Básico 14: Cena con el matrimonio Wang

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Cuando me dirigí a casa de Jackson para recoger a Hoseok por la noche, me encontré a Jackson que también venía llegando en su vehículo, al verme me sonrió y fui invitado por el a pasar, no pude negarme, ya estaba ahí y sería grosero de mi parte; sobre todo, porque no quería que nuestra relación poco a poco muriera: era una de mis amistades más cercana; por otro lado también me gustaría ver cómo se comportaba Hoseok sirviendo a otros, seguramente estaba echando rayos por dentro.

En el momento en el que Hoseok me vio acompañado de Jackson frunció el ceño molesto y luego hizo una reverencia hacia Jackson y hacia mi, Hoseok estaba vestido pulcramente con un traje negro corte pingüino, ajustado al cuerpo, camisa blanca y moño negro alrededor de su cuello, el cabello peinado pulcramente hacia atrás. Parecía incomodo pero lo disimulo bien, con lo orgulloso que era, no demostraría lo mucho que esta situación le avergonzaba y hasta que eso no pasara, no dejaría que supiera que no estábamos en quiebra y que todo había sido un plan que planeé con ayuda de Jackson desde que decidió que Jimin debía casarse.

—Buenas noches amo, permítame su abrigo por favor—Jackson se sacó su abrigo y se lo dio a Hoseok que inmediatamente lo puso en el perchero, yo me saque el mío también y poniendo una sonrisa de lado se lo di para que lo colocará en el perchero también.

Hoseok suspiro profundo, tomo el saco y lo puso en el perchero también.

—¿Dónde está mi esposo, Jung? —pregunto Jackson.

—El amo Park está en el comedor, esperando por ustedes para empezar a comer —me sorprendió que usará un tono tan amable y dulce, aunque seguía teniendo una expresión que mostraba su irritación.

—Bien, vamos Taehyung, tenemos mucho de que hablar.

Seguí a Jackson hasta el comedor, me encontraba un poco nervioso porque no había visto a Jimin en meses. No sabía que tanto había cambiado, si se encontraba feliz o triste, o si me odiaba. No quería ser odiado por él, aunque estuviera casado con otro, aunque ese otro fuera mi amigo y aunque y también estuviera casado, no había dejado de amarlo o añorarlo, su compañía, sus dulces besos, sus caricias, la forma en la que me sonreía.

Cuando Jackson entro a la habitación donde se encontraba Jimin, él se puso de pie y con una sonrisa dijo: —bienvenido a casa —me quedé paralizado cuando lo vi: estaba precioso, usaba ropa de marcas, con detalles hermosos como el encajé blanco en su camisa y el bordado de perlas, su cabello estaba decolorado en rubio platinado, sus zapatos limpios y seguramente la piel de sus manos seria suave, en comparación a la apariencia que Jimin tenia cuando vivía en la casa de los Jung, desalineada y pobre. Se veía más hermoso que nunca.


Dejo de sonreír cuando me vio.

—¿Cuánto tiempo Jimin?

Trato de sonreír —¿Cuándo tiempo eh?, parece que han sido años.

—Tan solo unos meses, supongo que ambos estamos todavía tratando de acostumbrarnos a nuestra nueva vida —converse, no quería que estuviera nervioso así que sonreí y trate de no hacer una situación tensa entre nosotros, nos sentamos alrededor del comedor, Jackson tomo la mano de Jimin y la alzo para besarla.

—Hoy te ves hermoso.

Jimin se sonrojo, pareció incluso tímido y avergonzado.

—Gracias, hoy yo prepare la cena, espero que te guste.

Parecían una verdadera pareja de recién casados, completamente enamorados, nada comparado a Hoseok y yo, que por más que tratáramos de fingir ante nuestros amigos que todo entre nosotros estaba bien, salían chispas a nuestro alrededor, pero por supuesto Jimin era más facial de tratar y de querer que Hoseok. Tuve que aguantarme las ganas de salir corriendo y gritar.

La cena que Jimin preparo fue deliciosa, platicamos de cosas triviales, al final me alegre de verdad por Jimin sabiendo que Hoseok no había logrado lo que quería, hacerlo infeliz en un matrimonio con un hombre viejo y feo. Ahora Jimin era más rico, también estaba casado con una hombre apuesto y la cereza del pastel un alfa. Todo lo que Hoseok había deseado alguna vez.

—Buscare a mi esposo, es hora de irnos, lo traeré de regreso mañana. Por favor Jimin no lo trates tan mal.

Jimin se sonrojo y avergonzó un poco.

—Jamás haría algo como eso, es mi hermano después de todo. Trato de no encontrarme mucho con él, para que no haya problemas, pero Hoseok hoy lo ha llevado bien.

—Me alegra —Pase mi mano por el cabello de Jimin revolviéndolo como lo había hecho mucho tiempo atrás, me aleje rápidamente no queriendo ser impropio. Y me aleje para encontrarme con Hoseok en los cuartos de servicio.

Estaba doblando su uniforme cuando lo encontró, lo dejo en un pequeño armario dentro de su habitación y luego volvió a mirarme.

—Vamos a casa —le dije y asintió, no dijo nada en todo el camino, cuando llegamos al departamento Hoseok se dejo caer en el sillón y ahogo un grito en la almohada. —No puede ser tan malo. 

—Oh cállate, es horrible. Soy Jung Hoseok no puedo ser un simple mayordomo, menos el mayordomo de Jimin.

Hizo un puchero mientras encendía el televisor, yo ya había cenado pero serví la cena que había preparado para Hoseok y lo deje en el comedor.

—Prepare pasta, espero que te guste, mis habilidades culinarias no son tan buenas como los cocineros a los que estábamos acostumbrados pero te aseguro que es comestible.

—No tengo hambre —siguió haciendo pucheros divertidos.

—Tienes que comer, no morirás de hambre mientras yo sea tu esposo.

—Esposo de mentiras —recalcó. Se había vuelto tan natural recordarnos que nuestro matrimonio no era más que un acuerdo en papel que lo decíamos como un mantra.

—Tal vez, pero aun así se vería mal si un omega con feromonas especiales muere bajo mi cuidado, no se que me haría el gobierno. ¿podrían meterme a la cárcel por eso?

—Probablemente —bromeo Hoseok mientras recogía el plato con pasta de la mesa y regresaba al sillón—, deberíamos tener un hijo, si es un alfa o un omega recibiríamos apoyo del gobierno y podríamos salir de este cuchitril —comento en forma de broma.

—¿Pero tu quieres tener un hijo? —Hoseok negó pero luego asintió y me miro seriamente.

—Soy la clase de omega que soy, todo el mundo espera que al menos engendre un equipo de futbol de puros alfas y omegas —dijo resignado—, como una maquina para hacer bebes.

































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