- "¡Lo siento. No pierdo mi tiempo en hombres!"
➙ Kristen se reencuentra con su peor pesadilla,
El famoso guitarrista de la increible banda 'Tokio hotel'. Ella no se quedará de brazos cruzados y hará lo posible por lograr que él reciba lo que merec...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
→ ¡New style! One.
—Bien, Andrew. —Me giré hacía el —Quiero que cause furor. Que diga '¡Aquí está Kristen Meyer!'.
—Siempre lo causas, no hay mucha necesidad de crear algo tan grande. —me miró expectante. Tenía razón, siempre lograba mover a Estados Unidos entero.
—Pero esta vez quiero mover no solamente a Estados Unidos, también al mundo.
—¿Una colaboración? —Lo fulminé con la mirada. Desde que comencé a vivir en Nueva York, jamás he hecho alguna colaboración.
—Ni lo pienses. Sacalo de tu cabezota. —me crucé de brazos.
—¿Por qué no? Si quieres moverte al mercado internacional, debes de colaborar con gente de otros continentes. —Andrew se estaba comenzando a oxidar.
—No lo hare. ¡No, no, no y no! —Mi peor pesadilla era colaborar. La última vez que lo hice, fue una horrible desición.
—Ya deja tus cosas del pasado, en el pasado. Ahí es donde pertenecen —Amarró su largo pelo castaño en una coleta desordenada.
—Tal vez tengas razón. Debo de pensarlo —Peiné mi cabello en un intento de relajarme. Me ponía de mal humor hablar sobre cosas del pasado. —Mejor concentrémonos en esto. Es más importante.
—Si tu lo dices... —Alargó la pronunciación de la oración con la intención de fastidiarme, y lo había logrado.
—Andrew, lo tengo que pensar bien. Dame unas semanas. —Su mirada se agrandó. Oh no, eso no es bueno.
—¿Semanas? Tu sabes contar, eso estoy seguro.—Masajeó su cien —Kristen, has estado muy inactiva ¡No podemos esperar más tiempo!
—¡Algo puedo hacer en esas semanas! Alguna controversia, o lo que sea. —Sacudí mi mano restándole importancia —Relajate. Hablas conmigo, no con cualquier otra alemana.
—Por eso mismo me preocupo. —Comenzó a reir con su maldito chiste. Lo miré indignada.
—Te juras inteligente, pero eres peor que yo. —rodeé mis ojos divertida. Me gustaba molestarlo.
—No me pagan lo suficiente para esto. —Suspiró cansado —Continuemos con esto.
—Bien. Para esta vez, quiero volver con algo más diferente. —Miré a mi alrededor, buscando algo que me inspirara —¡Lo tengo!
—¿A que te refieres con eso? Se más clara.
—Rosado, el rosado es la clave. —Señalé una tienda completamente rosada —Siempre me han visto como una chica rebelde que odia el rosado ¿Qué tal si aparezco con un cambio de look que contenga rosado?
—Tiene potencial. —Su sonrisa se ensanchó —¿Estás segura? Debes de sentirte bien con esto.
—¡Claro! —Sonreí divertida —Realmente no odio el rosado. Solo era parte de mi imagen "rebelde". —Hice comillas al pronunciar la última palabra.
—Entonces. —Me quedó mirando unos segundos —No soy estilista, ni nada por el estilo, pero creo que algunos mechones rosado te vendrían bien.
—Dejame pensarlo... —Crucé mis brazos y mis dedos agarraron mi barbilla —¡Que así sea!
—Bien, hablaré con tu estilista. —sonreí entusiasmada —También a tu modista. Les hablaré de tu idea.
—Me parece bien. —ensanche mi sonrisa aún más. Me emocionaba aparecer nuevamente en el ojo público y con un cambio de look. Sabía que hablarían de mi durante un buen tiempo.
Pero realmente no me siento preparada para una colaboración.
