El forastero de la tundra

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Los climas abrumadores del norte nunca se apiadan en las gélidas temporadas invernales. Las nevadas fueron toscas ocultando vegetación entre el velo de nieve blanca, lagos con una delgada capa de hielo que los cubría. Muchos animales tomaban su aletargamiento o migración soportando el descenso de temperaturas repentinas.

Un cambio de estación caótico que se odia por el hecho de que los alimentos escasean, el impetuoso frío no motiva hacer nada que sufrir tiritando. La naturaleza sabe corresponder y adaptarse; en cambio, los humanos que vivían en el área nórdica habían tomado las medidas más radicales: invasiones.

La cruda guerra por dominio de las áreas de caza y pesca. Los saqueos y asaltos a los pueblos más débiles con gente muy joven o muy mayor para defender se hicieron más frecuentes. Desde que los más experimentados con el área desde el otoño pronosticaron un invierno desgarrador en hambrunas y frío se prepararon con antelación para resguardar.

Con la situación tan desenfrenada hubo muchas zonas que pospusieron la sagrada prueba de valía. No se permitirían estar sin personas jóvenes que pudieran ayudar a corresponder alguna emboscada sorpresa. Las personas que tenían permitido salir de las aldeas eran aquellas preparadas y que mínimamente ya habían enfrentado por sí mismos la tempestad de la naturaleza en soledad.

Vaarja, una aldea en el área más recóndita a través de las gélidas montañas con picos nevados. Poco conocida al estar en un extremo tan hostil que nadie animaba a explorar y por lo tanto uno de los poblados exentos de invasiones. Después de todo no tenía nada para ofrecer, ni una tierra fértil para cosecha de trigo, ni lagos ricos en peces de aguas poco profundas, ni siquiera un área segura de caza. Tal vez, a lo mucho era conseguir ganado, pero el riesgo de llegar allá era más de lo que ganaban.

Desde el otro punto de vista, Vaarja nunca cruzó por sus mentes maestras la expansión e invasión a otras áreas. Todo este tiempo mantuvieron diplomacia en no empezar una guerra, a pesar de la desfavorable zona donde están. Cultivaron buenos términos con las aldeas más cercanas, el mercado entre ellos era enriquecedor.

La tierra olvidada por Dios, era el otro nombre que le daban a Vaarja, sin embargo, el lugar contaba con fuentes termales ocultas entre las gélidas montañas que les propiciaba calor, un sitio para renovar fuerzas y vitalidad, tal vez por eso tenía tan fornidos guerreros dispuestos a defender en caso de que a alguien se le cruzara la estúpida idea de invadirlos.

Las noticias de las últimas semanas no eran tan buenas para la aldea, debido a que los intercambios comerciales con algunas aldeas en la zona habían desaparecido. Lamentablemente no había noticia de las aldeas aliadas.

Vaarja se tomó imparcial en esta contienda, nunca consideró el dar soporte a los demás, puesto que, al ser tan orgullosos y poseedores de una independencia feroz, todas las tribus del norte debían arreglar las disputas por sí mismos. ¿Ya no tenían comercio con esas aldeas? Pues había que buscar donde más hacer trueques, los negocios no se iban a paralizar por ese indecente, se debía sobrevivir de cualquier manera.

Así fue como se encomendó la misión a varios hombres, con el riesgo de dejar una defensa débil ante cualquier imprudente con mirada codiciosa en invadirlos, ellos tenían la sangre fría y escrúpulos para defender. Muchos hombres de mediana edad hasta los que apenas hace poco más de un año habían alcanzado la mayoría de edad y bendecidos en volver sanos por la prueba de valía emprendieron viajes, a muchos lugares, separados todos por su cuenta. Debían verificar el estado de todo ante la caótica guerra que había, encontrar algo beneficioso para ellos y tal vez una nueva diplomacia para el comercio. La aldea no sufriría en el maldito invierno con frío y hambruna. Esto podría ser considerado una prueba de valía más allá de la prueba de valía, ya que teóricamente era similar a lo que hicieron alguna vez en cada solsticio de invierno.

Horn & Fang [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora