El rojo de hojas y sangre

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Los gélidos vientos que llegaban del norte provocaban una sensación nostálgica y poco deseable para Katsuki, después de todo le desagrada el frío. Por otro lado Eijiro se abrazó a sí mismo estornudando y tiritando por estar húmedo ante esa caída al río.

—Uff, será mejor que me seque y cambie esto, no quiero resfriarme —se dijo a sí mismo dispuesto a volver a la aldea también. Katsuki rodó sus ojos ante lo obvio.

—Los idiotas no se resfrían —respondió con sabiduría enaltecida en sarcasmo dispuesto a volver por el trineo que dejó arriba para llevarlo consigo.

—Gracias por tus buenos deseos —reprendió Eijiro sin convencer aun por ese modo, sin embargo era de admitir que había algo en ese forastero que maravilló: la aparente terquedad que oscilaba ante las adversidades.

Antes de subir la colina donde dejó el trineo, Katsuki percibió a Eijiro posar encima de las piedras con cuidado para tomar la canasta con su único premio de pesca. Su sorpresa fue tal que el rubio respingó desde su lugar y Fang no fue diferente, ya que una de las enormes piedras había levanto unos centimetros del suelo.

No era una piedra como tal el asiento que todo el tiempo estuvo el pelirrojo, se trataba de una enorme y longeva tortuga de río, la cual estiró su cuello saliendo de su caparazón y de forma perezosa miró a los forasteros para volver su vista hacia el frente con el flujo del río indiferente.

Con una jovial sonrisa al percibir la sorpresa de ambos por la tortuga, Eijiro levantó la canasta inflando su pecho en orgullo.

—¿Acaso creen que fuiste el único que alcanzó hacer la prueba de valía? Les presento al guardián del río y mi compañero, Shield.

A pesar de la complicada movilidad con velocidad de un reptil como era Shield, se trataba de un animal con indicaciones de tenacidad y soporte. Una tortuga que no se apartaba de las orillas del río que pasaban por Thurt. Eijiro le despidió palmeando su caparazón un par de veces esperando que cuando volviera a cualquier parte del río ya sea por pescar o guardia, la tortuga caminaría hasta llegar a su lado como siempre lo había hecho desde que se encontraron.

Thurt es una aldea con temática fresca y otoñal como era en sus alrededores. Abundante vegetación de coloración naranja y roja, molinos de agua giraban con las corrientes del río y gente atrevida a portar una vestimenta más descubierta. Por supuesto que eso provocó miradas de extrañeza ante un forastero siendo bien recibido con un gran lobo jalando un trineo guiado por Eijiro.

 Por supuesto que eso provocó miradas de extrañeza ante un forastero siendo bien recibido con un gran lobo jalando un trineo guiado por Eijiro

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—Mira —señaló abiertamente con su índice una gran cabaña. —En ese lugar vive el señor Takami. ¿Quieres que te acompañe?

Una casa muy particular al tener tantas aperturas en terrazas y balcones. Concluyó a que la causa es por esa ave de rapiña que atacó de manera siniestra a Fang desde los cielos.

El joven se paró frente a la puerta y tocó con sus nudillos en un par de ocasiones con muchísima insistencia aquella puerta principal de madera. Rápidamente fue atendido haciéndole pasar por el mismo sujeto que manipuló un arco en el río, aquel de cabello oscuro y mirada escarlata.

Horn & Fang [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora