Capítulo 18

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DOS AÑOS DESPUÉS

La sonrisa sigue presente en mis labios, aun cuando ya nadie está mirándome. Ver a mis padres, a mi hermano y a su novia aquí, con nosotros, es algo por lo demás surrealista teniendo en cuenta que todo ha cambiado completamente. Un suspiro escapa de mis labios cuando veo los números sobre el pastel de cumpleaños.

39 años.

Y sólo en dos de ellos he sido un padre.

Es extraño pensar en ello, pensar en cómo cambió mi vida cuando conocí a Frank, pensar en cómo pasé de ser un adulto normal a ser un padre que... mantiene sentimientos impuros por su hijo. Aún después de tanto tiempo, sigo sintiéndome del mismo modo cuando miro a mi hijo. Y es horrible.

No hemos hablado del asunto, no hemos tocado el asunto... se ha mantenido ahí, subyacente, adormilado al igual que mi cabeza cuando le miro a los ojos. Creo fielmente que estoy enamorado de mi hijo, de mi propia sangre... y por tanto creo que estoy terriblemente enfermo. Claramente nadie más sabe de esto, hablar de mis sentimientos sería mi fin, incluso he intentado no hablar de ello cuando voy al cementerio a ver a Lindsey.

Pero fuera de eso mi vida ha ido bastante bien. Tengo un tranquilo trabajo en la escuela en donde Frank estudia su último año de secundaria, vivimos juntos en su casa, la que solía ser de sus padres, y su salud ha estado bastante bien durante este tiempo.

Y posiblemente es por eso que sonrío a pesar de todo.

Aunque Frank haya entrado por la puerta principal arrastrando consigo a ese tipo demasiado alto para él, con la cabeza rapada y notorios tatuajes en brazos y cuello. Ese muchacho con ojos oscuros y sonrisa fácil.

Mike, su novio.

Recuerdo que cuando supe de él tuve algo bastante similar a un ataque de celos, y luego quise saberlo todo acerca de él. Pero a pesar de ser un depredador acechando a mi pequeño Frank... es un buen tipo. Estudian juntos, fue él quien le hizo el escorpión en el cuello cuando Frank cumplió los 17 años, lo invita a los ensayos de su banda y le ha enseñado a tocar la guitarra de forma casi profesional. Tienen muchas cosas en común, se llevan increíblemente bien... y la diferencia de edad son solo unos cuantos meses.

— Hola, Mike —me veo obligado a saludarle cuando el muchacho se acerca a mí en la mesa, siento los ojos de Frank fijos sobre mí. Teme que haga algo estúpido, pero sabe que me importa demasiado como para dejarlo en vergüenza frente a su novio.

¿Desde cuándo me convertí en esto?

Recuerdo que la última vez que vi esa mirada temeraria fue en mis propios ojos, cuando les presenté mi primer novio a mis padres... pero ahora yo soy el viejo. Increíble.

— Feliz cumpleaños, señor Way —dice y por la posición de sus brazos está esperando un abrazo. Miro nuevamente a Frank y sólo puedo ceder, así que me pongo de pie y le abrazo, cuando mis labios están cerca de su oreja repito la misma frase que he venido diciéndole desde que nos conocimos, once meses atrás:

No te atrevas a follar con mi hijo.

Él se tensa y cuando nos apartamos niega una sola vez. Sé que posiblemente me tiene algo de miedo, pero sé también que en estos once meses no ha quebrado mi orden.

— Gerard, cariño, nos serviremos algo de pastel e iremos a casa. Mañana tenemos una cita con la diabetes de Donald —mamá interrumpe mis pensamientos y sólo puedo sonreírle antes de asentir. Me acerco a ella para besarle las mejillas y agradecer su presencia. Y al verlos a ambos tan viejos y cansados no puedo evitar preguntarme cuantos cumpleaños más podré disfrutar de su presencia.

our blood • frerardWhere stories live. Discover now