Bill, you will always be the best... ℘

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→ Bill, you always be the best

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Bill, you always be the best. Fourteen.

—Déjame entender... —Rose se acomodó, quedando aún más cerca—¿Te fuiste porque tenías celos de la chica esa?

—¡No! —Negué, ella me dió una mirada tipica de persona que sabe que le estás mintiendo—¡No fue por celos! Solamente no la soporto, era tan dulce, molestaba como una pequeña niña y se comportaba tan infantilmente con Tom, lo peor es que... —Mi silencio me hizo comprender que había abierto la bocota más de lo que debía.

—¿Te escuchas a ti misma, o tienes problemas de audición?

—Bien, lo capté—Dejé caer mi cabeza hacia atrás—. ¡Esto es tan estresante! ¡No soporto a ese Kaulitz!

—Claro, no lo soportas, pero te da celos cada que lo ves con otra chica y básicamente estabas comiendolo con la mirada en ese concierto.

—No lo entiendes.

—Oh, claro que no. No soy de enamorarme de gente que me maltrata, sabes eso —Rose a veces podía ser algo dura, esta era una de las tantas veces.

—¡No ayudas! —Lancé un peluche en su dirección, ella lo tomó entre sus manos y lo miró detalladamente.

—Mmm... —Sus ojos se incrustaron en los mios. Oh, no. Estaba a punto de darme un consejo capaz de cambiar mi vida—...Creo que deberías hablar las cosas con este chico. Puedo darme cuenta que ambos tienen problemas algo faciles de solucionar. Ya sabes, intenta ganarte un poco de su amabilidad e intenta charlar las cosas. Esto solo está matandote por dentro y por fuera.

—Lo haría, si no fuera por el hecho de que no es cualquier hombre ¡Es Tom Kaulitz! —Suspiró exhausta. Tal vez estaba siendo muy negativa.

—Escucha, intenté darte un consejo con solo lo que sé —Sus ojos se iluminaron— ¿Por qué no mejor le preguntas a Bill? Es su gemelo, algo sabra decirte.

—No es mala idea —Incrusté mis ojos en mi móvil, dudando un poco.

Habían pasado días desde esa noche en el bar. Bill me había dado su número, pero no me atrevía a llamarlo por mi mala actitud de aquél día, me sentía culpable por haberlo dejado solo junto a la parejita del año.

—¿Qué esperas? Yo pienso que mientras más tiempo te demores, esa chica te robará más rápido a tu hombre. —Una sonrisa malvada creció en sus labios, la mire indignada.

—¡Vete de aquí, morbosa! —Lancé otro peluche a su dirección, logrando darle en su rostro.

—¡Tú eres la morbosa, enamorandote de un hombre mayor y con novia! —Se levantó rápidamente de mi sofá y desapareció por mi puerta.

¡Yo no era una morbosa! Ni siquiera estaba enamorada de el, lo odiaba.

Con rabia, tomé mi movil y le escribí un mensaje de texto a Bill, el cual rápidamente respondió, asegurando que estaría aquí lo más rápido posible.

Moví las cortinas de mi habitación para poder contemplar de mejor manera la ciudad, estaba casi anocheciendo, algunos edificios ya estaban iluminados, dejando ver algo tan común aquí en Nueva York. De alguna forma me recordaba a mi niñez en Alemania, siempre tenía bastante miedo de la oscuridad, y la iluminación de la ciudad me hacia perderlo. Estoy segura que a mi pequeña yo le hubíera encantado vivir en una ciudad como Nueva York, en donde jamás duermen y siempre hay iluminación, sea natural o artificial.

Un llamado a la puerta me hizo volver a la realidad, suponía que Rose o algún otro habitante de nuestra casa había dejado pasar a Bill, así que abrí sin mucha preocupación.

—¡Ey! —Sus brazos atraparon mi cuerpo, reí enternecida. Bill siempre me saludaba de una forma tan intensa, pero agradable.

—¿Qué tal todo? Hace días que no nos vemos —Me separé de el, sonriente.

—Bastante bien. Nueva York es una ciudad bastante divertida —Moví mi cuerpo hacia un lado, dejando pasar a Bill y este se acomodó en el borde de mi ventana—. Pero no venimos a hablar de la ciudad, ¿O si?

Negué mientras me sentaba a su lado, recargando mi peso en el—Necesitaba un consejo de un sabio.

—Y me llamaste.

—Nop, el sabio no quiso responder —Me miró indignado, en respuesta le regalé una sonrisa de oreja a oreja.

Mientras buscaba las palabras correctas, volvi a mirar por la ventana. Un aire de nostalgia azotó mi mente, esto me recordaba los momentos en los que lloraba en los brazos de Bill, preguntandome que había hecho mal para que Tom me tratara de esa forma.

Un dolor en mi corazón se presenció. Era dificil recordar tiempos tan personales como esos.

En ese momento realmente lo sentí como el fin del mundo, Tom de un día para otro se había distanciado de mi e ignorandome duramente. Lo veía como un hermano mayor, y un amor platónico...

—¿Qué piensas tanto, Kristie? —Levanté mi mirada hacia el rostro de Bill, este me miraba atento.

—¿Recuerdas cuando lloré toda una noche por Tom? Fue tan estupido.

—Oh, lo recuerdo muy bien —Sonrió, nostalgico—. Quería asesinar a Tom.

—Jamás pensé que todo acabaría de esta forma.

—¿Necesitas un consejo relacionado a Tom, verdad? —Asentí, apenada.

—Eres su hermano gemelo, no hay mejor persona a la cuál acudir.

—Tienes razón —Rió durante unos segundos, pero después lo noté sumido en sus pensamientos-Aquí estoy,puedes desahogarte.

Me mantuve unos segundos en silencio, pensando en si hacerlo o no, pero finalmente relajé mis musculos y deje que mi boca soltara lo que tuviese que soltar.

—Bill, yo desde hace años que llevo con un odio hacia Tom. Realmente sigo sientiendo ese odio, tal como el primer día, pero al verlo con Morgan... —Dirigí mi vista hacia un punto fijo en mi habitación, intentado buscar las palabras correctas—...Fue un sentimiento inexplicable. Al ver como esa chica tenía todo lo que yo quería de adolescente fue muy arrollador. Aún miro a Tom y recuerdo al dulce niño que algúna vez conocí, al Tom del cual me había enamorado.

Soltó una risa nerviosa—Sé que Tom no es tan malo como quiere hacerse plantear, quiere arreglar las cosas. Lo he visto todo este tiempo arrepintiendose mentalmente de todo.

—No lo entiendes...

—No lo hago, Kristie, pero lo intento —Sus brazos acapararon mi cuerpo, brindandome seguridad.

—No perdonare a Tom tan fácil, quiero que llore por mi —Bromeé. aunque en lo más profundo sabía que estaba hablando en serio.

—Al menos yo lo veo capaz de hacerlo, solo dale tiempo —Mi mirada analizó a Bill. ¿A que se refería con eso?

Tom no tenía intenciones de cambiar, eso lo sabía, pero tampoco iba a yo rogarle. Las cosas no serían igual que antes.

GOING TO HELL || Tom KaulitzWhere stories live. Discover now