Básico 3: La despedida

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Cuando mi hermano me advirtió que pagaría las consecuencias no sabía a lo que se refería; sin embargo una semana después, tenía varias maletas preparadas para un viaje muy largo. Podía intuir que tenía también los ojos rojos por las lágrimas, ojeras y los labios agrietados. Está no era la imagen que quería darle a Jimin.

—Esto no es una despedida, volveré por ti y nos casaremos —tome ambas manos de Jimin, entre las mis, cuando se escuchó que mi vuelo a China ya estaba a punto de salir. Todo era culpa de mis padres quienes estaban enviándome al extranjero por un año para volverme más maduro, para ellos aunque ya tenía la mayoría de edad, solo era un niño. me dolía mucho tener que alejarme de Jimin y dejarlo solo lidiando con Hoseok y el resto de la familia Jung. Pero mis padres también querían ayudar a mi reputación, así que no pude quejarme. 

Ahora todos creían que tenía mal carácter y que era muy violento por haber golpeado al omega de oro de la generación. Si ellos conocieran personalmente a Hoseok, me habrían aplaudido en vez de criticarme. Papá creía que mandándome un año a terminar mis estudios en China los chismes sobre mi comportamiento violento pararían. Sobre todo si no les daba mucho de que hablar, prácticamente me estaban escondiendo de la sociedad como si fuera un paria.

Solo podría volver en ocho meses cuando fuera la boda de mi hermano y de Hoseok. La realidad es que si por mi fuera no regresaría, ese no será un feliz matrimonio. Pero la idea de volver a ver a Jimin me motivaba más. 

—Ya es hora Taehyung, debes subir al avión.

Mire de mala gana a mi hermano.

—Ya, ya me voy. Adiós Jimin, te quiero mucho. No te olvides de mi —dije tratando de no volver a llorar— te haré videollamadas todas las noches, te voy a extrañar. Ojalá el tiempo pase rápido.

Le di un último beso desesperado y me di la vuelta,  sin escuchar si tenia algo más que decirme, si Jimin me pedía que me quedara seguramente hubiera hecho un berrinche en medio del aeropuerto, casi corrí hacia las puertas de mi vuelo, sin voltear atrás y dejar que me vieran llorar.

El tiempo en china estaba pasando más rápido de lo que yo creía, me adapte rápido al idioma y sus costumbres, me agradaba más estar en el dormitorio de chicos que en casa y sino fuera por mis fuertes ganas de volver a ver y tocar a Jimin, me hubiese quedado aquí mucho tiempo más.

La puerta de mi dormitorio se abrió y Jackson, mi compañero entro vistiendo puro cuero, botas con pinchos, el cabello negro pulcramente peinado hacia atrás. Él era un alfa, pero comparado a otros mantenía un perfil bajo, casi no salía con omegas y a pesar de su imagen de chico malo era bastante responsable con sus notas. Se tiró a la cama y se sacó las botas con pocas ganas.

—No quiero volver a ver a mi madre en mucho tiempo. Está insufrible, debe ser la menopausia, pero ella ya está pensando en casarme. Déjame decirte que jamás me casare con nadie quien ella elija. Te envidio Taehyung has podido escoger a un Omega bastante lindo. 

—Si Jimin lo es.

—"Gracias Jackson"— Jimin dijo desde mi computador.

 —Oh, estás ahí dulce Jimin, por favor no consientas tanto a este chico, porque odio cuando se pone presumido sobre su Omega.

—"No lo haré" —dijo Jimin con una sonrisa.

Jackson se dió la vuelta y se cubrió con su sábana. —Hablen despacio por favor.

—"Será mejor que me vaya, para que puedan descansar" —susurro Jimin y me mandó un beso desde la distancia. Lo recibí con gusto.

—Mañana sígueme contando de tus clases de costura. 

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