Al momento de darle nuestra sangre aun humano aun estando con vida o muriendo, su cuerpo por dentro comienza a quemarse pero solo se queman los órganos humanos, cada célula y fibra humana se destruye y al mismo tiempo se regenera pero siendo un Seivia, al tocar la piel de Vanessa estaba caliente y la de Jesse igual, los dos no se movieron por veinticuatro horas, al día siguiente ya su piel estaba tibia, pero no como en el día anterior, que parecían planchas al tocarlas, a ambos los colocamos en camas que teníamos, los dos dormían muy pacíficamente, mientras se convertían en vampiros Seivias, lentamente y minuciosamente en sus cuerpos.
Después de dos días, los dos despertaron, ambos les explicamos lo que eran ahora y nosotros. Vanessa se sorprendió de enterarse de que ya no era humana, y que solo crecería hasta los veinte años para toda la eternidad, en cambio Jesse lo vio como una oportunidad de volver a renacer y corregir errores del pasado. Vanessa se sentía algo confundida y rara, al no ser más humana, pero para Jesse se sintió mejor más por "renacer" en una vida inmortal, me pareció que su mente y de la forma que veía el mundo, había cambiado completamente. Su piel suave de color blancuzco con tonos tostados, y sus ojos verdes oliva combinados con su cabello de tonos dorados mezclados con reflejos de anaranjados eran la forma en que lo conocimos serian iguales para toda la eternidad, y ahora eran parte de nuestra rara y peculiar familia. Entonces, Vanessa Iraly Hartford y Jesse Andrew Grayson, habían muerto y renacieron siendo como nosotros en una vida inmortal de una especie de vampiros, llamados Seivias
>>> La vida están frágil pero a la vez solo es una pequeña parte de nuestro destino marcado <<<, pensé
Miré a Vanessa irse, a paso firme hacia su habitación. Gemí y me sentía estúpida por todo y nuevamente miré el lavaplatos. Metí mis manos en el jabón y continúe lavando; restregando con una pequeña esponja lo que tenía de evidencia de mi nuevo apetito, (el plato y el envase azul plástico) Continúe lavando por unos minutos, les saque el jabón y los puse en el escurridero, cerré el grifo. Solo quedó una pequeña gota que corría cada cinco segundos.
Dejé todo ordenado y fui a ver a mi esposo, escuchaba como sonaban las puntas de mis botas en el piso de madera. Respiré profundamente y deslicé la puerta delgada de caoba de la oficina, lo vi trabajando con la computadora y hablando por teléfono con uno de sus clientes. Me acerqué al escritorio, respiré aún más profundamente para hablar con Zane, sobre mi nuevo y secreto embarazo. Toqué mi vientre con mi mano debajo de mi blusa, sobando y presionando donde debían estar los bebés. Después de unos minutos, colgó el teléfono, se acomodó y me miró con sus ojos esmeraldas y me sonrío. Se levantó de su silla de cuero y vino hacia mí, me beso, nos tocamos los rostros y nuestras frentes.
— ¿Qué pasa, mi Cleopatra? — me preguntó susurrando al oído
Miré hacia abajo y volví a tocar su rostro y su cabello con ternura, y muy delicadamente, pronto me miró de otra forma, con una expresión de preocupación o ¿qué es lo que te pasa, cariño? me di cuenta que cambió su mirada, porque yo tenía esa expresión en mi rostro.
—Mi Cleopatra, ¿qué pasa? — murmuró algo preocupado—No me gusta verte así, amor dime, ¿ocurre algo malo? —
—Zane...—musité y tragué saliva. —Hace un rato...cuando baje a la cocina, yo...me empezó a dar un hambre voraz de comer de carne, así que fui al refrigerador para encontrar algo, pero...—susurré
— Pero... ¿qué, amor? — insistió y luego suspiró. — Sigue, por favor Cleo, para poder entenderte y ayudarte
Después de un momento lo miré fieramente a los ojos, para que comprendiera que era algo mucho más serio de lo que él creía. Poco después su expresión cambió, y me vio de otra forma, se dio cuenta de que esto no era un juego, y era mucho más serio e importante.
—Cleo, mejor será que nos sentemos en los sillones de la oficina, para poder hablar con más calma, ¿te parece? — me sugirió, tomándome del brazo izquierdo para poder sentarme
Nos sentamos y yo me acomode en uno de los sillones de color gris de la oficina, me parecía bien explicar a mi marido, que las niñas podían controlar mi cuerpo para sus deseos de alimentos, porque si seguía así era posible que me obligaran a otras cosas y eso podía ser perjudicial a mi familia y a al pueblo mismo.
—Zane, ese ataque de hambre que me dio no fui yo quien quería comer, eran las bebés— repuse
— ¿Las niñas? — me preguntó sorprendido
Asentí y susurré:
—Tengo miedo y estoy preocupada
—No te preocupes, trata de comer y beber toda la sangre y carne de animales para que ellas se acostumbren, poco a poco dejaran de hacer eso contigo, Cleo, tú eres su madre, ellas no pueden usarte así. No pueden...
—Zane, aunque hagaeso, seguiré por diez meses y once con esto, además pronto de unos dos meses seharán notar en mí, y todos se darán cuenta; y ¡entonces estaremos en un lío!¡EN UN ESPANTOSO APRIETO, Zane! —exclamé desesperada y preocupación
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Las Dos Caras de la Luna © ✓
WampirySerie Las Dos Caras de la Luna: Libro I La palabra que mejor describe a los residentes de White Rose, es paz. Un lugar sin vida para algunos, pero el escondite ideal de secretos para otros. Perfectamente consciente de esto es Cleo Shepard. Ella es e...
Capítulo 10: Calma en la barbacoa
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