerse al margen, varias cosas lo sometieron a quebrarse.

Ser un espiritista condescendiente y bañado en sabiduría, no entrar en inmundicias que podrían desembocar sus energías a fines malos, quizás tenían razón, el tener a Fang oscilando consigo lo convirtieron en una decepción. Lo peor, es que podría darles la razón, pero no iba abandonar al lobo.

—Le debo la vida, no puedo abandonarlo.

Izuku estaba decidido en enfrentarlos para recuperar ese pequeño orbe de cuenta y liberar al espíritu del lobo, ya había perdido todo, no podía quedar más allá.

Horn & Fang [BkDk]Where stories live. Discover now