—¿Por qué tanta urgencia por verme? —Preguntó Lauren detrás de su escritorio. Traguésaliva al ver su escote.

—Sólo venía a... — Trague en seco —Aagradecer su apoyo y el de su padre... fue un gustotrabajar al lado de una persona tan importante cómousted— Intente sonreír. Después de largos minutossonrió y luego asintió. 

—Toma asiento, Camila — Negué tragandosaliva —¿Por favor? — Cómo podría negarle algo aesa mirada.

—Me gustaría tener una reunión con el señorMichael antes de que el proyecto termine...

—Mi padre vendrá a la inauguración — Ellatecleaba algo en su ordenador, era la primera vezque no tenía su vista en mí todo el tiempo. Aquello debería ser un alivio pero, me molestaba. 

—Tengo que irme pronto, señorita Jauregui —Dije nerviosa. Ella sólo resopló, nunca la había vistotomar aquella postura de rebeldía, de caprichosa. 

Lauren se puso de pie alertando todos missentidos, caminó a pasos decididos al rededor de suescritorio, caminó de manera sensual hacia mí, lentopero con movimiento de caderas decisivos, mi bocaestaba seca sin poder decir alguna palabra cuando vicómo Lauren llevaba sus manos hacia su espalda yluego vi su vestido negro caer cómo agua por suspiernas.

—Ss... señorita Jauregui — Mis piernas parecíanresortes por lo rápido que me levante del cómodosofá.

—¿Te gusta? — Ella giró sobre sus altos zapatosnegros quedando de espaldas. Inevitablemente misojos recorrieron su cuerpo dejando mi mirada cercade sus piernas. Ella giró su cabeza hacia mí haciendo su cabello a un lado y sus ojos celestiales mellamaban a gritos, sonrió, sonrió con suficiencia —¿Entonces? ¿Te gusta? — Ronroneó. Su conjunto delencería negra se miraba perfecto, contrastaba con supiel cómo si lo hubiesen mandado a hacer sólo paraella.

—Es... es bonito — ¿Bonito? ¿Qué edad tienes,Camila? —Señorita Jauregui creo que es mejor quecubra su cuerpo, sólo debe ser visto por su próximoesposo — Ella caminaba con decisión hacia minuevamente mientras yo retrocedía hasta que lapared llegó a mi espalda.

—Creo que eres — Su nariz rozaba mi mejillabajando hasta mi cuello mientras hablaba —Unregalo de tu dios... para mí — Lamió mi pulso yluego dejó un beso ahí. Mi cuerpo estaba paralizado,no podía mover un sólo músculo o más bien, noquería. 

Lauren fue dejando un camino de pequeñosbesos a lo largo de mi cuello y mejilla, sus labioseran suaves. Mi corazón golpeaba mi pecho cómoloco por la proximidad que tenían nuestras bocas. 

Me convertiría en una condenada. 

El aire abandonó mi cuerpo cuando Lauren metocó por encima de los pantalones, su mano apretabami miembro por la punta, sus ojos maliciosos brillaban extasiados, sus labios rojos estabanhúmedos a sólo un par de centímetros alejados delos míos, mi mente había quedado totalmentebloqueada solamente estaba concentrada en Laureny lo bien que sentía mi cuerpo ser tocado taníntimamente.Había tenido erecciones en la adolescencia, habíatenido erecciones mientras los besos con Emilia sevolvían un poco intensos pero nunca me toqué,nunca alguien me tocó cómo Lauren lo estabahaciendo además, nunca me había empalmado tantocómo hoy. 

Mi mandíbula estaba tensa, mis manos temblabanpor lo fuerte que estaba cerrando mis puños, mifrente comenzaba a sudar junto con mi espalda, mirespiración era pesada y cuando abrí la boca paradetenerla lo único que salió fue un gemido, gemí sunombre incitándola a continuar con las caricias.Cada vez hacía más presión en mi miembro ya podíasentir cómo líquido pegajoso manchaba mi muslo,Lauren besaba la comisura de mis labios, mismejillas, pero nunca llegaba a mi boca cómo tal,llegó un punto en el que había mordido mi barbillaal mismo tiempo que había comenzado aacariciarme con rapidez sobre la ropa.

One Shots - Camren Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz