- "¡Lo siento. No pierdo mi tiempo en hombres!"
➙ Kristen se reencuentra con su peor pesadilla,
El famoso guitarrista de la increible banda 'Tokio hotel'. Ella no se quedará de brazos cruzados y hará lo posible por lograr que él reciba lo que merec...
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→ boy, calm down. Twenty.
Dejé que las manos de Andrew acariciaran una parte de ambas guitarras.
—Dejame pensar...—Se cruzó de brazos con el ceño fruncido—¿Llego este costoso regalo en forma de disculpa del chico que supuestamente te odia?
—¡Es un hecho! El me odia y yo lo odio aún más.
Andrew adoptó una pose un tanto de diva, recordandome a Regina George.
—Tanto no pueden odiarse si se hablan y se mandan regalitos ¿O me equivoco? —Enarcó su ceja victoriosamente, ya que sabía que no tenía forma para debatirle eso.
—Estoy obligada, simplemente no puedo llevarme mal con el porque traería conflictos a mi carrera ¿No?
—Eso es lo último que te preocupa. Siempre has dicho que intentas ser lo más real posible...
—¡Callate! —Bufó, aburrido.
—Sabes, esto realmente es muy fácil de solucionar, pero ustedes deciden actuar como adolescentes. —Se levantó lentamente de mi lado y se dirigió hacia la puerta de mi habitación—No lo sé, reconsidera todo lo que está haciendo Tom.
Observe como después de unos segundos finalmente desapareció por la puerta.
Normalmente no le tomaría tanto peso a lo que dice Andrew, pero esta vez realmente me hizo reflexionar.
No comprendo los comportamientos de Tom, está de aquí para allá molestandome, pero frente a las personas quiere hacerse la ovejita tierna.
Estoy segura de una cosa, algo está planeando. Simplemente no puede llegar como si nada a querer cambiar las cosas, actuar como el justiciero de ciudad gótica y joderme todos mis planes.
Oh, verdad. También arruinó mi noche con mi principe. ¡Por su culpa no pude seguir divirtiéndome con el chico lindo de la fiesta!
Amaría tanto tener su número, tal vez para poder salir y tomar un café, conversar sobre la vida, planes para nuestro futuro, cuantos gatitos tendremos...
Brrr...Brrr
Miré con desagrado la pantalla de mi móvil, pero de igual manera atendí.
—¿Qué necesita? —Acerqué el aparato a mi oreja y lo dejé reposar en mi hombro.
—¿Ya tomaste tu desición?
Oh, es Tom.
—¡Déjame en paz! ¡Pareces un acosador!
—¡Llevo esperando tu jodida respuesta hace casi una semana! —Aleje un poco el móvil de mi oreja, ya que comenzó a elevar su voz—¡¿Sabes lo loco que se pondrá Bill si se entera que aún no resuelvo las cosas contigo?!
—Eso no me afecta a mi —Una sonrisa se asomó en mi rostro. Podía sentir el miedo que tenía Tom con tan solo escuchar su voz—No te perdonaré.
—¿Disculpa? Creo haber escuchado mal...
—No, no escuchaste mal.
—kristen ¡Vamos! Te regalé mis guitarras...—Un largo suspiro se presenció en su línea—¿Qué es lo que quieres? Te daré lo que sea, pero perdoname de una buena vez
—Bueno...ahora que lo pienso, necesito un favor—Observé fijamente a la pared, planificando bien mi siguiente respuesta.
—Dilo rápido, no quiero seguir con esta mierda.
—¿Recuerdas al chico de la fiesta? —Un silencio incómodo surgió de Tom, pero lo ignoré—Sabes, no logre conseguir su número.
—Kristen, no voy a hacer eso. Ese chico no es bueno.
—¿Como sabes tú eso? —Frunci el ceño angustiada.
—No lo sé, solo me da mala espina.
Qué hombre más frágil.
—Bien, entonces puedes conformarte con ver a Bill furioso.
—¡Está bien! Voy a conseguirte su estupido número.
—¡Eres tan dulce, Tommy! —Sonreí de oreja a oreja, el mismo que arruinó mi encuentro con el amor de mi vida, tendría que buscarlo por cielo mar y tierra.
—Espero que con esto puedas seguirme el juego.
—Claro, lo que sea por ti.
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