- "¡Lo siento. No pierdo mi tiempo en hombres!"
➙ Kristen se reencuentra con su peor pesadilla,
El famoso guitarrista de la increible banda 'Tokio hotel'. Ella no se quedará de brazos cruzados y hará lo posible por lograr que él reciba lo que merec...
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→ Sweet boy. Eight.
Mis ojos se llenaron de confusión y asombro al contemplar un maravilloso ramo de flores que descansaba sobre la mesa. Una mezcla de sentimientos se apoderó de mí en ese instante. No podía evitar preguntarme cómo alguien había descubierto mi dirección. Aparté la mirada del regalo y dirigí mis ojos hacia Andrew, quien luchaba por contener una risa desenfrenada.
—¿Cómo es posible que sepan dónde carajos vivo? —exclamé, perpleja. Mis ojos buscaban respuestas en los suyos, pero él solo intentaba disimular su diversión.
—No creo que sea tan difícil averiguar la dirección de alguien si tienes los contactos adecuados —respondió cautelosamente, tomando con delicadeza la "carta" que acompañaba el ramo de rosas. Su rostro pasó de la normalidad a palidecer en cuestión de segundos—. No parece ser de cualquier persona.
Fruncí el ceño y examiné detenidamente las rosas. A simple vista, parecían haber sido enviadas por algún fanático, pero había algo más que Andrew sabía y yo no.
—Lee en voz alta lo que dice —demandé, con los brazos cruzados, esperando ansiosa a que finalmente desvelara el contenido del papel algo descuidado.
—¿Estás segura? —preguntó, arqueando una ceja.
—Sí, adelante, hazlo —respondí, decidida, mientras mi curiosidad crecía.
Andrew se mostró aprensivo, pero finalmente comenzó a desdoblar el papel, para finalmente leer en voz alta las palabras escritas.
—"Lamento todo este malentendido. Espero que entiendas que mi hermano no sabe lidiar con estas situaciones, ten paciencia. Solo espero que al menos disculpes sus actitudes actuales...".
A medida que escuchaba cada palabra, mi rostro se desvanecía, presagiando que esta situación sería mucho más profunda y complicada de lo que inicialmente había imaginado. Decidí interrumpir su lectura.
—Andrew, necesito un momento a solas. —susurré. Él me miró preocupado, pero desapareció silenciosamente subiendo las escaleras, dándome el espacio necesario para enfrentar lo que sea que estuviera por venir.
Comencé a leer la parte faltante.
"Estas fueron las rosas que Tom había cumprado para cuando tú volvieras y que las aceptaras como un "perdón, lo lamento".El pensaba que simplemente exagerabas y que en un par de días todo volvería a la normalidad, pero así no fue. Solo desapareciste, eso logró dejar a Tom mal por un largo tiempo, no te culpo. Solo quiero que recibas lo que el jamás pudo darte, por su orgullo y también por su inseguridad".
Por un momento, solo por un momento. Senti un poco de empatía por Tom, pero esta rápidamente se esfumó, tal como mi tristeza. No dejaría que unas rosas cambiaran todo, había sufrido años por su comportamiento, simplemente no iba a olvidarme de todo lo que causó.
"Espero que al menos puedas aceptarme a mi nuevamente en tu vida. Con amor, Bill".
Tomé las rosas entre mis manos, sintiendo su fragancia dulce y embriagadora. Eran una representación tangible de los sentimientos que Bill quería transmitirme, una oportunidad para sanar las heridas y reconstruir lo que se había perdido. Las acaricié suavemente, dejando que sus pétalos delicados rozaran mi piel, y una brizna de esperanza se abrió paso en mi corazón.
Tal vez era momento de dejar que mis problemas con Tom, me alejaran de las personas a las cuales consideré ídolos e incluso amigos.
