Básico 12: Simplemente cruel

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Regrese del trabajo por la noche y sólo me deje caer en el sillón frente al televisor. Me negué cuando una de las empleadas me pregunto sobre servirme la cena ya que no tenia apetito y sólo encendí el televisor para ver las noticias nacionales. Sentí unos brazos rodear mi cuello desde atrás, cuando alce la mirada Hoseok estaba ahí sonriendo  ladinamente mientras se aferraba a mi cuello. Poco a poco bajo su rostro hasta dejarlo muy cerca de mí, justo a lado, mejilla contra mejilla. Mi cuerpo se estremeció por el contacto y ante tan extraño comportamiento de Hoseok.

—¿Ya lo escuchaste?, Jimin ya encontró marido, me pregunto que viejo rabo verde habrá consigo mi papá para él —Hoseok parecía complacido y divertido con la aparente desgracia para su hermano.

—¿Por qué odias tanto a Jimin? —pregunté con curiosidad, por supuesto sabía la historia sobre el hijo nacido de una amante, pero tenía que ver algo más para que Hoseok lo despreciara tanto. Jimin ni siquiera era culpable de nada, sino sus padres.

—No hay una razón especial, sólo no me gusta y ya —respondió sin darle importancia al asunto—, si quieres encontrar una razón para justificarme, no la hay Taehyung, me cae mal y ya. 

—Entonces no es por que le tienes envidia. Tal vez porque el no creció con la carga de ser un omega con feromonas especiales o algo así por el estilo, tal vez tu mamá te obligo a odiarlo, algo, dime algo para que pueda entenderte.

Hoseok por fin dejo mi cuello y empezó a reír de manera frenética.

—Tal vez mi mamá influyo un poco. Claramente ella tampoco lo soporta, pero porque le tendría envidia, su vida siempre ha sido miserable desde que tengo memoria, si debo sentir algo por él, sólo seria lastima.

Se miraba las uñas mientras hablaba, desinteresado en el tema, como si no fuera nada, cuando hizo a Jimin sufrir mucho, humillándolo una y otra vez, pegándole incluso. No quería creer que así era su personalidad, pensaba que había algo más allá que la simple y llana maldad. Hoseok se sentó en el sillón al lado de donde yo estaba y cruzo la pierna. Miró con atención el televisor y no dijo nada cuando dejo de reír.

—No te da pena ser bastante cruel.

—Fui criado así, cuando me di cuenta ya era demasiado grande para cambiar. Mis padres se encargaron de recalcarme una y otra vez que estaba por encima de todos y el resto de las personas a mi alrededor consintiéndome sólo me lo confirmaron, no importa que tan mal me portaba, nunca me reprendieron o me regañaron. Sólo cuando me negué a casarme con alguien a quien no amo fue que mi padre me levanto una mano y de ahí en fuera eres el único que se atrevió a pegarme: me sorprendí y me enfurecí en su momento, luego sólo me pareció gracioso que existiera alguien a quien no le importo en lo más mínimo.

—Puras excusas, puedes cambiar.

—Pero no quiero hacerlo, necesito fastidiar a alguien o no estaré contento —sonrió de nuevo de lado—, supongo que ahora tendré que conformarme contigo, pero es tan fácil meterse debajo de tu piel que no es divertido, explotas tan rápido —Hoseok no dejo su sonrisa—, Jimin tiene más temple.

—Deja en paz a Jimin, él va a casarse y tendrá un marido bueno que cuide de él. 

—Ya lo sé, que aburrido eres. Deberías sonreír un poco más, te volverás viejo y arrugado si sigues ceñudo.

—¿Si sabes que todo es tu culpa? No hay nadie que me enoje y me irrite más que tú.

—Y es por eso que no eres nada divertido.

Cansado de sus comentarios me abalance contra él, hasta dejarlo debajo de mi, pareció sorprendido e incluso trato de empujarme para alejarme.

—Pues tu tampoco eres divertido —Hoseok se removió debajo de mi como una serpiente tratando de escurrirse. Tome sus manos y las apreté contra el respaldo del sillón—, sabes Hoseok un día te voy a ver arrastrándote en el piso, miserable y humillado. Entonces ese día si me voy a divertir mucho.

—Me estas lastimando —susurró desviando la mirada de mi— suéltame.

—No se me antoja —lo mantuve así, por un tiempo insoportablemente silencioso, sólo nuestras respiraciones llenaban el espacio entre nosotros, hasta que Lee Ho interrumpió, con un estornudo llamó mi atención solté a Hoseok y dirigí mi mirada hasta el.

—Es hora de cenar, señor.

—Gracias —le dije y me dirigí a la cocina.


Había pasado los meses desde mi matrimonio con Hoseok y habían también pasado muchas cosas alrededor, pero la más importante fue el matrimonio de Jimin, se casaba con mi amigo, pero ni siquiera fui invitado a la boda. Claramente ninguno de los dos me quería a mi ni a Hoseok ahí con ellos. Había perdido también contacto con Jackson aunque hablábamos de vez en cuando ya no como antes y la confidencialidad entre nosotros había acabado, hablábamos lo estrictamente necesario para no perder la amistad. Nunca tuvimos realmente ningún problema entre nosotros, pero el hecho de que la persona que amaba seria su ahora esposo era bastante doloroso y cruel.

Cuando llegue a casa del trabajo, Hoseok estaba atendiendo a algunos invitados, sus amigos más cercanos a veces lo visitaban y se pasaban horas y horas platicando después de un día de compras. Pero lo que llamo esta vez mi atención es que había un alfa entre ellos, la mayoría de sus amigos solían ser betas y omegas. Reconocí al tipo rápidamente, era un actor de apellido Oh, alto y atractivo. Todos los amigos de Hoseok lo rodeaban como si fuera alguien especial. Al menos mi esposo se mantenía alejado, entonces Hoseok se encontró con mi mirada y sonrió.

—Esposo mío ya llegaste —dijo de forma cariñosa, siempre había eso en presencia de los demás, tratando de dar la imagen de tener un matrimonio perfecto, al menos todos en esta casa sabían que era falso.

—Estoy un poco cansado así que iré a mi habitación a descansar, puedes seguir con tu reunión —dije de mala gana, que no paso desapercibido por los invitados, porque se miraron entre ellos incomodos.

—Esta bien —dijo Hoseok y no espere más subí a mi habitación. Seguramente a esta hora Jimin ya debería estar en brazos de Jackson, besándose, acariciando sus cuerpos y haciendo el amor. Ahora Jimin era su esposo y tenían todo el derecho. Y ambos siendo alfa y omega, seguramente la próxima vez que me encontrara con Jimin él llevaría la marca de Jackson siendo una clara prueba de que ahora le pertenecía.





 

















 

























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